Make a Masterpiece of Me - Zerrie |TERMINADA|

~Capítulo 10~ me gusta

-¿Qué está pensando?-

Llevaba al menos cinco minutos de pie frente a él, con miles de ideas pasándole por la cabeza. Y el artista continuaba observándola fijamente, con el cuerpo totalmente desnudo; no se le había movido si quiera un pelo. Lucía esplendoroso.

Le picaba la piel, indiscriminadamente. No sabía si era el calor que le estaba ardiendo desde el interior de las arterias o si eran nervios. Quizá fuera que le molestaba ir vestida viendo a aquel hombre tan expuesto, quizá su piel deseara tocarse con la suya.
Definitivamente eso era parte de lo que su mente reproducía, imágenes en las que lo tocaba centímetro a centímetro: deslizándole las palmas por el rostro desde las mejillas con barba y el pecho duro, bajando por sus costillas hacia adentro y resbalando por los abdominales, acariciando con mimo y deseo la estrecha cintura hasta doblarse en la v que dirige directo a la ingle; entonces envolvía el cálido miembro con la mano, permitiéndose acunar en la otra palma los testículos.

Su imaginación le ofrecía una fantasía que sabía podía hacer realidad, en ese instante. ¿Pero qué tan lejos era ella capaz de dejarse ir? Ya había dejado que ese hombre la tocara y le hiciera gozar una vez, eso podría considerarse un error por mal juicio; pero si accedía a recrear todas esas cosas que él le proponía, todas esas que ella misma podía verse deseando por primera vez en la vida.. ¿Cuál era su excusa?

-¿Sabe que cuanto más piense, menos va a permitirse disfrutar?-

Él estaba constantemente invitándola a probar de él y entregarse, la invitaba a meterse junto a él en una hoguera de pasión. Le ofrecía un cuerpo magnífico, le ofrecía recuerdos inolvidables de un sentimiento que nunca antes había experimentado en aquella medida.
Y ahora de repente sonaba tan tentador..

Jamás había pensado poder llegar a encontrarse en una situación como aquella.

-¿Puedo tocarlo?-

Lo vio sonreír, con mucho deseo y picardía.
Por supuesto, eso era lo que él estaba esperando ansioso.

Se percató que nunca había visto tan detalladamente el miembro de un hombre. Su marido no apreciaba para nada los juegos previos y menos aún el acariciarse con la luz encendida; y más allá de eso, sinceramente nunca había sentido interés por observarlo cuando compartían el baño o cuando se alejaba de la cama permaneciendo desnudo. Ahora incluso se sentía avergonzada, estaba más cerca de alcanzar los cuarenta años que de disfrutar los treinta, y sus experiencias sexuales no superaban la línea entre desagradables y poco placenteras u amplias. ¡Qué deshonra! Tantos años y ella si quiera podía sentirse lo suficientemente segura como para satisfacer a un hombre al que realmente deseaba ver teniendo un orgasmo exclusivamente por ella. Aquel joven iba a reírse en su rostro cuando viera lo inexperta que podía ser una mujer a pesar de su edad y los quince años de matrimonio que acarreaba. Su experiencia jamás había existido, antes de guardarse los malos recuerdos ya se la habían tragado y la sensación restante no era más que la de un caramelo demasiado ácido difícil de pasar.

-No importa que sienta que no sabe lo que hace. Usted solo.. Explore.- le sugirió Zayn, cuando la tuvo cerca y pudo notarle el ceño angustiado. -El cuerpo es sabio, tiene instinto y sobre todo aprende rápido.-

Besarlo.

Eso quería. Cuando le había hablado no había podido concentrarse en su boca, los labios delgados moviéndose a penas húmedos por el roce previo de una lengua rosada que tantas cosas le hacía imaginar. Sí, también quería tenerlo una vez más entre sus piernas, lamiendo entre sus pliegues, zambulléndose en busca de su clítoris y de su esencia; diablos que con solo recordar la sensación que le había atravesado el vientre entonces, había servido para que su vagina se contrajera.
Jamás había sentido tanto deseo y pasión en un simple beso, porque no sólo le había calentado las entrañas, su corazón se había sentido abrazado. ¿Quién no quiere ser besado dulcemente incluso si no hay amor detrás? Solo importa el momento, lo que el cuerpo siente y dice, ¿verdad?

El moreno no la dejó dudar más, en cuanto Perrie estuvo realmente cerca, estiró los labios y capturó el par femenino. Ella se prendió. Bocas receptivas, esta vez salteándose la parte romántica para abrirse las paredes de dientes; las lenguas bailaban un vals sin música, no era necesaria.
Esta vez él no estaba tocándola, su cuerpo permanecía dolorosamente quieto muy a pesar de las ganas posesivas que le impulsaban a aferrarse a las tentadoras curvas de la rubia. Pero quería que ella hiciera con él todo lo que le apeteciera, que ella lo manejara a gusto y que le enseñara lo que le gustaba hacer y que le hicieran.

Una sonrisa apareció en el rostro del artista cuando la mujer tiró de su labio inferior entre sus dientes, succionando; mientras lo acercaba más a ella empujándolo por el cabello. Luego de morder había abierto la boca yendo directo a su lengua; malditamente caliente, pensó él.

Le agradó sentir la mano femenina rasgando contra los músculos de su espalda, presionando al pasar y metiéndose en cada muesca como si se tratara de un masaje; llegando a las incisiones duras en su espalda baja, rozando con los límites de la carne tonificada de su trasero. Hasta que lo acarició con la mano y apretó una de las nalgas.

-Me gusta esta Perrie.- murmuró él con una sonrisa, aún contra la boca femenina.

-A mí también.-

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No debería estar subiendo esto un Viernes Santo.. Pero la religión no es exactamente lo mío y hace mucho no subo un capítulo.

Creo que hace meses que subo muy espaciado y siempre digo que he estado con problemas, y es la verdad. Voy de golpe en golpe y entre lo que la paso mal y el poco tiempo que tengo, en lo último que logro pensar es en escribir estar historias.

Siempre digo que voy a seguir, porque tarde lo que tarde voy a hacerlo. Todas mis historias tienen un final planeado y se los voy a respetar.

Espero que aún alguien lea esto. Gracias por hacerlo si es así.