Capitulo 15.

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P.o.v Dimitri

Rose permaneció enmarcando la puerta del baño y yo estaba perdido sobre cómo actuar.

No tenía ni idea de cómo habían ido las cosas con mi mamá, o después de eso.

Todo lo que sabía era que ella se encontraba en silencio.

Demasiado tranquila.

Y por mucho que no
quisiera que se sintiera enferma, esperaba que eso fuera todo lo que le
sucedía.

—¿Cómo te sientes?

Cruzó los brazos sobre su estómago y dijo

—: Bien. Creo que sólo
fue un… largo día. Y me golpeó. Estoy bien ahora.

—¿Y mi madre?

—Podría ser un villano de Disney.

Exhalé una risa.

Incluso enferma y estresada ella era… notable.

—¿Pero eso también está bien?

Después de un momento tortuoso, ella asintió:

—Creo que sí.

Llegamos a un entendimiento.

—Eso sonaba ominoso

—. Me invitó a almorzar pasado mañana.

Mis cejas se alzaron.

—Quiere decir que fue más que bien. Fue bueno.

Una pequeña sonrisa floreció en su rostro.

¿Qué decía esa teoría
científica?

¿Cada acción tiene una reacción igual y opuesta?

Ver su sonrisa me iluminó.

Ella ancló mis pensamientos, redirigió mi enfoque,
equilibró mi vida.

Y yo necesitaba eso… desesperadamente.

Estar de regreso aquí… era extraño.

He tenido problemas para cruzar esa línea entre ser educado y amable, y volver a caer en mis viejos hábitos.

—Ahora, sobre estas ex…

Hablando de viejos hábitos.

—¿Ex?

—Oh, sí. Rowland estimó que había alrededor de diez allí abajo.

Maldita sea, Rowland.

Cerré los ojos para resistir la tentación de bajar y mutilarlo.

—Estoy seguro de que exageraba.

Los brazos cruzados sobre su estómago se levantaron para cruzarse sobre su pecho, y se veía tan deliciosamente mandona.

¿No podríamos sencillamente saltarnos esa parte y continuar con lo que habíamos planeado antes?

—¿Tienes muchas ex aquí en Londres?

Sacudí mi cerebro hacia una manera en que esta conversación no sería desastrosa.

—No sé si ex es la palabra correcta.

—¿Así que no eran todas relaciones? ¿Qué… sólo sexo?

Hice una mueca.

Supongo que entonces estábamos cortando
por lo sano.

No me gustaba mucho ese lado descarado de ella cuando iba dirigido a mí.

—Rose… Era exactamente un idiota cuando vivía aquí. Me habrías odiado. Mis padres no eran tan buenos en aconsejarme acerca de la
vida. Me dieron dinero y una correa larga, y al igual que un adolescente estúpido, me aproveché de ella. A menudo. Las cosas son tan diferentes ahora que eso se siente como si fuera otra vida. Una persona diferente.

Y lo era, ciertamente.

Cuando me fui de Londres fue una sorpresa muy
desagradable el vivir la vida fuera de esta burbuja de dinero, influencia y tradición.

Pero fue bueno para mí.

Crecí.

Encontré algo que realmente amo, lo que me llevó a encontrar a alguien que verdaderamente amo.

Si había chicas de mi pasado aquí esta noche, no me di cuenta.

Manteniendo Su AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora