Capitulo 18.

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Maldita sea,

¿por qué no podía leer su expresión?

—Podría ser. Porque… bueno… olvidé rellenar mi prescripción. Para la píldora. Estaba muy ocupada, y se me olvidó. Esto aún es nuevo
para mí, y yo…

—¿Por qué no me dijiste?

Me iba a volver loca si él no decía algo más definitivo pronto.

Suspiré y miré hacia la ciudad.

Acabábamos de llegar a la cima de la rueda, y la cabina me dio una vista panorámica.

Agarré la barra que
mantenía a la gente atrás del vidrio y dije

—: Estaba asustada. La idea
de tener un hijo, me asusta. Aún me siento como una niña a veces. Y ambos trabajamos mucho, nuestro apartamento es muy pequeño, vivimos en esta gran y a veces peligrosa ciudad que apenas podemos pagar, y realmente no hemos hablado acerca de tener niños. Luego,fueron mencionados en este vago y lejano futuro, y no sabía cómo te sentirías. Así que estaba esperando hasta saberlo a ciencia cierta. O
hasta que pudiera regresar a casa y ver mi calendario.

—¿Pero?

Mi respiración era muy fuerte en mis oídos, casi ensordecedora.

—Pero no quería estar asustada sola.

Sus manos acunaron mi rostro, y tocó su frente con la mía.

Mi respiración se detuvo. Dijo

—: Nunca deberías estarlo.

Dejé escapar un pequeño sollozo y me aferré a él.

Bajó una mano hacia mi cintura, su pulgar rozando mi vientre.

—¿Crees… sientes que lo estás?

Me encogí de hombros.

—No podría decirlo. Estoy agotada, pero podría ser sólo la descompensación horaria. Estoy muy sensible, pero
podría ser que soy una lisiada social que rompe jarrones caros como
primera impresión. Y me enfermé ayer, pero sólo una vez, así que pudo haber sido solamente la fatiga y la conmoción.

Asintió, esta vez deslizando su mano por debajo de mi camisa para tocar mi estómago.

—Si estoy…

—Entonces todo estará bien. Todas las cosas que dijiste son verdad, pero estaremos bien. Serás una madre extraordinaria, y haremos lo que sea necesario para cuidar a nuestro hijo. —Sonrió y sacudió su cabeza—. Nuestro hijo. Guau. ¿Eso es lo que te molestaba
ayer?

Asentí, y él exhalo de alivio.

—Es algo bueno, ¿no?

—¿Quieres decir que estás bien con esto? —Mi corazón daba saltitos.

—Quiere decir que te amo y que quiero casarme contigo y llamarte la madre de mi hijo. Sin importar el orden en que eso suceda.

Apoyé la cabeza contra su pecho, y de repente el peso de mi cuerpo se sentía demasiado.

Su mano se deslizó por mi espalda, y tiró de mí hasta que mi estómago estaba presionado contra el suyo.

Dejé que sostuviera la mayor parte de mi cuerpo y dije

—: Tenemos una tendencia a hacer las cosas fuera del orden.

—El mundo nos ha dado un montón de sorpresas, pero cada una de ellas ha sido mejor que la anterior. No tengo duda de que esto va a
ser igual.

Levantó mi cabeza y atrapó mis labios en un beso.

Pasamos el resto del viaje ignorando el horizonte, enfocados el uno en el otro, y en el momento en que la cabina nos llevó de vuelta a
tierra sólida, una pequeña parte de mi estaba realmente esperando ese signo más....

Manteniendo Su AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora