JUAN PDV
Desciendo del barco que me ha traído desde Europa, hasta la Nueva España o mejor conocido en estos tiempos como México; pues se ha independizado y ha abandonado aquel nombre.
He regresado después de 12 años de haber vivido en Europa, haciendo negocios para mi padre.
No vine a la boda de mi hermano, que fue ya varios años atrás; pues el lugar, los colores y olores me traen recuerdos de un mal amor y por tal motivo, había evitado regresar aquí.
—¿Necesita otra cosa, joven? —dice el sirviente que me acompaña, sacándole de mis pensamientos.
—No—digo, mientras empiezo a caminar entre la multitud de gente.
—Esperame, joven—grita mi sirviente que tiene como sobrenombre “El tunco”; pues tiene un brazo un poco más corto que el otro, pero eso no le evita ser bueno con las armas, o cualquier cosa que se proponga hacer.
Detengo mi andar, para esperar aquel hombre, que no sólo es mi sirviente, también es mi amigo y cómplice—.¡Date prisa, Tunco!—grito, doy media vuelta y observo como él corre para llegar a mi lado.
—¿Joven Juan, cuanto tiempo nos quedaremos aquí? —pregunta, dejando en el suelo nuestro equipaje.
—¿Cuanta veces te he dicho, que me hables sin formalidades? —pregunto, tomando algunas petacas y ayudarme a mi amigo a cargar.
—Miles, joven, pero no puedo acostumbrarme a llamarle por su nombre.
—Me gustaria que lo hicieras, que solo me digas Juan— giro sobre mis talones y camino hacia el carruaje que mi padre envió, dentro de este le contesto la pregunta que hace unos momentos realizó—. No lo sé, mi padre no quiso darme muchos detalles sobre el asunto que quiere hablar conmigo. Pero pienso que solo serán algunas semanas a lo mucho ¿Porque la pregunta, tunco?
—Es que quería aprovechar que regresamos, para visitar a mi familia. Claro, si usted me lo permite—dice con una sonrisa.
—Claro que si, Tunco, cuando lleguemos puedes ir con toda tu familia—digo, mientras cierro los ojos para dormir tranquilamente durante el viaje.
….
Después de 4 días de viaje en el carruaje, llegamos al pueblo donde viví algunos meses de mi vida, digo algunos, porque sólo estuve aquí en el momento de mi nacimiento y cuando tenía 15 hasta que cumpli los 16 años.
Después de eso me fui a vivir con mi tío; pues mis padres no quisieron regresar a Europa conmigo.
Antes de ir a casa, nos hospedados en el mesón de Doña Hortensia, que sigue en el mismo lugar.
Después de acomodar nuestras pertenencias en la habitación bajamos para alimentarnos un poco.
Nos sentamos en las mesa más alejada.—Sabes, Tunco, en este lugar conocí a aquella mujer, la que hizo que me enamorara por primera y última vez—digo y dejo salir un suspiro.
—No diga que última vez, joven.
No sabe lo que le prepare el destino.
Tan solo mire aquella señorita, no ha dejado de observar sus movimientos.Levanto la mirada y observo a la joven que inmediatamente me lanza una sonrisa coqueta que respondo cordialmente.
Me levanto y camino hacia el
lugar donde se encuentra la joven.
—.Buen día, bella dama.
—Buen día— contesta, me mira directamente a los ojos y toma un mechón de su pelo para enredarlo en en unos dedos.
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ME CASÉ CON LA FEA.
Historical FictionMéxico 1850, mejor conocido como la nueva España, pues hasta hace poco lo era. Descubre esta historia de amor, en la época donde las mujeres no tenían ni voz ni voto. Donde los hombres sólo pedían y las mujeres obedecían. CARLOTA Y JUAN se tendrán...