Capítulo 3

1.6K 243 51
                                    

A la hora de la salida, ChanYeol se dirigió rápidamente hasta el estacionamiento y cerciorándose de que no hubiera moros en la costa, subió al asiento del piloto y se puso en marcha en cuanto antes. En aquel día específico se sentía especialmente con más tensión que en días pasados. Podía percibir como los músculos de sus hombros sufrían una fuerte contracción a cada pensamiento que tenía sobre lo acontecido en la mañana.

Con la música tocando a un volumen pertinente desde los parlantes del auto, sus manos iban sujetas firmemente a la goma del volante, apretaba los puños alrededor para ver si con esa acción el estrés lograba abandonar su cuerpo. ChanYeol tenía la mirada fija en el camino, poniendo toda su atención al frente no dejándose ofuscar por su sentir.

Quería llegar en cuanto antes a su residencia para poder acostase sobre la blanda cama, cerrar los ojos y sumergirse en el mundo de los sueños. A cada día avanzado la ansiedad y el estrés se iba acumulando con más insistencia ocasionando como reflejo sentimientos de frustración, enojo y hasta de tristeza, era una mezcla de sensaciones que apenas podía soportar sin detenerse a gritar a todo pulmón. Y había una clara razón detrás de todo aquello, pero era tan complicado para él el aceptarlo que estar rodeado de esa atmosfera era mil veces preferible.

Por haber estado ensimismado en sus pensamientos, su llegada a casa sucedió mucho antes de lo que pensaba. Cuando se dio cuenta, el auto ya se encontraba estacionado frente a su morada, apagando el motor tomó la mochila de una las cuerdas y se encaminó a la entrada. Con pasos apresurados cruzó el umbral y avanzando por el pasillo se anunció.

—Ya llegué— habló en voz alta y con una inusual rapidez, siguió avanzando por el corredor hasta las escaleras que conducían a su habitación. Sin esperar alguna clase de respuesta se metió en su alcoba y aventando la mochila violentamente contra la puerta cerrada, llevó sus manos hasta la cabeza para estrujar sus cabellos con gran agobio.

—Ah...— dejando salir un suspiro que buscaba el alivio de su ser, dejó caer la cabeza hacia atrás y relajó sus hombros. Con los ojos cerrados y el rostro apuntando al cielo, volvió a pensar en las cientos de cosas que lo aquejaban en aquellos días. Pensaba que era demasiado con lo que lidiar.

Luego de haber hecho un par de ejercicios de respiración comenzó a deambular con pasos perezosos a lo largo de su habitación deteniéndose de vez en cuando para contemplar sus posesiones, la estantería repleta de mangas y comics, repisas con figuras de acción de las mismas historias que leía, una guitarra acústica sobre su descanso y un teclado al lado de su escritorio frente a la ventana que daba al jardín trasero de la casa, se dirigió entonces hasta el armario frente a su cama y abrió la puerta para poder desplegar el espejo de cuerpo completo, un artefacto de la longitud suficiente para que pudiera observar su entera anatomía sin problema.

Se paró recto y deshaciéndose de la chaqueta que llevaba puesta para lanzarla lejos de su vista; elevó el mentón y comenzó a ver detenidamente cada pequeño aspecto frente a él, la lisa y prácticamente piel perfecta de su níveo rostro, el par de cejas ligeramente rectas, sus brillantes ojos café. Mientras su mirada iba descendiendo iba girando el rostro para poder ver cada uno de sus ángulos, su recta nariz, sus labios y como la manera en la su labio inferior era ligeramente más grueso que el superior, la forma masculina en la que mentón terminaba. Inclinó el rostro ligeramente hacia abajo y pudo observar su cuerpo entero una vez más.

Se preguntaba a veces de donde habría sacado los genes para tan prominente altura pues su hermana mayor apenas superaba por un par centímetros la media nacional y sus padres eran igualmente de una estatura mediana, llegó a sentirse inseguro sobre su altura pero tan pronto los chicos llegaban a decirle lo celosos que se sentían de su estatura, su percepción cambió y era de esa manera que ahora sus casi 1.80 m formaban parte de las cosas que más le gustaban de sí mismo, no imaginaba hasta que altura iba a llegar al final de su etapa de crecimiento.

Welcome To Your Life [ChanSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora