Capítulo 23: la fiesta de egresados

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Fue pasando el tiempo y con ello, todo lo que conllevaba el fin de curso. Tuvimos una nueva profesora en portugués muy agradable, aunque nadie era como Valeria. Rendimos el examen de admisión a la universidad y fue aceptada, estudiaría profesorado de portugués. Fue el último día de clases, donde tiramos los cuadernos que habíamos usado durante toda la secundaria. También tuvimos un fogón de despedida.

Pero lo que más esperaba finalmente llegó: la cena de graduación. Iba a realizarse en un salón de fiestas y llevaríamos ropa elegante. Habíamos planeado tener algo sencillo, por lo que mi vestido también lo era. Nuestra familia iría, al igual que algunos profesores pero me daba igual quien fuera. Lo único que me importaba era disfrutar esa noche con amigos porque era lo último que haríamos antes de terminar la secundaria.

Ese día fui a la peluquería, quien también me maquilló. Me hizo un peinado semi recogido con buques y un maquillaje natural, resaltando mis labios con un brillo espectacular. A la tarde vinieron mis amigos, pues habíamos acordado irnos juntos al salón y mi familia iría más tarde.

- Hola Isa, estas hermosa! – dijo Juli en cuanto me vio.

- Ustedes también están hechas unas diosas. – les dije porque era verdad, Luna tenía un vestido verde ajustado y Juli tenía uno celeste con un corte en la pierna. Alex también estaba muy apuesto con su traje. - Nos vamos? – pregunté.

- Esperen! No se van a ir de acá hasta que no les saquemos unas fotos. – dijo mamá y prosiguió a agarrar la cámara y hacernos posar. Sacó fotos grupales, individuales y familiares. Sacó las típicas fotos de graduación.

- Bueno mamá y papá, nos vamos.

- Ok, cariño. Nos vemos en la fiesta. – dijo mi padre. Seguidamente nos subimos al auto de Alex y nos dirigimos al salón.

Llegamos al lugar y había un gran cartel en la entrada que decía "egresados 2019". Fue emocionante ver eso, no podía creer que había llegado el momento de terminar la secundaria. Ahora ya iba a empezar una nueva vida en la universidad y el futuro me intrigaba. Eso conlleva muchas más responsabilidades que antes.

En el patio del salón había una recepción con distintos tipos de comida y estaban todos mis compañeros. Los varones llevaban trajes, en su mayoría de color negro y las mujeres tenían vestidos de diferentes tipos y colores. Nos pusimos a comer, cuando escucho una voz molesta detrás de mí.

- ¿Cómo va todo, amorcito? – dijo Max, el compañero que siempre me ha molestado.

- ¿Qué quieres de mí? No me vas a dejar de molestar ni siquiera el último día.

- Eh, tranquila. Vengo en son de paz. Hemos compartido cinco años de estudio, somos prácticamente familia.

- Yo ni loca soy tu familia. Y no me arruines la noche, por favor.

- Yo ya maduré y no tengo intención de hacerlo. Además te confieso que siempre te molesté porque me gustabas. – me quedé boquiabierta al escuchar eso. – ahora tengo novia así que lo superé, no te joderé más. – dijo y se fue.

- ¿Qué te hizo ese infeliz? – dijo Luna inmediatamente.

- Nada, calma, me dijo que estaba todo bien entre nosotros. Además me confesó que yo le gustaba.

- ¿Qué? No manches, por eso te jodía siempre!

- Bueno, pero no grites que nos van a escuchar.

Luego nos formamos en fila para entrar y que comenzara la cena. Teníamos que hacer la entrada en parejas, así que me puse con Juli y Luna fue con Alex. Adentro estaba nuestra familia esperándonos. Nos presentaron por nuestros nombres y nos sacaron una foto. Continuadamente nos sentamos en la mesa central para comer.

**

Horas después, ya habíamos cenado y comido el postre. Era el momento de bailar el vals con nuestros padres, de modo que busqué a mi papá y nos fuimos al centro de la pista.

- Eres un mal bailarín! – le dije riéndome.

- Lo sé pero lo puedo disimular bien. No creo que alguien sepa realmente bailar el vals.

- Ni yo lo sé! Ahí está la cámara, saludemos.

Luego prepararon el lugar para que empezara el baile. Tenía ganas de ir al baño, así que mientras tanto fuimos allí con Luna y Juli. Además aprovechamos para retocarnos el maquillaje. A la salida nos dirigimos para la puerta principal de entrada, para ver a la gente que estaba llegando.

Todo pasó como un sueño. De repente la vi y el resto del mundo desapareció. Nada importaba más que ella, parada del otro lado de la puerta. Estaba más hermosa que nunca con su vestido azul. El tiempo se detuvo y todo transcurrió en cámara lenta, especialmente cuando me miró.

Era Valeria quien había venido a la fiesta. 

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