JUAN PDV
Entro a la habitación de Carlota, al verme ella y su amiga Catalina, se ponen de pie, pues se encontraban sentadas en la cama, viendo un montón de fotografías.
—Juan, no debería entrar por ahí.
—¿Por qué no, Carlota?
—Si mi padre lo descubre se meterá en problemas.
—Dudo que tu padre se enoje.
—Amiga, no me habías dicho que tu prometido conocía el camino secreto, bien que te lo tenías guardado.
—¡Catalina!
Catalina suelta una pequeña risa.
—¿De qué estaban hablando?
—De nada importante —dice Catalina al momento que oculta algo.
—¿Seguras?—inquiero mientras camino rodeando a las señoritas, para ver que guarda entre sus manos la amiga de Carlota, pero antes de que logre ver, Catalina gira, al parecer sospecha de mis intenciones.
—Muy seguras, Caballero— contesta Catalina, dado varios pasos de espaldas hacia la salida—. Me retiro mis queridos amigos, los dejo solos —abandona la habitación llevándose con ella, lo que ocultaba.
—¿Qué lo trae por mi habitación, Juan?—Tomo su mano y me acerco a ella —. Quería saber si tenías deseos de pasear por el jardín.
Carlota coloca su mano libre sobre la mÍa—. Sí, sí quiero. —Contesta con una pequeña sonrisa.
—Vamos. —Entrelazo nuestros brazos y caminamos hasta el Jardín. Por suerte mi madre y Señora Josefina han abandonado la sala.
—¿Qué habló con mi padre, Juan?
—Sobre la boda, Carlota. Tu padre ha decidido que sea este próximo Sábado.
—¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué?¿Sus padres ya están enterados?
—Pues es lo que se debe de hacer después de que me encontraron en tu habitación, Carlota. Y respecto a mis padres, el señor Bernardo en este momento les debe de estar informando.
—Su madre me odiara más —dice al momento de sentarse en el pequeño columpio hecho de una gruesa cuerda y un pedazo de madera vieja, está amarrado a un gran árbol.
—¿Te importa mucho?
—No, digo, bueno, me importa un poco.
—Si a ti no te importa, menos a mi —digo al mismo tiempo que me paro detrás de ella y la ayudo a columpiarse.
—Nunca pensé en enamorarme de nuevo.
—Ni yo, Carlota —. Detengo el columpio, la rodeo, me paro frente a ella, mientras me voy inclinando hasta llegar a la altura de sus labios.
Las mejillas de Carlota toman un color carmesí—. Eres adorable —. Beso sus labios lentamente.
Me separo, para ver sus ojos negros y cuando me acerco de nuevo para besarla, los gritos de mi madre llamándome hace que me detenga—. Al parecer mi madre ya se enteró —. Suspiro pesadamente.
—Es mejor que vayamos, si no se pondrá más enojada.
—Vamos.
Carlota se pone de pie y caminamos de regreso, al estar a unos pocos metros logró ver a mi querida Madre caminando de un lado a otro— ¿Me llamaba, madre?
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ME CASÉ CON LA FEA.
Historical FictionMéxico 1850, mejor conocido como la nueva España, pues hasta hace poco lo era. Descubre esta historia de amor, en la época donde las mujeres no tenían ni voz ni voto. Donde los hombres sólo pedían y las mujeres obedecían. CARLOTA Y JUAN se tendrán...