Welcome To Your Life [ChanSoo]

Capítulo 1

Do KyungSoo; residencia Do, 7:45 AM.

La melodía en bajo, acompañada de notas esporádicas de piano y una batería lenta inundaba la habitación del chico de baja estatura.

—Ice ice ice baby— cantó erróneamente la letra de la canción cuando el cantante dijo el primer verso —Es un insulto a tu memoria— suspiró el joven yendo hasta el escritorio donde el mini componente reproducía las canciones desde su iPod —Perdónanos David, no sabemos lo que hacemos— negó el de baja estatura dando brinquitos para calzarse los pantalones de mezclilla.

Las canciones pasaban aleatoriamente mientras él coreaba los estribillos con alegría y buen humor, era mejor que pasara las primeras horas de su día con buena música y una actitud positiva antes de que los despreciables chicos de su escuela comenzaran a hacerle comentarios del siglo pasado.

KyungSoo se paró frente al espejo, observó satisfecho la imagen que reflejaba, la única cosa que tenía que agradecerle al abandonó materno que había sufrido durante su infancia era que gracias a un padre que sabía nada de la mente adolescente, él se había hecho de una increíble experiencia en el campo de la moda. Portaba los ajustados jeans azules, una simple playera blanca, una de sus camisas a cuadros favorita y una chaqueta azul marino de un elegante gusto, sonrió al KyungSoo del espejo y acomodó su cabello una última vez antes de salir de su habitación.

—KyungSoo se te va a hacer tarde, date prisa— apresuró su padre desde la mesa del comedor, con el periódico cubriendo su rostro.

—Estoy listo— comentó el bajito colgándose la mochila en un hombro —Y ya me voy.

—Espera un momento— dijo el señor Do dando un último sorbo a su taza de café.

KyungSoo rodó los ojos y mordió su labio inferior —Acabas de decir que se me va a hacer tarde, me voy, le diré al chofer que me lleve, deja de fingir que te interesa mi vida y no pretendas ser un padre responsable— el menor se dirigió a la puerta principal, listo para abandonar el departamento. KyungSoo, como la gran mayoría de los chicos de su edad creía que su familia tenía la única misión de hacerle la vida imposible. El chico bajó por el elevador colocándose los casquillos para seguir deleitándose con las canciones de su reproductor musical. Movía la cabeza al ritmo de las melodías hasta que el elevador se detuvo en el lobby del edificio, cruzó el vestíbulo hasta la entrada donde había una pequeña estación de descanso, ahí donde la junta de choferes privados se reunía cada mañana.

—¿Puedes llevarme a la escuela, por favor? — cuestionó el menor sin quitarse los audífonos, se refirió al hombre de edad avanzada que conocía desde la infancia.

—Claro que sí, joven Do. Súbase a bordo— asintió el chofer, dando la indicación que podían dirigirse a la salida para esperar por el auto que manejaba el conductor privado.

KyungSoo volteaba la cabeza en repetidas ocasiones hacia la puerta del elevador, esperando no ver a su padre irrumpir en el pasillo para llevarlo el mismo a la escuela. El lujoso auto se detuvo frente a él y el chico de seguridad de la entrada le abrió la puerta, el de baja estatura se adentró en los asientos traseros y espero paciente por su llegada al instituto. Observó por el cristal de la ventana los altos edificios que rodeaban la zona donde vivía, un lugar de prestigio y reconocido por albergar a las más distinguidas familias. KyungSoo suspiró con cierta nostalgia, si bien detestaba que su padre no hiciera más que regañarlo y juzgarlo debía de agradecerle la cómoda vida que había sido capaz de ofrecerle a pesar de haber sido dejado por su esposa.

La escuela donde KyungSoo estudiaba era una institución privada que estaba a escasos minutos de distancia en auto, negó con la cabeza cuando el coche se detuvo frente a la puerta principal, era hora de volver al infierno que era la preparatoria.