Hoy era el día en el que Christopher regresaba. La emoción era algo que bañaba mi interior; me había hecho demasiada falta y, aunque estuve distraída por todos, debo reconocer que, mi esposo, ya es parte esencial de mi vida.
Estuve yendo y viniendo de la oficina debido a algunos papeles más que tuve que firmar; la presencia de Kimberly Laville estuvo alterando mi sistema hormonal, neuronal, emocional y demás; no sabe rendirse esa mujer.
Pasé los cuatro días en casa de mis padres y, Betty, estuvo haciéndome compañía para las compras del bebé.
Me encuentro en el aeropuerto, esperando en la salida de pasajeros por la llegada de Chris; Jerry me hace compañía.
- ¿Segura no quiere nada, señora? - Sonrío sin dejar de mirar hacia el frente, negando en silencio.
- Esperaré a que él llegue para desayunar, Jerry. - Lo miro unos segundos en los que, él, ríe con suavidad y asiente en acuerdo.
Al regresar mi vista al frente, mis ojos se abren con emoción y una sonrisa se posa en mis labios al verlo salir de aquel lugar con una sonrisa enorme al verme. Lo veo echar a correr hacia mí, dejando caer su maleta al suelo, tomándome entre sus brazos, levantándome sin esfuerzo alguno del suelo, escondiendo su rostro en mi cuello.
- Te extrañé, pequeña. - Deja un beso en mi cuello, haciéndome sonreír. - Demasiado.
- También te extrañé demasiado, amor. - Acaricio su cabello negro, dejando un beso en su mejilla.
Al dejarme en el suelo, con cuidado, toma mi rostro entre sus manos, acercando sus labios a los míos, uniéndolos con amor y ternura. Siento que mis mejillas se sonrojan al separarnos y darme cuenta de las miradas de nuestros espectadores y sus sonrisas de ternura hacia nosotros.
- ¿Ya desayunaste? - Niego en silencio y él me toma de la mano, llevándome hacia el auto. - Bien, vamos a comer y, de ahí, a casa. - Fruncí mi ceño, sintiéndome confundida.
- ¿No debes estar en la empresa? - Veo que deja escapar un suspiro pesado, haciendo que suba al auto mientras, él, saluda a Jerry.
Espero con paciencia a que suba también y, cuando lo hace, fijo mis ojos en su rostro, esperando una respuesta a mi pregunta. Veo que sus ojos me miran y asiente en silencio.
- Sí, debo estar allá. - Asiento en silencio. - Sólo... - hace una pausa bastante larga que me hace sentir curiosidad - quiero tener un poco de privacidad; quiero pasar tiempo de calidad con mi esposa.
Sonrío con ternura, viéndolo acercarse a mí; mi mano izquierda viaja a su mejilla, dando una suave y leve caricia, mirando sus bellos ojos.
- Siempre habrá tiempo para los dos, amor, pero, ahora mismo, debes salir de tanto compromiso. - Dejo un pequeño beso en sus labios, mirándolo con ternura. - Siempre estaré esperando por ti.
Él sonríe levemente, besando mis labios, asintiendo levemente al separarnos.
Christopher le pide a Jerry que nos lleve a una cafetería para poder desayunar y, de ahí, hacia la empresa; reconoce que debe hacer demasiadas cosas el día de hoy.
Al llegar a la cafetería, ambos entramos y, Chris, se encarga de comprar el desayuno para Jerry, llevándoselo al tenerlo listo; ambos nos sentamos a comer entre charlas tranquilas y sonrisas. Al terminar, salimos del lugar, siendo llevados a la empresa.
Al estar en el ascensor, y después de haber saludado a todo mundo, Chris me une a su cuerpo, besando mi cabeza con ternura.
- Puedes esperar en la sala de reuniones, pequeña. O si quieres quedarte en la oficina, no tengo problema. - Sonrío, negando con cuidado.
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¿Sueños Quebrados? (Terminada Y Corregida)
Ficção Adolescente¿Se quebrará todo aquello que se construyó? ¿Sobrevivirán a las tormentas? ¿Habrá algún arcoíris al final de la tempestad? ¿O sólo habrán vestigios de, lo que alguna vez, fue perfecto y hermoso? Quizá, la esperanza, sea algo que nunca acabe. Sí, q...