¿Mi sonrisa? No tiene nada especial mi sonrisa, seguro se lo dijo a mi hija para molestar.
Estaba acostada en mi habitación en la oscuridad, eran las dos de la madrugada y yo aun no podía dormir, seguía pensando en todas esas tonterías que le pudo haber dicho ese John a mi hija. Ese chico es un problema, odio la manera en que habla, como si todas las mujeres tuviéramos que rendirle tributo solo porque es atractivo.
Tengo que admitir que es increíblemente guapo, es alto, de piel apiñonada, ojos increíblemente azules ¡y ese cabello! Uff, ¡ese cuerpo!
¿Pero qué te pasa Savannah? No pienses en ese sujeto, no traerá nada bueno.
(…)
Desperté solo por el sonido de la televisión en la pequeña sala de nuestro departamento, no era muy tarde, solo las 9:30, era tiempo de hacer el desayuno.
Salí de mi cama y me puse unos shorts de mezclilla y una camisa rosada que había dejado en el baño, son los que habitualmente uso para estar en el departamento, coloque mi cabello en un moño en la parte alta de mi cabeza y salí descalza a la sala.
Faith estaba sentada en la alfombra con dos de sus muñecas mientras veía una película de princesas que pasaban por uno de los canales de caricaturas, no era muy difícil que los encontrara ya que programe la televisión para que solo aparecieran los canales de caricaturas y de películas.
-Buenos días, hija.- salude mientras pasaba a su lado.
-Hola, mami.- se levantó y comenzó a tirar de mi camisa para que bajara y me diera un lindo beso.
-¿Qué quieres desayunar hoy? No hay mucho así que tendremos que ir de nuevo al supermercado a comprar más cosas para la cocina ¿está bien?
-Sí, mami.- asintió y salió corriendo con sus dos muñecas en las manos a ver la película.
Busque que podíamos desayunar y encontré unos huevos, jamon y algo de jugo de hace cuatro días “perfecto” podemos desayunar esto y después ir a comprar mas cosas.
Comencé a poner los huevos y el jamón en la sartén y enseguida Faith corrió a la mesa en espera de su plato.
-¿Qué te parece si tu sirves el jugo para las dos en lo que y termino de hacer los huevos?
-Pero lo voy a tirar.- dijo un poco asustada
-No lo harás, solo ten cuidado y hazlo lento, te prometo que no tiraras nada.- Faith asintió aun un poco asustada y tomo la jarra del jugo.
Saco de las puertas de debajo del lava platos dos vasos rosas, tomo la jarra algo temblorosa pero al final logro servirlo.
-¡Lo hice! ¡Mami, lo hice! .- comenzó a saltar y a reír, corrió a la sala por su muñeca y comenzó a hacer un baile del triunfo con su muñeca y no pude evitar reírme.
-¡Bien hecho! ¿Lo ves? Te dije que tu podías hacerlo.
(…)
Terminamos nuestro desayuno y volteé a verla y ella también lo hizo.
-Unas competencias al baño a ver quién llega primero.- dicho esto, las dos saltamos de la mesa y comenzamos a correr.
No había mucho que recorrer, pero aun así deje que ganara Faith, el baño con una gran tina estaba en mi cuarto, a Faith le gustaba ducharse ahí porque para ella era como una pequeña piscina.
Nos pusimos nuestros trajes de baño y entramos al agua, le pusimos muchos jabones y la tina se llenó de espuma
Faith salió de la tina y camino a donde guardo todos mis cosméticos, cremas, lociones y de ahí saco uno de mis esmaltes de uñas rojo y regreso a la tina.
-Mami ¿puedes pintarme las uñas?
-Pero tú eres muy chica para esta cosas, corazón.- y era verdad, no podía ponerle un color tan fuerte como el rojo.
-Por favor.- comenzó a hacer caritas de súplica y junto sus manitas.- solo esta vez.
-Bueno, pero te pinto las uñas de los pies, las de las manos no.- advertí y ella gustosa dijo que sí.
Se sentó en la orilla de a tina y comencé a pintar. Tenía unas uñas muy pequeñas pero, a ella la hacía feliz sentirse grande, lo que no sabía es que es mejor permanecer pequeño.
(…)
Nos vestimos de tal manera que combinábamos perfectamente, le puse a ella una bonita falda de mezclilla con unas sandalias para que se lograran ver sus uñas recién pintadas y una blusa blanca de encajes con un lindo suéter gris.
Yo en cambio tenía puestos unos shorts limpios de mezclilla con unos tacones rojos y una blusa straple también de encajes blancos. Me maquille bien y a Faith le puse un lindo brillito de sandía.
Tomamos un taxi y en solo 15 minutos estamos en el supermercado.
Estábamos en el pasillo de los refrigeradores, justo donde habíamos conocido a ese chico, a este estúpido pero guapo chico, supongo que en vez de enojarme debí de estar más agradecida, de no ser por él, mi hija hubiera caído.
-¿Pensando en mí, hermosa? .- me asuste y salte a un lado, era ese idiota.
-Pero qué demonios ¿Me estas siguiendo?- pregunte horrorizada.
-Sabes, te veías muy concentrada en esos refrigeradores ¿No será que te encanta pensar en mí y en la primera vez que nos vimos? Sé que causo sensaciones en las chicas, pero, no sabía a qué grado.
-Eres demasiado engreído, las personas tienen una vida y cosas más importantes que pensar en ti.- me di la vuelta y seguí empujando el carrito.
-¿Sabes que desde que te conocí lo único que has hecho es romper mi corazón? – siguió caminando a mi lado.
-Eso quiere decir que estoy haciendo algo bien.- la mejor respuesta que pude haberle dado.
-¡UUY! ¡Directo al corazón! – dijo y comenzó a actuar como si le hubieran disparado en el pecho. Comencé a reírme escandalosamente
Faith venia caminando de mi otro lado así que no veía con quien hablaba hasta que comencé a reír fue cuando vio a John.
-¡John! –grito Faith y corrió a abrazarlo y John gustoso la cargo para abrazarla.
-Hermosa ¿cómo estás? Tu malvada mami no dejo que me dijeras adiós el otro día.- Faith comenzó a reír.
-¿Desde cuando ustedes dos son tan amigos? –pregunte de brazos cruzados.
-Desde que tardaste en llegar por ella, ahora somos mejores amigos.- contesto John y le dio el dedo meñique a Faith e hicieron el típico juramento “Pinkie promise”- Faith, corre por unas galletas al pasillo que está a un lado, yo invito.- Faith encantada salió corriendo.
-Oye, lo siento por lo que dije el otro día, sé que estuvo mal y no sabía lo que estaba diciendo, fue un error.- lo dijo de lo más serio posible, esa de verdad fue la disculpa las sincera que pudo haberme dado.
-No importa, de todas maneras ya estoy acostumbrada.
-Yo… quisiera conocerte, saber tu historia.- confeso con sinceridad.
-Seria lindo pero, no puedes…