La Venganza

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Después de la gala regresamos al hotel, ambos estábamos lleno de irá y deseo, El magnate por su encuentro con Cansiani y yo por el trató que me ha dado Gabriel de su indiferencia y exigencias.

Tengo la oportunidad de vengarme ya que él se esta entregando en bandeja de plata para que lo torture sexualmente como me plasca, será mi sumiso.

__ Le voy a tomar la palabra Sr Santini en que seas mi sumiso. Sientese aquí y espere.

Pasado unos segundos le coloqué una venda negra en los ojos al magnate. Me había quedado en ropa interior para iniciar mi venganza sexual para liberarme de tantas tensiones y sentimientos acumulados.

__ Si desobedece lo tendré que atar a la silla Sr Santini.

__ Estoy en desventaja en no mirar,  ¿y tocar puedo?

__ Donde yo le indique.

Me coloqué encima de él para quitarle la ropa lentamente. Ya sin camisa procedí a desabotonarle el pantalón hasta que tome con mi boca su pene.

Escuchaba la respiración del magnate que cada vez se aceleraba y eso provocaba en mi mayor sensualidad y se desataba mi lado salvaje.

__ Sr Santini ¿le gusta?

__ Si Diana, eres una Diosa cuando te adueñas de mi pene.

Seguí hasta que logré escuchar un gemido fuerte y mi nombre cuando el liquido estaba en mi boca. Continué para torturar aún más a Gabriel.

Mientras el magnate se recuperaba le termine de quitar la ropa dejándolo completamente desnudo y le até las manos por detrás. Que cuerpazo tiene este imbécil que me encanta, me dije a mi misma mientras me consumía el deseo de cogerlo.

Le agarre el pene con mis manos para masturbarlo y le decía cerca de sus labios:

__ Sr Santini merece castigarlo por imbécil y patán.

__ Castigame Diana.

Le coloqué mis senos en su boca para que lo saboreara. ¡No! Literalmente lo estaba devorando cada uno.

__ ¿Te gustan mis senos?

__ Me vuelven loco.

Metí mis dedos en su boca y me masturbe.

__ ¿Gabriel quieres probar mi vagina?

__ Si, la deseo.

__ Está húmeda.

Le di a probar y devoraba mis dedos chupando. ¡Qué hombre!

__ ¿Quieres más?

__ Soy tu esclavo no tengas compasión de mi Diana, cuando te cojo no lo tengo contigo.

Repeti el movimiento varias veces sin dejar de masturbar al magnate y mi lengua se la pasaba por sus labios.

Gabriel:

Que tortura tan agradable, Diana es una mujer peligrosa me tiene en sus manos. Ha desatado una lujuria incontrolable que sino estuviera amarrado la tomaría hasta explotar los dos.

No hay mujer que me controle de esta manera y le permita hacer lo que quiera conmigo, sólo Diana tiene ese poder.

El pene del magnate estaba grueso y duro, no aguante más lo deseaba, me lo introduje en mí para sentirlo. Y mi gemido fue fuerte y delicioso..

Mis movimientos eran lentos y luego acelere las embestidas, me lo estaba cogiendo duro que provocaba sus gemidos y decía mi nombre.

__ Gabriel acaba conmigo.

Le quite la venda, quería que viera a la mujer que lo estaba cogiendo.

__ Diana voy acabar, no aguanto más...

Dos gemidos, dos cuerpos en uno, sudados, una mirada de deseo, agotados con la respiración agitada era el resultado de nuestro encuentro, nos costo recuperarnos, lo solté y me abrazo.

Duramos un largo rato abrazados y Gabriel tomo mi cara para mirarme cerca de la suya.

__ Eres mi mujer Diana Da Costa y ningún contrato, deuda ni otro hombre lo va impedir.

Después de las palabras de Gabriel me beso en los labios apasionadamente, su lengua recorrió mi boca y se entrelazo con la mía. Estábamos drogados, mi cuerpo se estremeció y lo tomé por el cuello.

De un beso apasionado fue dulce hasta quedarnos sin respiración. Nos separamos y nuestras miradas se encontraron. Y nos volvimos a besar.

Gabriel me cargo hasta la ducha, me siguió besando bajo la caída de agua. No teníamos control de nuestros actos nos dejamos llevar. Hicimos el amor y luego me cargo hasta la cama.

__ Ahora es mi turno Diana.

Tomo mi vagina con su lengua suavemente se la devoró logrando una sensación tan agradable en mí.

Subió lentamente probando mi cuerpo hasta mis senos se detuvo un buen rato del uno al otro y siguió por mi cuello hasta mis labios.

Estaba entregada a él completamente sin importar contrato alguno, no se trataba de un pago, ni de una venganza, sino de un sentimientos más allá.

El beso hacia latir mi corazón y el del magnate, lo sentía. Estaba emocionada internamente, no quería pensar, quería sentir y fue así, el pene de Gabriel estaba dentro de mí con movimientos lentos mientras su boca tenia la mía.

Acelero el movimiento y me retuvo mi mirada con la de él hasta acabar. Me abrazo hasta que nos quedamos dormidos.

¡Fué mágico!

Contrato entre Rivales 📝❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora