-¡pero que torpe!- dije soltando un suspiro ahogado mientras mi rostro se llenaba de vergüenza y de miedo -no sé en realidad en lo que estaba pensando- quien sabe, quizá pude romperle la nariz, pensaba una y otra vez -lo siento muchísimo- no paraba de repetir lo mismo, sin embargo, su sonrisa me desconcertó un poco y me llenó de alivio; al perecer el chico estaba bien.
-No te preocupes, estoy bien, sólo fue un accidente supongo que no me alcanzaste a ver cuando abriste la puerta- me sonrió con la gran cantidad de bellos y relucientes dientes que jamás había visto, me quedé atónita sin saber que contestar, con los labios entreabiertos y mi corazón palpitante. Su semblante cambió a uno un poco preocupado y recobré la compostura en un instante.
-sí, claro... eso fue, nuevamente lo siento muchísimo, no era mi intención lastimarte de verdad que no sé en dónde tengo la cabeza, todo esto de la universidad, dejar la casa de mis padres para ir a estudiar a Dumbstlin, nadie de mis parientes ha estudiado en la universidad, es una gran responsabilidad y un honor para mi ser la primera que pueda graduarse del University College Dumbtlin y...- creo que hablé demasiado, en realidad no tenía por qué contarle toda la historia de mi vida a un extraño y la verdad no comprendí nunca por qué me ponía tan nerviosa y... una carcajada me sacó de mis pensamientos internos, levanté la vista algo molesta debo decir, ¿qué le causó tanta gracia?
-se ve que estás nerviosa, no te preocupes, yo también suelo hablar mucho cuando estoy algo nervioso y preocupado y... ya que nos dirigimos a la misma universidad más vale que nos presentemos y así podamos ser amigos, ¿te parece, extraña?- dijo con un semblante despreocupado y tendiéndome la mano, como para saludarnos.
-Maya Murphy- dije tomándole la mano.
-Aidan Wilson- dijo estrechándola amablemente- y bien, señorita Murphy ¿cuál colegio de los que nos ofrece la University College ha sido de su agrado?- me preguntó un poco curioso mientras nos dirigíamos a pagar las cosas por las cuáles habíamos parado en la tienda de autoservicio.
-oh, por la escuela de educación y aprendizaje para la vida, ha sido mi sueño desde que tengo memoria dedicarme a la docencia. Y usted señor Wilson ¿qué colegio será honrado con su presencia?-le pregunté también curiosa y ansiosa por saber si podría verlo más seguido por los pasillos de la universidad.
-La escuela de derecho por su puesto, yo también he soñado desde pequeño con defender la justicia, claro antes lo pensaba hacer como un super héroe, pero es obvio que eso es imposible y por eso opté por estudiar derecho- sonrió amigable mientras yo reprimía una carcajada por su comentario.
-eres gracioso- le dije- creo que podremos ser buenos amigos- sonreí con la esperanza de dejar atrás todo el trago amargo que pasé con Steve y darme la oportunidad de ser yo misma.
-lo mismo pienso Maya, ¿puedo llamarte así?
-claro que sí Aidan- sonrió nuevamente y me perdí unos segundos mientras la cajera me cobraba, caminamos juntos el estacionamiento charlando un poco sobre las expectativas que teníamos del campus, me acompañó hasta mi auto, era momento de despedirnos- bueno, supongo que nos vemos en la universidad ¿no?
-así es Maya, que tengas buen viaje, nos vemos en el campus.
-igualmente Aidan, ten cuidado, nos vemos en el campus.Y ese fue mi primer encuentro con Aidan Wilson, un caballero de pies a cabeza, el hombre soñado que todas las chicas quieren, un sueño hecho realidad, era tan perfecto que resulta una falta de respeto no dedicarle un capítulo completo a este tan representativo personaje que logró quitarme el sueño en muchas ocasiones. Fue mi sueño cumplido durante la universidad y poco más, aunque no duró como es de esperarse de las cosas buenas, pero no nos adelantemos a los hechos aún.
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Con 30, soltera y virgen
RomanceCon 30, soltera y virgen trata sobre la vida amorosa de Maya, es una comedia romántica un tanto pícara en donde se narran sus aventuras, sus tristezas y forma en que se ha conservado virgen a tan madura edad.