Capítulo 3:
John, maldición, este día estaba peor. Pude ver que estaba sentado sobre su cama sin camisa, tenía unos cuantos tatuajes que no había visto antes por los abrigos, estaba hablando con alguien, me incline un poco más y pude ver que era Faith, la estaba peinando. “Este es mi limite”
Entré a la habitación sin preguntar y John se sobresaltó y mi hija salió de la cama feliz de verme.
-¡Mami! ¡Llegaste!- dijo Faith y me dio un tierno abrazo, John permaneció sentado en su cama.
-Cariño, ¿Sabes dónde está Briana?- le pregunte a Faith.
-Sí, tuvo que salir y me dijo que él me cuidaría pero, mami ¿No es el señor de la tienda?.- pregunto con curiosidad.
-Sí, hija. Ve a lavarte las manos y nos iremos ¿de acuerdo?
-Sipi.- dijo entusiasmada y salió saltando de la habitación.
Cuando salió por fin, mire a John que seguía sentado a la orilla de la cama con solo unos shorts puestos mirándome como si pudiera burlarse de mí solo con los ojos “Estúpido arrogante”
-¿Me puedes explicar qué demonios pasa? ¿Por qué parece que me sigues? y lo peor es que te encuentro prácticamente desnudo con mi hija, eres un maldito enfermo.
-¿Entras sin permiso a mi casa y a mi cuarto y te atreves a hablarme así? .- Seguía teniendo esa estúpida sonrisa de burla, como si nada le interesara.- Tu sí que tienes agallas, princesa.
-¡No me digas prin…..! Espera, ¿Tu casa?¿esta es tu casa? – Maldición, de todos los encuentros que tuve con él, este era el peor con la más horrible noticia.
-Así es.- Dijo satisfecho por haberme sorprendido.
-Pero nunca te había visto ¿Desde cuándo?
-Briana es mi hermana mayor, yo vivía en chicago con unos amigos pero las cosas no estuvieron bien por haya así que decidí venir a hacerle compañía a mi hermanita.- Se encogió de hombros, se levantó de la cama y comenzó a caminar hacia mí, lentamente.
-¿Qué haces? .- pregunte extrañada.
-Sabes que eres la primera chica que entra a mi habitación y no me ha rogado que me acueste con ella.- dijo aún más cerca, comencé a retroceder.
-¿Qué clase de chica piensas que soy? Nunca me acostaría con ningún idiota como tu.- mi espalda llego a tocar la fría pared y sentí a un lado de mi una raqueta de tenis “Perfecto”
-Pues tienes una hija, eso dice muchas cosas.- me enfurecí, sentí las lágrimas amenazando con salir pero no dejaría que este idiota me viera vulnerable
-¡Tú no sabes nada! .- le grite y con la raqueta que había tomado le di un buen golpe en las costillas y el termino en el suelo prácticamente retorciéndose.
-¡Maldición! ¡Cómo puedes golpear tan duro!
-¡La próxima te ira peor!!No te atrevas a juzgarme, tú no sabes nada de mí, no son una puta como para estar regalado mi cuerpo con cualquier idiota!
Tome mi bolso que había dejado en el suelo y salí para buscar a i hija y salir de aquí lo antes posible.
-Espera, no te vayas, no quise decir eso, hablemos.- dijo detrás de mí caminando adolorido por lo del golpe.
-¡Prefiero cortarme la lengua antes que hablar contigo! .- Bajé las escaleras y vi a Faith sentada en el sofá dormida, eso fue un alivio, así no escucharía esta ridícula discusión.