El CUMPLEAÑOS

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JUAN PDV

levanto de la cama al momento de escuchar al gallo cantar, el sol no  ha salido completamente y lo primero que hago es dirigirme a la habitación de Carlota, pienso cobrar la deuda desde temprano, pues no he dormido porque cada  vez que cierro los ojos veo los labios de Carlota.

Toco la puerta esperando respuesta pero esta nunca llega,  sin permiso entro a sus habitación que no tiene llave, porque quedamos dejarla así, por si  necesitaba algo en la noche por su pie lastimado.

El lugar se encuentra  en completa soledad, ¿Dónde estás? ¿Quieres escapar de mi? No lo lograrás. Doy media vuelta y bajo las escaleras para dirigirme a la cocina,  donde la encuentro parada a lado del fogón. Gracias a Dios, se encuentra sola—. Buenos días, Carlota.

Carlota deja caer la cuchara al suelo y da media vuelta—. Me asustó

—¿Qué estás haciendo aquí, Carlota?

—¿Recuerda que ayer mi prima quería verme?

Cómo no voy a recordar—.Sí, eso que tiene ver con que estés en la cocina.

—Es que fue a buscarme para pedirme que le ayude a preparar la comida, porque es su cumpleaños.

Demonios eso solo significa una cosa,  un montón de gente evitando que esté a solas con Carlota—. ¿De verdad?

—Por desgracias si, Juan —dice, al.tomar otra cuchara para menear el guiso.

—¿Por qué no te negaste? —inquiero al tomar asiento.

—Porque, porque… no sólo mi prima me lo pidió, pues después llegó mi tía y su madre.

—¿Mi madre?

—Sí, su madre.

Antes de seguir con la conversación, se escuchan las voces de las tres mujeres mencionadas con anterioridad. Gritan mi nombre  al mismo tiempo, al entrar a la cocina — ¡Juan!

Me pongo de pie—. Madre, Señora Josefina, Florencia, Buenos días.

Florencia corre hacia mi y me toma del brazo con las dos manos—. Buenos días, Juan. Sabe, hoy Es mi cumpleaños, ¿No me va a felicitar?

—Claro, Florencia, feliz cumpleaños.

—¿Y el regalo, Hijo?—inquiere mi madre.

—En esta ocasión no cuento con alguno, desconocía la fecha.

—No sé preocupe, Juan.

—¿Cómo que no se preocupe, hija?

Se debe de preocupar.

—Pero… pero.. De verdad, señora, no hay ningún problema. No necesito regalos.

—Claro que necesitas regalo. Qué te parece que Juan, pase  todo el día contigo.

¿Qué? ¿Qué? No..—Pero, Madre, iba a ayudar a mi futura esposa.

—Alfredo puede ayudar, tú debes de pasar el día con Florencia, por favor hijo.

No quiero—. Madre…

—Sólo será un día,  no creo que Carlota se molesta o¿si?

Carlota me observa y al momento de que va a hablar, su tía interrumpe—. Claro que no se molesta.

Mi madre y la tía de Carlota, me toman de las muñecas y me arrastran hasta la sala, donde se encuentra mi padre y hermano.

—Sientate —ordena mi madre.

ME CASÉ CON LA FEA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora