Capitulo 7.

460 20 0
                                    

P.o.v. Rose

—De acuerdo, ahora sí acabamos —dijo Dimitri, su voz profunda e hipnótica.

Yo no quería acabar.

Esto era mucho más divertido que conocer
a sus padres.

Descansé mi barbilla sobre su hombro y dije

—: Sólo uno
más.

Él me miró.

—Confía en mí, amor. Luego querrás haber parado
ahora. De otra manera, comenzarás a inventar canciones y hablar sobre lo rico que huelo, y empezarás a tocarme inapropiadamente.

Descansé mi mejilla contra su hombro y deslicé mis dedos justo por
debajo del collar de su camisa.

—Pensé que te gustaba cuando te tocaba inapropiadamente.

Dimitri detuvo mi mano en su cuello y dijo—: No cuando estamos a punto de reunirnos con mi madre.

Oh, Dios.

Su madre.

No debería ser gracioso, pero aún así comencé a reír.

Tenía que reír… o me pondría a llorar.

Sé que dijo que
Rowland y Graham sólo bromeaban, pero no tenía dudas de que lo dijo
para evitar que saliera huyendo.

—Tu mamá entenderá. Ustedes dos prácticamente ya están en la luna de miel. Es bastante repugnante —dijo Rowland.

Graham añadió—: Por supuesto que lo entenderá. Digo, es tu mamá. No es como si no hubiera tenido sexo antes.

Oh, Dios.

Ahora iba a reír y llorar.

Graham se inclinó sobre mí para mirar a Dimitri, cuyo rostro se encontraba arrugado en la que posiblemente era la única expresión nada atractiva que alguna vez hubiese visto en su rostro.

Burlándose aún más de Dimitri, dijo—: Apuesto a que tus padres lo están haciendo en este momento.
Aprovechando para echarse un rapidito mientras tu
vuelo está “retrasado”.

Dimitri se levantó de su banco.

—Y… esa es nuestra señal para irnos a dormir ya.

—Y llamar a un terapeuta. —Sonrió Graham.

—Y comprar un café —añadí. Café, definitivamente.

Dimitri se colocó detrás de mí, y sus cálidas manos apretaron mis hombros.

Me incliné hacia atrás y ladeé la cabeza hasta apoyarla sobre su estómago, y mirarlo al revés.

Parpadeé.

O quise hacerlo, de
todos modos.

En vez de eso, mis ojos se quedaron cerrados.

La oscuridad se llenó de colores, y tuve la sensación de estar cayendo hacia un hoyo negro.

Obligué a mis párpados a abrirse, y luego los
entrecerré debido a la claridad del bar.

Entre estar al revés y dos tragos pasado el punto de que me importara, el mundo se encontraba terriblemente desorientado. —Creo… —Miré a Dimitri—. Que bebí
demasiado.

Dimitri asintió, y si sus pesados párpados indicaban algo, era que no se encontraba exactamente sobrio, tampoco. O estaba excitado. O ambos… con suerte.

Él dijo—: Creo que tengo un par de idiotas como amigos.

Graham se levantó, dejando su cerveza a medio tomar sobre la barra. —No seas tan dramático, Belikov. Sabemos lo mucho que nos amas. No tienes por qué hacer un espectáculo.

—Sólo salgamos de aquí —dijo Dimitri.

Asentí, lanzando mis brazos alrededor de su cintura y apoyando mi cabeza contra su pecho.

Rowland dijo—: Al menos ahora está relajada. Te hice un favor.

De hecho, me encontraba gloriosamente relajada.

Y pensé…
quizá podríamos estirar todo esto del falso retraso del vuelo un poco más, tomarnos un tiempo para nosotros en la ciudad antes de tener que caminar por la plancha.

Manteniendo Su AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora