Ernesto se reunió con Héctor e Imelda cerca de la estrada mientras salían al escenario los siguientes participantes.
El joven compositor estaba como en una nube; a la muchacha la iba elogiando sin parar. Ella lo miraba con exasperación porque él incluso había llegado a tratarle de tú, pero sí le seguía escuchando.
Sin embargo al ver a Ernesto la expresión de Imelda cambió de inmediato y ella volvió a ser la chica implacable que todos conocían. Irritada por la mera presencia del cantante, le dirigió una mirada enfadada y alisó los pliegues de su vestido.
'Tengo que irme ahora', dijo simplemente y sólo para Héctor. 'Gracias por acompañarme.'
El menor se sonrojó y la tomó del brazo con pura alegría en los ojos.
'¿Acompañarte? ¡Por supuesto, sería un placer! ¡Que de ningún modo me gustaría que te pasara algo!'
Imelda alzó una ceja y se descartó.
'No a mi casa idiota, ¡sólo aludo a la competición!' suspiró.
'... Ay sí, claro', farfulló Héctor mientras se pasaba la mano por los cabellos con molestia.
Él luego se extrañó de que la muchacha quisiera regresar a casa tan temprano aunque era el Día de Muertos, y además de eso que la competición todavía no había acabado.
'El Día de Muertos es una fiesta familiar', replicó Imelda levantando los ojos al cielo como si le hubiera leído la mente, 'por eso tengo que regresar. En cuanto a la competición, ni siquiera sabe mi mamá que participé.'
Arrugó los ojos mientras a los dos músicos les miraba desde arriba.
'Y de todos modos también tengo que cuidar mis hermanos, entonces buenas noches.'
Al verla tan apresurada, a Ernesto de repente le ocurrió una idea y ocultó una sonrisita.
La oportunidad era perfecta.
Le dirigió su aire más seductor.
'Ay, señorita, Héctor sí tiene razón', contestó. 'Sin embargo no creo que él pueda mucho para protegerte. Perdóname mi amigo, pero es la verdad, ¿no?'
El joven frunció el ceño al entender que aludía a su cuerpo demasiado flaco y torpe, y entonces protestó.
'Pero Ernesto, yo—'
'Oigan, no necesito a nadie, que me puedo cuidar a mí misma', interrumpió Imelda mirando al mayor con desprecio.
Éste se cruzó de brazos y suspiró.
'Miren, a mí tampoco me gusta la idea porque significaría que no estaré aquí cuando den los resultados de la competición, pero permítanme insistir', respondió. 'Héctor, por favor espérame aquí, que me podrás decir qué pensaron de nuestra actuación. Bueno, aunque ya sé que fuimos los mejores.'
Frustrado, su amigo vivamente agitó la cabeza con desaprobación.
'Eh, ¡eso no es justo! ¡Fui yo el que la acompañé!'
'¡Qué pinches chamacos!' perneó Imelda.
Con esas palabras se fue.
Ernesto logró persuadir a Héctor que se quedara, insistiendo más en la seguridad de la joven — a pesar de que el Día de Muertos fuera un día de alegría y acercamiento entre la gente — y prometiéndole, sin pensarlo ni un segundo, que la próxima vez lo dejaría ir con ella.
Como último argumento le murmuró que mientras lo esperara aquí Héctor podría trabajar en su canción.
Luego rápidamente el cantante se marchó para volver a atrapar a Imelda.
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Loco de Atar ES
حركة (أكشن)¡Hola a todos! En realidad ni sé cómo se me ocurrió esta historia jajaj Cuenta más o menos la razón por la cual Ernesto asesinó a Héctor (a mi parecer, por supuesto) y la relación compleja que había entre Ernesto, Héctor e Imelda. De antemano les pi...