Después de clavarse casi cuatro pizzas cada una, Luli y Maca salieron a ver las estrellas.
Luli se sentía melancólica. Una parte de ella estaba feliz, pero la otra, sabía que algo no andaba del todo bien. Había algo que no cerraba, y no, no era la puerta del ascensor... ¿Qué hacía allí? No tenía idea. Sin embargo, no estaba asustada. Miró a su alrededor y vio a Oli en un rincón, contando las estrellas con la mano. La imagen le pareció tierna.
"Uuuuuhg, que dolor de ovarios" La voz retumbó en su cabeza e hizo eco en su cráneo.
"¿Azul? ¿Estás ahí?" Preguntó, con desesperación.
"Si, boluda. ¿Estás bien, Luli?"
"S-si. Necesitaba hablar con vos..."
"A ver, desembucha"
"¿Vos decís que le digamos a Mel lo que pasa? O sea, esto que hablamos mentalmente..."
"Nah, no podes decirle. Va a pensar que estás chapa y te va a tirar como comida a los bichos" Luli pensó. Volverse comida de bicho grasoso no era un buen plan.
"Bueno, como digas."
"Che, te dejo, me está doliendo la cabeza. No hagas nada estúpido." Se despidió Azul.
- No prometo nada. - Dijo Luli en voz alta.
- ¿Qué? - Preguntó Maca.
- Nada, Maca, nada... - Le respondió, haciendole pat pat en la cabeza.
- Como sea... Tengo hambre. Vamos a saquear la heladera de Fiore. - Propuso Maca.
-¿ Vamos?
- Vamos.
- Quizá saquear la heladera de Fiore sea nuestro siempre.
- Che, te confundiste de libro, boluda.
- Uh, mala mía, mala mía. Dale, vamos a vaciar la heladera.
Las dos se pararon, y caminaron con paja, porque correr después de haberse clavado cuatro zapis era todo un trámite. La cocina estaba llena de postres y chocolates por todos lados.
- Uuuuuuhg, creo que las pizzas estaban envenenadas y ahora estoy en el paraíso. - Dijo Maca.
- O en el infierno. En un muy chocolatoso y perfecto infierno. - Dijo Luli, dando una vuelta entre los tarros de crema de oreo, antes de lanzarse al ataque.
- ¡¿PERO QUE RECARAJOS HACEN ACÁ?!
Lo primero que Maca y Luli escucharon cuando se despertaron fue el grito horrorizado de Fiore al ver el desastre. Sintieron unos escobazos en el culo, y de pronto estaban afuera de la cocina, y corrian lejos. Fiore, en la puerta, tenía la piel ligeramente verde, los ojos rojos como si se hubiese fumado un porro de lechuga, y había partido el palo de escob por la mitad. En otras palabras, estaba flasheando Hulk.
- Y NO VUELVAN. - Dijo con voz satánica.
- De todos modos voy a volver. - Dijo Maca, encogiendose de hombros mientras corría. - Siempre lo hago. Luli iba corriendo tan rápido que no vio a Flor, que la estaba buscando, y se cayó sobre ella.
- Auch, Luli, Tini te busca. Hoy es tu primer día como corredora. Ahora... ¿podrías pararte y sacar tu adorble cuerpo de mi torso? Gracias...
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