Estúpidas Sorpresas

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1 año después

Estaba en la empresa, trabajando junto a Christopher. Hoy nos había tocado venir más temprano, debido a una pequeña reunión que Chris tendría. Llegamos alrededor de las siete de la mañana y, en éstos momentos, el reloj de mi muñeca indicaba que eran las diez de la mañana, lo que me hacía sentir hambrienta.

Haré un pequeño resumen:

Después de regresar de nuestra luna de miel en París, Marcos le propuso matrimonio a Ani y ella, muy feliz, aceptó. A los seis meses, más o menos, ambos estaban dándose el "sí, acepto", frente a todos nuestros amigos y familiares. Me sentía feliz por ambos; ellos merecen ser felices.

En medio de todo ese proceso, la familia de Christopher vino a visitarlo en nuestra nueva casa, que queda muy cerca de la de mis padres, pidiéndole que tomara el cargo que le correspondía en la empresa. Al principio, Christopher, no estaba muy convencido pero, mientras cenábamos en casa, hablé con él, intentando convencerlo de que debía hacerlo. Era una buena oportunidad y no debía desperdiciarla; incluso, le prometí que estaría a su lado en todo momento.

Aceptó, aunque no se sentía muy convencido ni emocionado.

Llevamos casi un año trabajando arduamente y sin descanso, aunque,  de vez en cuando, nos damos nuestro tiempo como pareja.

Durante todo éste tiempo, ambos hemos estado teniendo intimidad, sin cuidarnos en absoluto; hace tres meses me enteré que seré madre.

La noticia se las dije mientras almorzábamos con nuestra familia en un restaurante, cerca a la empresa. No negaré que me siento algo nerviosa pero, al mismo tiempo, me siento la mujer más feliz del planeta y Christopher se ha encargado de cumplir todos mis antojos, incluídos aquellos que son algo extraños.

Por ejemplo, hace unas dos noches, me desperté a eso de las 3:30 de la madrugada, sintiendo unas ganas enormes por comer helado con papas fritas; por supuesto que lo desperté y le dije.

Creo que, alguien normal, se habría molestado pero no mi esposo. Simplemente se echó a reír, dándome un casto beso, levantándose de la cama, haciendo el pedido a esa hora. Me parecía algo imposible conseguir algo abierto a esa hora pero, Chris, lo consiguió.

Otro de mis antojos, bastante extraño, ha sido relacionado a nuestra intimidad. A veces, simplemente, lo necesito con urgencia y tampoco se niega; de hecho lo disfruta bastante, haciendo que ambos pasemos un gran momento.

Otra de las cosas, bastante inusuales, es referente a pequeñas discusiones, a veces sin fundamentos, por mi parte. Han aparecido mujeres en la empresa, ofreciéndose sin temor delante de Christopher, causando un incremento de celos en mi interior. Christopher me recuerda que me ama y que, a veces, le pongo demasiado color, lo cual me enfurece peor. Supongo que se debe a mis cambios hormonales tan drásticos y repentinos, que me hacen sentir ofuscada y a punto de enloquecer. Él intenta mantenerme en calma pero, ambos sabemos, cuesta hacerlo.

Regresando a mi realidad, son las diez de la mañana y, de verdad, tengo demasiada hambre. Creo que podría comerme toda la cafetería de la empresa completa, si pudiera, pero debo controlarme un poco en ese aspecto.

Decido ir en busca de mi bello esposo, pensando en una manera menos ruda de decirle que muero de hambre. Al estar frente a su oficina, entro sin siquiera avisar; soy su esposa y no necesito invitación.

Al entrar, Christopher está detrás de su escritorio, firmando unos papeles de permisos o algo así, ya que piensan abrir otro hotel, no tengo idea dónde; su ceño estaba fruncido, haciéndolo ver muy serio.

Me acerqué en silencio a su lado, haciendo que despegara su vista de aquellos papeles, regalándome una bella y seductora sonrisa; sonreí de vuelta.

¿Sueños Quebrados? (Terminada Y Corregida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora