Después de eso no sabía si estaba sonrojada o no, pero si lo estaba a John parecía no importarle, el seguía igual de contento.
Cuando terminamos nuestras hamburguesas decidimos que era ya muy tarde y que tendríamos que irnos y estuve de acuerdo.
(…)
-¡Yo quería ir a jugar!.- comenzó a reclamar Faith después de haberle contado a donde fui, supongo que era mejor no decirle nada.
-Podemos ir después tu y yo, ¿te parece? .- le tome las manitas y ella asintió frenéticamente.
-De acuerdo, ¿ya cenaste?.- le pregunte caminando a la cocina.
-Briana me dio galletitas y leche.- dijo muy feliz recordando el sabroso manjar que comió en casa de Briana.
-Bueno, entonces vámonos a la cama, tenemos que dormir ya que mañana yo tengo que ir a la escuela y tú tendrás un día muy agitado con Briana y John.
Comenzó a saltar de alegría por lo que le esperaba mañana y salió corriendo a su cuarto. Yo recogí la casa para calmar mis ansias, me sentía muy rara y nerviosa, como si acabara de bajarme de una montaña rusa, era extraño pero lindo.
Termine de limpiar la cocina y la sala de estar y me sentí más calmada, ahora sí podría dormir. Camine primero a la habitación de Faith para asegurarme de que estaba bien y efectivamente, se encontraba profundamente dormida abrazada a una de sus miles de almohadas.
Ya en mi cama, aun me sentía un poco inquieta, pero era algo lindo, y con ese sentimiento me quede dormida.
(…)
Estúpida escuela, ya estoy impaciente por terminar este último año y poder hacer algo mejor. Odio levantarme tan temprano pero no puedo hacer nada.
Tome un baño rápido y me puse la ropa más abrigadora que encontré ya que ha estado lloviendo desde las 4 de la madrugada, desde luego, no había muchas opciones ya que tenía que usar el uniforme pero debajo de la falda me puse unas medias negras y en lugar de mis zapatos de piso, me puse unas botas de lana, un abrigo azul marino que combinaba con el uniforme y un gorrito de lana.
Rápido desperté a Faith y la vestí con unos lindos pantalones azules, botas cafés, blusa térmica y un abrigo largo color beige. Me siento como la madre más afortunada del mundo, mi hija es hermosa.
Salimos las dos y fuimos por la misma ruta de siempre solo que ahora tomaríamos el metro en lugar del taxi, era un poco más lento pero eso no importaba, aún tenía tiempo.
De repente sentí que mi mochila vibraba y era obvio que mi celular estaba sonando. Lo saque rápido y vi en la pantalla quien era. John.
-¿Qué?.- no sé porque le respondí tan grosera.
-Si hola, buenos días, yo estoy bien y tu.- dijo sarcástico.
-Lo siento, es solo que es muy temprano y no puedo hablar ahora.
-Solo hablaba para saber si traerías a Faith a la casa.- se escuchaba nervioso.
-Es más que obvio que la llevare. Siempre que tengo clases la llevo.
-Amm, está bien…. Nos vemos.- y colgó, solo así.
¿Y a este raro que le pasa? ¿Por qué me hablaría solo para eso? Sin duda cada vez está más raro, pero me agrado que me llamara.
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