Conociendo la fraternidad

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Cuando estoy ya frente a ellos les sonrio lo mejor que puedo para no parecer que tengo miedo de sus personalidades o si son unos psicópatas o algo parecido, me lleno de valor y me atrevo a hablarles.

—Hola, soy Teddy—saludo amablemente.

Una de las chicas, de ojos celestes y cabello súper lago me responde con un hola amistoso, la otra chica solo sonríe forzosamente y los dos chicos nerds también hacen lo mismo, pero el otro chico me ignora y el otro me mira coqueto, idiotas.

—Bueno, en resumen entre los siente tenemos que crear una fraternidad en una casa que esta por algún lado de aquí así que si vamos a vivir juntos tenemos que hablarnos, no ignorarnos como lo hacen otros—digo resaltando la ultima palabra y viendo a los dos chicos que me ignoraron.

—¿¡¡Espera qué!!?—exclama la chica que me sonrió solamente.

—Como lo oyen—digo sonriente—Siganme—les pido con seriedad.

Los seis se levantan de la banca donde estaban y se van detrás de mi hasta donde sea que este la supuesta casa en donde viviré con ellos.

—¿Bueno alguien tiene idea de donde rayos este esa casa?—pregunto ya rendida. Es verdad que no la he buscado para nada, pero prefiero ahorrarme el recorrido.

—Yo tengo una foto del mapa del campus—nos informa la chica del cabello larguísimo.

—Gracias—le agradezco tomando el celular de la chica.

Sigo caminando con forme me indica el mapa según donde estoy, en unos minutos ya me encuentro frente a la casa, es una casa grande de dos pisos hecha de madera pintada de beige y café obscuro, muy grande y hermosa esta casa.

—Creo que es esta—les digo aun viendo la residencia.

Avanzo hasta la puerta de entrada para tratar de abrir la puerta, probé todas y cada una de las llaves que habían en el llavero hasta que la ultima hizo que se abriera la puerta. Les di una mirada sonriente a los seis rubios detrás mío y procedí a entrar a la casa, los demás sin decir ni una palabra entraron después de mi.

—Creo que iré a ver arriba—digo cuando veo a todos ya dentro de la gran sala de la casa, voy casi corriendo como una niña hasta la segunda planta y veo que hay exactamente siete habitaciones, me acerco lentamente a las escaleras para ver a todos sentados en los sofás—¡¡¡Suban, vengan!!!—les grito emocionada.

Todos subieron a la segunda planta lo más rápido posible.

—Bueno yo quiero una habitación del medio—digo para mi misma con una mano en mi mandíbula—pero hay dos del medio, de tin, marin de do...—antes de que pudiese terminar mi canto el chico que parece emo entra en una habitación del medio a la izquierda, así que solo me queda la del frente de esa.

Entro a la habitación y me tiro en la cama rendida, son las tres de la tarde y tengo que hablar con esta pandilla de rubios si quiero que esta "fraternidad" se levante satisfactoriamente o al menos decentemente como debería.


Subí un capitulo corto de las tres historias porque no se cuando voy a poder subir ya que mañana es lunes y continúo con mis estudios en la universidad y me lleva todo el tiempo de mi bellísima vida.

Cosas de rubiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora