Capítulo 14.

381 17 0
                                    

Mi hijo iba a ser tan socialmente inepto que ni siquiera sería capaz
de caminar erguido, hablar oraciones completas, o estar alrededor de otras personas.

Daría a luz a un niño ermitaño.

Respira.

Respira.

Maldición.

Eso me recordó demasiado a Lamaze que volví a
sentirme enferma.

¿Qué si terminaba siendo como Hamlet, el gato demonio, y me
odiaba?

Mierda.

Mierda.

En verdad quería simplemente gritar esa palabra a todo pulmón,
pero probablemente no era ni el momento ni el lugar.

—¿Estás bien?

Abrí los ojos para ver a una alta rubia, cuyas piernas ponían a las mías en vergüenza.

Usaba un corto vestido de tubo negro con unos
increíbles zapatos con taco de color turquesa, y prácticamente era una
modelo de pie junto a mí, mientras yo jadeaba y trataba de no perder
el resto de los contenidos de mi estómago.

Gracias, mundo.

Lo aprecio tanto.

—Este no es un buen momento, Kayleigh —dijo Graham.

—¿Sucedió algo? ¿No rompieron, verdad?

¿Por qué sonaba tan esperanzada?

Rowland habló antes de que yo pudiera hacerlo

—: No, simplemente no se siente bien. Te veremos más tarde, Kayleigh.

—Oh, de acuerdo. Bien, mejórate.

Odiaba cuando la gente decía eso.

Como si pudiera mágicamente hacer que eso sucediera.

O como si no lo deseara
desesperadamente.

Pero vaya, gracias por la recomendación.

Cuando se fue, miré a Rowland.

—¿Quién era esa? —Miré a
Graham, y tal vez algo de la percepción de la Señora Belikov se me había pegado, porque simplemente tenía un presentimiento—. ¿Es una ex?

—Ehh… umm… uhhh…

Ese día podía dejar de empeorar en cualquier momento.

En cualquier momento, ahora.

Realmente.

—¿Por qué sus padres invitarían a su ex a esto?

—Bueno, Kayleigh es una amiga de la familia. Pero suponemos que la madre de Dimitri, estaba intentando causar algunos problemas, porque… bueno, Kayleigh no es la única.

—¿En serio? ¿Cuántas?

Rowland volvió a mirar a Graham, y yo estaba a punto de estrangularlo.

Si estaba embarazada, simplemente podría culpar a las hormonas.

Llámenlo locura temporal.

—¿Cuántas, Rowland?
Se rascó la cabeza. —Bueno, no es como si las hubiera contado.

—Adivina.

—Hombre, ¿tu madre te dio alguno de sus súper poderes?

—Rowland —chasqueé.

—No lo sé, diez.

—¿Diez?

Dimitri tenía diez ex-novias aquí.

¿Dimitri tenía diez ex-novias incluso antes de ir a la universidad?

Y esas eran sólo las que habían venido.

No se sabía cuántas más
había.

¿Oye, universo? ¿Crees que podrías tomarte un descanso con todo el asunto de hacer llover mierda sobre Rose?

Lo apreciaría.

Me puse de pie para regresar al baño cuando Dimitri entró en la habitación.

—Allí estas. Estaba un poco preocupado de que mi madre te hubiera asesinado y estuviera escondiendo el cuerpo.

No me reí.

—¿Estás bien? —preguntó.
Comencé a asentir cuando Graham contestó—: Se está sintiendo enferma. Y puede que haya conocido a Kayleigh. Y Rowland tiene una boca grande.

—Jesús.

Extendió una mano tentativamente para tocar mi hombro.

—En una escala del uno al diez, ¿qué tan enojada estás?

Me llevé una mano a la sien, donde un latido sordo estaba comenzando a formarse.

—Cansada.

Rowland dijo

—: Oh, eso es bueno.

Escuché un ruido sordo, que supuse era Graham golpeándolo en la cabeza.

Dimitri entrelazó sus dedos con los míos y beso la parte posterior de mi mano.

—Vamos. Podemos adelantarlos e ir a la cama. Es un poco temprano, pero podríamos culpar al jet lag. Nadie nos extrañará.

Sólo las diez ex-novias que quieren recuperarlo.

Sí, estaba completamente de acuerdo con ir a la cama temprano.

Me despedí de Rowland y Graham, y le deseé suerte a Rowland en conquistar a una de las ex.

Luego, dejé que Dimitri me condujera fuera de la sala de estar y hasta la escalera que serpenteaba hacia arriba desde el comedor.

Su madre nos interceptó justo antes de que llegáramos a las
escaleras.

—¿A dónde van ustedes dos?

—Rose no se siente bien. Y todavía estamos ajustándonos al
horario. Vamos a retirarnos temprano. Creo que he visto a la mayoría de la gente que te importaba que viéramos.

No la miré a los ojos, asustada de lo que sería capaz de leer en mi
mente, con esa loca mirada de Slytherin.

—Oh, eso es muy malo. Tengo la habitación de huéspedes arreglada para ella.

Dimitri apretó su agarre en nuestro equipaje y maniobró para rodear a su madre y subir los primeros escalones de la escalera.

—Eso no sucederá, madre. Su equipaje ya está arriba y no
estamos acostumbrados a dormir separados. —Palidecí. Si él dijera eso a mis padres, estaría mirando una escopeta—. Estaremos en mi habitación.

Me permití mirar a su madre.

Tomó una respiración profunda y entonces sus ojos encontraron los míos.

A pesar de sentirme miserable, cuadré los hombros y levanté las cejas en una mirada que esperaba que dijera: te lo dije.

Así como también esperaba que no dijera: te mentí totalmente y probablemente esté embarazada.

Seguí a Dimitri por las escaleras, todavía tratando de envolver mi cabeza alrededor de esta noche.

¿Debería decirle?

¿Qué si sólo estoy
recordando mal?

No quería que se preocupara por nada.

Simplemente debía esperar.

Seguiría tratando de recordar.

Tal vez había olvidado algo o estaba recordando mal los días.

O podría comprar un test.

Sí.

Eso es lo que debería hacer… para estar segura.

Estaba tan ansiosa por lavarme los dientes que ni siquiera le dije nada a Dimitri antes de retirarme al cuarto de baño adjunto.

Y tal vez revisaría una vez más para asegurarme que no había comenzado en los
últimos diez minutos.

Dimitri golpeó la puerta un par de minutos después y, ¿quién hubiera pensado jamás que estaba deseando que mi período
comenzara?

Su voz era suave y tentativa.

—¿Estás bien, amor?

—Sí. Estoy bien. Saldré en un segundo.

Tomé una respiración profunda.

Todavía no había razón para entrar en pánico.

Le dije a la señora Belikov
que era una adulta, y se sintió bien enfrentarme a ella.

Decirlo realmente en serio.

Era especialmente importante que actuara como una, ahora.

Porque si estaba… si estábamos embarazados, había mucho más en juego que una visita para conocer a los padres y un estúpido jarrón roto.

Así que, al día siguiente compraría un test de embarazo.

La gente hacía eso todo el tiempo.

Y salía negativo todo el tiempo.

Esta noche sólo necesitaba sacarlo de mi mente y descansar un poco.

Sólo haría que me enfermara si seguía preocupándome por eso.

La puerta del baño chirrió cuando la abrí y Dimitri se giró desde donde se estaba cambiando.

Justo estaba deslizando un par de pantalones de pijama sobre sus caderas, y si esa no era la mejor manera de aclarar mis pensamientos, no sabía qué lo era...

Manteniendo Su AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora