Capitulo 17.

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P.o.v Rose

Nos detuvimos en una pequeña tienda que era sólo un poco más grande que un mini supermercado.

Tenía comida, artículos de aseo, y una mezcla aleatoria de elementos, pero la farmacia del fondo era mi
asunto de interés.

—¿Te importaría conseguirme una bebida? —pregunté—. Voy a ir
al baño, tomaré esa medicina, y me encontraré contigo aquí de nuevo.

No esperé a que Dimitri estuviera de acuerdo conmigo antes de girar y alejarme.

Me dirigí a la farmacia caminando lentamente,
mirando hacia atrás para ver cuando él ya no observaba.

Al verlo darse la vuelta, aceleré el paso y comencé a recorrer los estantes buscando las pruebas de embarazo.

Me tomó tres intentos encontrar el pasillo correcto, y luego todo lo que pude hacer fue mirar fijamente el estante.

¿Por qué tiene que haber tantos?

Había una variedad de nombres y marcas, digitales, manuales y dosificadores, una y dos líneas, con signos más y signos del apocalipsis.

Y, Oh, Dios,
¿por qué esto era tan terrible?

Quizás debería tomar uno de cada uno.

Entonces miré los precios.

Eh… probablemente uno estaría bien por ahora.

Agarré uno manual con el signo más, y corrí hacia el mostrador de la farmacia, en la parte trasera.

Un chico indio con gafas estaba escribiendo en su ordenador.

—¿Disculpe? —Levantó la mirada—. ¿Puedo pagar esto aquí?

—No, señora. La caja está adelante.

Fabuloso.

Tomé un par de cosas más. Un ibuprofeno, un protector solar y una caja de tampones (haciéndome ilusiones).

Reuní todos los artículos
en mis brazos, escondiendo la prueba de embarazo detrás de todo.

Luego, fui hacia delante para encontrarme con Dimitri

Estaba de pie sosteniendo una botella de Coca-Cola, sonriente y perfecto, y Dios, quería decirle.

Pero su comentario anterior acerca de los niños tenía mi cabeza dando vueltas.

Pensé en decirle entonces,
pero luego había insistido tanto que eso fue una broma que empecé a preocuparme de que él enloquecería.

Es decir, ¿por qué no lo haría?

Sólo hemos estado juntos un año.

Estábamos a punto de casarnos.

Probablemente había celdas más espaciosas que nuestro apartamento.

Esperé hasta que fueta nuestro turno para pagar y entonces me volteé hacia él y dije—: Oh, cariño, lo siento. ¿Te importaría cambiar esa
bebida por agua? ¿O tal vez jugo? Es que creo que sería mejor para mi estómago.

Tan pronto como se fue, me deshice de todas las cosas en el mostrador y empujé la prueba de embarazo hacia la cajera.

—¿Puedes registrar esto primero?

La chica en la caja registradora era rubia, no podía ser mucho mayor de dieciséis años, y se rió de mí.

De verdad se reía de mí.

—Mira, sé que esto es loco. Pero por favor. Sólo hazlo rápido.

Se encogió de hombros y dijo

—: Él lo va a notar tarde o
temprano.

No necesitaba una postura en estos momentos.

Registró la prueba, y la metí en mi bolso justo cuando Dimitri dio vuelta en la esquina.

Puso el agua en el mostrador, y luego observó mis cosas.

—Pensé que estabas buscando medicamentos.

Disculpa, descarada chica cajera, ¿podrías prestarme tu caja registradora por un momento para estrellarla contra mi cara?

Tomé el frasco de ibuprofeno y lo agité.

—He estado teniendo dolores de cabeza, y creo que
probablemente fue eso lo que causó las náuseas.

La chica se rió entre dientes cuando dije náuseas.

Manteniendo Su AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora