Capitulo 9.

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P.o.v Dimitri

La caída del florero hizo eco a través del vestíbulo por varios segundos, y cada repercusión parecía causar que la expresión de mi
madre se retorciera aún más.

Siempre había pensado que era bastante bueno en estar sobre mis pies y reaccionar en caso de crisis (Mirando a mi madre, esto definitivamente cuenta como una crisis).

Sin embargo, por mi vida, no podía pensar en una sola cosa qué decir.

Quizás estaba fuera de
práctica, o tal vez todavía no había suficiente sangre fluyendo a través de mi cerebro, pero de cualquier manera sólo una palabra estaba pasando por mi mente.

Joder.

Y no del tipo que había tenido en mente hasta hacía unos momentos.

Afortunadamente, mi padre, quien alguna vez fuera un integrohombre de negocios, nos cubrió a todos.

—Bueno... ¿no fue eso absolutamente una entrada?

La multitud se rió, y casi podía sentir el calor del rubor de Rose desde dónde me encontraba.

Todo el piso de abajo estaba rebosado de lo que parecía ser cada persona que he conocido, y un montón que
jamás había visto.

Y no tenía la más remota idea de lo que estaban
haciendo aquí.

Papá se acercó a Rose, y ella se veía lo suficientemente mareada como para desmayarse.

Él estaba impecable con un traje oscuro que contrastaba con su pelo plateado.

Tomó su mano y besó la parte posterior de ella.

Sus ojos se posaron en los míos, sorprendida.

Papá habló, su voz lo suficientemente alta para que todos lo oyeran—: No te preocupes de eso ni por un segundo, cariño. Estoy seguro de que en algún momento de su vida, Dimitri ya había roto esa vieja cosa y luego la pegó.

Mamá me habría desollado.

Amaba ese florero.

Pero la gente se reía, y la sala colectivamente suspiró de alivio.

Papá era bueno en ese
tipo de cosas.

Él podía encantar a cualquier sala de conferencias, cualquier fiesta, cualquier seminario.

Eran las cosas uno-a-uno las que no podía hacer.

Papá ayudó a Rose a pasar por encima de los fragmentos de vidrio, y eso me hizo entrar en acción.

Nos cruzamos, pero papá se
quedó en medio de nosotros.

Aún sosteniendo una de sus manos, me dio una palmada en el hombro y miró a la multitud.

—Bueno, queríamos una fiesta de compromiso sorpresa y sin duda
conseguimos una sorpresa.
—Todo el mundo se rió de nuevo. Papá me apretó el hombro y dijo—: Todos ustedes conocen a mi hijo, Dimitri. —Vi a algunos tipos de negocios entre la multitud; con el pelo sal y pimienta, trajes prístinos, corbatas impecables.

Estaba más que seguro de que no los conocía.

Mezclando negocios con la familia, como siempre.

—Se graduó primero en su clase, y su madre y yo estábamos listos para que fuera a Oxford, como todos los otros hombres Belikov. —Aquí vamos.

Tiempo de los insultos no tan astutos sobre cómo había
arruinado nuestro legado familiar

—. Pero los chicos tienen que hacer su propio camino, o sólo van a pretender crecer. Estoy orgulloso de mirarlo
y ver al hombre en que se ha convertido.

Traté de no abrir la boca.

Mi madre y yo hablamos con suficiente frecuencia, pero ni siquiera podía recordar la última vez que mi padre y
yo habíamos hablado realmente.

Él había estado furioso cuando me fui, creyendo que había arruinado mi vida.

¿Era posible que mis padres hubieran hecho un cambio en sus formas? Esta nueva página me hizo perder el equilibrio, y de repente todo en lo que podía pensar, era en el aroma de la cerveza en mi aliento y cuán desaliñado parecía.

Manteniendo Su AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora