~Capítulo 9~ mucha piel

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-Hoy definitivamente luce despampanante.-

El artista había abierto la puerta antes de que ella lograra tocar, parecía como si la hubiera estado esperando impacientemente. Y antes de que ella pudiera si quiera saludar o emitir sonido alguno, él ya la había halagado.

-Siempre luzco igual. Usted mismo dijo que debía vestir para cada sesión de igual forma.-

-Eso no quita lo hermosa que se ve el día de hoy, sobre todo por la sonrisa que no siempre lleva.-

¿Ella estaba sonriendo? No se había percatado de aquello.

-¿Tengo derecho a jactarme de ella?- le preguntó, antes de que ella pudiera responder; una vez más.

-¿Usted se cree dueño de mi sonrisa?-

No estaba molesta, más bien todo lo contrario, estaba algo divertida con aquel juego. Lo había sabido entender, y finalmente también disfrutar.

-El mejor regalo que se le puede hacer a una mujer es plantarle una sonrisa en el rostro, y estoy seguro que lo que sucedió ayer logró hacerlo.-

-Lo que ocurrió ayer.- repitió, intentando disimular la respuesta crispada de su cuerpo al recordar.

-Sí. ¿O va a negar haberla pasado bien?-

Más que bien.. Si la había pasado de maravilla, si quiera había podido dormir porque era inevitable aún sentir la humedad de la boca masculina en sus senos y entre sus muslos. El corazón continuaba acelerado.

-Estuvo bien.- asintió, sin querer mostrarle en su totalidad lo mucho que había disfrutado.

-Yo creo que podría decir un poco más que eso. Pero voy a dejárselo pasar porque he despertado muy inspirado. Vamos a continuar con el retrato.-

La visión del sofá rojo le hizo poner coloradas las mejillas y en seguida se acaloró. Todo lo que había sucedido sobre él.. ¿Cómo iba a permanecer sentada en aquel lugar durante horas si no podía dejar de reproducir en su mente cómo el artista había poseído su cuerpo en ese mismo sitio?

-¿Buenos recuerdos?- le murmuraron al oído y a Perrie se le erizó la piel.

-Sólo están frescos.- murmuró, queriendo no caer ante él tan fácilmente -Es cuestión de esperar a que sequen.-

-Supongo entonces que voy a tener que echarles agua.- le respondió Zayn con una sonrisita ya desde detrás del lienzo que a ella aún no se le había permitido apreciar.

-Mientras tanto procure que sea su paleta la que permanezca sin secar.-

-Jamás lo permitiría.-

Durante un par de horas él continuó con el trabajo, y la mujer intentó con todas sus fuerzas evitar sonreír. ¿Por qué recordaba con esa actitud lo sucedido? ¿Por qué sentía que quería volverlo a repetir?

-¿Puedo ir al baño?-

El artista asintió y la observó ponerse de pie y caminar hacia la escalera que la llevaría al tocador y por lo tanto a su habitación.

Dentro del cuarto de baño, Perrie se humedeció la nuca y mojó las muñecas; tenía calor y necesitaba replantearse lo que estaba deseando hacer. Ya había cedido una vez, pero sabía que no podía permitirse volverlo a hacer. ¿Desde cuándo ella se sentía tan atraída a un joven artista? Si ellos eran despreciables.. ¡Y él debía tener unos diez años menos que ella!
Se miró al espejo durante unos minutos y suspiró. Tenía los ojos azules confundidos y notó las pequeñas líneas que estaban comenzándole a salir a sus lados, estaba envejeciendo y su vida tan amarga le iba sumando los años en la piel más rápido que lo que sabía un matrimonio alegre le hubiera proporcionado. ¿Por qué ahora estaba planteándose lo contraproducente que resultaba estar casada con James? ¿Por qué ahora le tentaba la idea de experimentar?

Cuando cerró el grifo y se secó las manos para salir del cuarto, fue directo a la puerta sin esperar que del otro lado un hombre estuviera aguardando. Zayn.

-¿Se encuentra bien?-

-Sí.- logró pronunciar tras dejar pasar unos segundos en los que sus ojos fríos estuvieron clavados en los más oscuros.

-¿Está segura?-

-¿Por qué debería encontrarme mal?-

-No lo sé, pero no dude que puede contármelo. Tengo buenos oídos, entre otras cosas.-

-Usted cree que porque me vio desnuda una vez ahora tiene el puesto asignado de confesor personal.-

-La vi desnuda, y probé de su cuerpo.- sonrió -Eso sólo significa que estoy a su disposición, y bien dispuesto. En verdad encantado de poder ayudarla.-

-¿Por qué tiene esa imperiosa necesidad de llevarme a la cama constantemente? ¿No puede pensar en otra cosa o simplemente callar?-

A Zayn le sorprendió un poco que después de seguirle el juego un rato y regalarle unas cuantas sonrisitas, volviera a ponerse de aquella forma. Si bien pudo darse cuenta que esta vez el cuestionamiento tenía más un tinte de confusión que de molestia, como si esa mujer realmente no pudiera entender que él la deseaba tanto, incluso después de experimentar un poco lo mucho que quería hacer con ella.

-Simplemente la deseo, mucho. Y cuando deseo algo y veo que es un sentimiento recíproco, empujo los límites.-

-¿Cómo puede estar tan seguro que yo también lo deseo de esa forma?-

-Porque puedo ver la reacción de su cuerpo, y no puedo olvidar la forma en que pidió por más cuando yo tenía la cabeza metida entre sus muslos.-

Sus respuestas siempre eran tan directas y crudas, tan descaradas y sin duda calientes. Era un hombre sumamente pasional. ¿Cómo podía estar tan atraído hacia una mujer como ella? Mayor, casada, infeliz.

-¿Sabe qué está haciendo todo muy mal?-

El moreno se encogió de hombros y Perrie pudo notar cómo con el movimiento se le tensaba el abdomen desnudo de una forma.. interesante.

-No creo que esté mal si puedo darle el placer que nunca nadie supo darle.-

-La forma en la que hace referencia a mi vida sexual es sumamente despectiva e insultante.-

-El problema no es usted, si no que es evidente que ha tenido los amantes incorrectos. El pecado acá no es el adulterio, si no el que haya vivido tanto tiempo sin conocer lo que era el placer deliciosamente abrumador.

La respiración la había traicionado. Y no sabía ya cómo responder a sus palabras.

-¿Acaso ayer no se sintió bien?- insistió.

-Sí.- no iba a negar algo que él ya sabía.

-Verla gozar, es excitante como no se imagina. Y si me lo permite, quiero seguir provocándole ese placer.-

El artista pudo ver que ella quería decir una vez más que sí, y acercarse, y repetir lo que tanto les había gustado a ambos. Pero estaba petrificada observándolo, con los ojos brillosos y el pecho agitado.

Entonces decidió desprenderse los pantalones y éstos cayeron a sus pies. No llevaba nada debajo de ellos, más que piel bronceada. Mucha piel.

La mujer inspiró con fuerza.

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Hola! Nuevo capítulo y espero que les haya gustado.
Dijeron que la forma más bien descriptiva en la que narraba la historia les resultaba agradable así que voy a seguir haciéndolo, era realmente lo que esperaba para esta fic. Este capítulo ha tenido más diálogo pero no duden que las escenas entre Z y P van a ser como las primeras.

Adoro sus comentarios, por favor no dejen de hacerlos.
Gracias por seguir leyendo!

Make a Masterpiece of Me - Zerrie |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora