Champions

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Teddy's POV.

Tengo el mejor plan de todos los tiempos, soy tan inteligente y deberían darme un premio por mi grandiosidad que supera cualquier limite establecido.

Les cuento, mi plan consiste en que todos mis compañeros de la fraternidad utilicemos una peluca rubia de un color similar y estilo como el que tenemos en estos momentos, aunque sería difícil encontrar algo idéntico a nuestros cabellos.

Todos vamos camino a una peluquería que esta a unas calles de la universidad, de un hombre un tanto extraño. Llegamos sin decir palabra y entramos al local.

Escuchamos un grito agudo proveniente de adentro de una habitación con una cortina de esas raras que parecen gitanas o algo así, de esta sale el hombre del que hablaba con una camisa rosa brillante y unos pantalones blancos demasiado ajustados.

—Estoy viendo a ocho ángeles caídos del cielo—halaga con una voz más chillona de lo que creí que existiría.

—Hola—saludé —Necesitamos que...—no pude acabar la frace cuando escucho un grito desgarrador de lo más profundo de la garganta de... ¿Lorence? Que nombre más gay, santo cielo.

—Por favor no me digas que quieren cortar esos cabellos de oro hechos por los dioses—dice dramáticamente con sus manos en su boca, ya saben, como vieja a punto de darle un infarto.

—¿Qué? No, para nada. Solo queremos ocho pelucas similares a nuestros cabellos—ruedo los ojos.

—Oh claro, dejenme ver que puedo hacer por ustedes—dice y le guiña un ojo a James.

—Oye, Lorence quiere contigo, James—bromea Renata.

James la fulmina con la mirada y la ignora completamente. Seguimos al señor homosexual hasta una vitrina en la pared en donde hay una gran variedad de pelucas de todos los colores que puedan imaginar y con peinados infinitos.

—Esas cabelleras merecen ser presumidas—empieza a hacernos conversación —No entiendo para qué quieren las pelucas y obstruir su belleza—dice con un tono acusatorio. Es demasiado dramático, aun más que yo.

—Eso no es asunto suyo, señora—responde Doncan, claro.

—Tranquilo, cariño, solo me pareció raro—dice Lorence dando un largo suspiro —Estas son las más similares que encontré —nos enseña las pelucas y eran bastante iguales a nuestros cortes.

Ahora que lo pienso un poco, a Lorence le engrosó un poco la voz, ¿será una fachada eso de ser gay? O ¿realmente ya se hartó de nosotros y quiere que nos vayamos de una vez por todas de su peluquería? Porque osea, hace un minuto tenia la voz más chillona e irritante del planeta, ¡ja! Su voz es más falsa que la de Yuya.

—Perfecto—tomo las pelucas en mis manos y las observo con cuidado—¿Cuánto cuestan?

—Para ustedes no es nada—informa sonriente, por alguna razón no deja de ver a James.

Pobre, lo pone incómodo.

—Oh, muchas gracias—me despido con un beso en la mejilla y nos retiramos.

Salgo de la peluquería con los demás atrás de mi hacia las universidad, nos saltamos las clases de hoy así que estamos de fugitivos acá.

***

Mi fraternidad y yo nos reunimos frente el auditorio de Winslow para poder entrar todos juntos a nuestro destino.

No estamos seguros que lo de las pelucas vaya a funcionar, a lo mejor todos se den cuenta que estamos usando pelucas y nos las quiten de la cabeza para así estropear nuestros hermosos cabellos. Esperemos que todo salga tal cual lo planeado.

Cosas de rubiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora