Mi mente está hecha un caos y mis sentimientos son un remolino tan intenso que duele, siento como mi garganta arde cuando trato de pasar saliva.
Me siento demasiado perdida, solo han pasado dos horas desde la confeción de Daniel, dos malditas horas en las que no he podido hacer otra cosa que no sea estar hecha un ovillo en una esquina de la estancia y recrear una y otra vez la escena en mi camerino.
Estaba demasiado abrumada, como para pensar con claridad, todo era incierto e inseguro. Que se suponía que debía hacer ahora, yo juré venganza, pero si de verdad había ocurrido todo lo que me dijo, sería justo que pagase aún más de lo que la vida le ha cobrado ya.
Mis nervios se encuentran alterados de una manera atroz, no soy capaz de tomar una desición ahora.
No me pude haber equivocado, besé a Daniel y con eso mis sentimientos volvieron a surgir, estaba segura de que al paso de los días de nuevo se apagarían y volvería a sentir ese odio que tenía por él.
Pero y ahora que hago, si he sentido ese odio de mamera innecesaria, no se suponía que las cosas eran así.
Yo tengo que vengarme de Emily y la única forma era destruyendola a través de él, pero si sigo con esto voy a herirle a Dani de la misma manera, y eso no está bien.Si me costaba el hecho de pensar hacerle daño por lo que me hizo, ahora que se que en realidad no hizo nada y que además tambien ha sufrido, como voy a lastimarlo, de donde saco las fuerzas necesarias para lograr mi objetivo, si solo Dios sabe que lo sigo amando con toda el alma.
Su manera de preguntar, que me habían hecho me descolocó de una manera terrible y sorprendente, quiero contarle todo, pero hay algo que me lo impide.
No sé cuanto tiempo ha pasado cuando despierto en el sofá de la sala, tampoco sé en que momento caí presa del cansancio, lo único que sé con exactitud es que mi mente y mis sentimientos se han convertido en pequeños estragos, y que el dolor que siento en el pecho me está consumiendo con el paso de las horas.
*****Ya han pasado dos semanas desde la última vez que vi a Daniel y a causa de esto los días en la oficina no han sido nada fáciles.
Todos los días me levanto y me duermo con un mensaje de Daniel que llega a mi celular, no he tenido el coraje de enfrentarlo, él quiere intentarlo de nuevo, y yo no puedo, mi corazón sufre cada vez que un ramo de rosas azules llega a mi apartamento, acompañado de una tarjeta en la que hace una promesa.
Quisiera correr, buscarlo y decirle que si, que acepto estar de nuevo con él, pero no sé si tenga las fuerzas suficientes para enfrentar lo que viene, por unirme a él.
¡MALDITA SEA! ¿Qué le hemos hecho al mundo, qué daño hacemos por querernos, qué regla estamos infrigiendo, qué pecado cometemos? Esas preguntas me atormentan a todas horas.
Soy conciente del daño que me hago, pero no puedo evitar pensar en la posibilidad de revivir todo lo que Daniel me hace sentir, pero tampoco puedo olvidar y empezar de nuevo, existen victimas en todo esto y por ellos es que necesito seguir con mi objetivo.
Me encuentro sola de nuevo en la oscuridad de mi apartamento, el olor a rosas me abruma de manera pesada y agradable a la vez, estoy perdiendo la cordura.
Y no sé si, estoy lista para volver a caer en el limbo de mi vida pasada, sé que debo tomar una desición, porque no es justo para ambos, seguir en un camino de espinas sin rumbo.
Pensar en todo lo que se ha convertido mi vida, hace desplomarme en el suelo y reclamarle a alguien por todo lo que estoy sufriendo.
—¡DIOS MÍO, SI DE VERDAD EXISTES AYUDAME!—siento como un grito de mi garganta exige misericordia y piedad—¡Me está matando este dolor en el alma, Dios estoy totalmente sola!
—Tú, te llevaste mi vida con ellos, así que si de verdad vives, te exigo que me ayudes, por piedad—las lágrimas me nublan la vista, y el dolor intenso en el pecho me hace casi imposible poder respirar—¿Qué hice, para merecer esta agonía? Amarlo con todo el corazón, yo no sabía que este sería el precio.
“Dale una oportunidad de mostrarte que el mundo puede ser mejor para ambos” "Claro que no, tienes que seguir con esto estúpida, quizás no fué su culpa, pero ya se te olvidó todo lo que has sufrido por él" “Perdónalo, solo trataba de protegerte” "Ignora sus palabras y destrúyelo a él, a todo y a todos quienes lo rodean, llegó su hora de pagar"
—Basta, dejen de atormentarme, necesito paz—digo al borde de un colapso, esas voces me torturan una y otra vez—Es mi desición—me susurro a mi misma, pero no sé que que hacer.
Mi corazón grita y me implora por perdonar, por la necesidad de volver amar y ser amado. Mientras mi conciencia me amenaza y me exige destruirle, odiarlo y hacerle pagar cada una de mis lágrimas.
Mis pensamientos no son coherentes, solo sé que me estoy hundiendo, siento caerme a un precipicio, mi alma y cuerpo están desconectados y el vació me cala los huesos en un frío ensordecedor.
*****
No sé exactamente, la hora que es, estoy situada en el mismo lugar desde que llegué a mi apartamento, me encuentro perdida, desorientada, ni siquiera soy atenta en el momento en que la luz de mi teléfono, anunciando una llamada se funde como un destello para toda mi oscuridad.
No sé como alcanzo a tomar la tercera llamada, y cuando contesto no hago intento de saber quien está del otro lado de la línea, solo sé que mi nombre acompañado de un suspiro, es lo único que necesito para pedir ayuda.
—Por favor ayúdame, ven por mí, no quiero estar aquí, ya no sé de lo que soy capaz si sigo un minuto más en mi soledad—digo sin ser conciente de lo que sale de mi boca, una voz desesperada al otro lado de la línea me dice que todo estará bien, yo suplico porque sea así.
—Solo ven por mí—es lo último que susurro antes de colgar la llamada.
Una punzada de inseguridad y tristeza me atreviesa el corazón, y no sé exactamente que sucede durante los próximos minutos, solo siento como pierdo el sentido y mi autocontrol se va al carajo.
Los muebles y adornos vuelan por todo mi departamento, y solo me detengo cuando una voz me descoloca completo.
—Tranquila princesa, ya estoy aquí, vine ayudarte mi Cristal—y es suficiente escuchar su voz, para rodear su espalda con mis brazos y soltar un llanto profundo y desgarrador.
—No me dejes Daniel, sálvame, te lo imploro—digo en un susurro casi inaudible. Siento la presión de su cuerpo sobre el mío y noto como comienza a llorar junto a mí.
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¿Pasión o Venganza?
RomanceDicen que el pasado tarde o temprano, llega a tu presente para cambiar tu futuro y eso es algo con lo que Laudeth Miller y Daniel Ivannock no contaban...¿Pasión o Venganza? Una historia llena de intrigas, dolor, pasión y amor.