James Dean

3

"Los románticos, cuando ven a una chica hermosa y totalmente deslumbrante.
Ellos dicen: debe ser un ángel.
Pero, cuando las ven en acción, ya sabes en la pista de baile o haciendo lo que sea que ellas saben hacer, entonces ellos dicen: debe ser un demonio en la piel de un ángel.

Entonces yo me pregunto:¿A caso los demonios no pueden ser hermosos también? ¿Porqué demonios necesitarían de la piel de un insípido ángel para verse ...hermosos?
Entonces, cuando la ví, allí sentada sobre el escritorio de su primo, con las piernas cruzadas y una socarrona sonrisa, yo pensé :
Ella no es un ángel ni se ve como uno. Se ve cómo el jodido infierno y estoy seguro, que es el mismísimo diablo en persona.

Y yo, ya sabes. Estoy maldito."

-Dean.

~

Ese chico se veía prometedor, lo saludó con un caluroso abrazo y una sonrisa nerviosa. Su nombre era Ethan.
Le dijo que tome asiento y entonces entre palabras amigables y tal vez demasiados halagos acerca de lo que él venía haciendo, le recitó todos los acuerdos legales que contenían un contrato con ellos.
Le advirtió que siempre que quisiera podría romper el contrato aunque no debía esperar ningún tipo de beneficios si decidía hacerlo.
Desde ya que escuchó todo con suma atención aún cuándo había una hermosa dama a su alrededor, observando sus uñas, paseando por toda la habitación mientras cantaba alguna canción de Charly xcx.

-Always bussy thinking bout' boys- cantaba ella.

Tal vez, si le prestó demasiada atención. Sin embargo, estaba bien. Decidió venir sin representante alguno porque, no tenía en realidad y su amigo, Matt, quién era su actual "manager" se encontraba ebrio en algún rincón de esa enorme ciudad.

Pero allí estaba. Sólo él, a punto de firmar tal vez el mejor o tal vez el peor contrato jamás firmado con tan sólo la ambición de poder llamar la atención de alguna disquera.
Con la ambición de ser famoso y rico. Porqué si él estaba maldito y debería sacarle provecho a eso.

-Muy bien, Dean. Ahora que estás seguro de firmar esto-hablo Ethan- Necesito que escuches algunas palabras de...¡Kayedence quítate eso y ven aquí !, maldicion- la morena se quitó los auriculares y frunció el ceño- Es tu turno, vamos...

Entonces ella se sentó abruptamente en la silla junto al moreno. Éste estaba más que confundido, por supuesto. ¿Acaso ella realmente trabaja allí?
La morena suspiró y comenzó a hablar:

-Bien, tú-se dirigió al moreno a su lado- En cuanto firmes ese contrato debes estar al tanto de las consecuencias: Yo.
Verás, mi trabajo aquí es deambular por estos pasillos buscando mi utilidad, yo, soy más que una humilde servidora completamente a tu servicio- murmuró roncamente esas últimas palbras. Sus ojos ¿Grises? No, eran de un extraño verde azulado con pequeñas motas amarillas que no se quitaban de los del castaño. Asombroso.- Puedo hacer lo que necesites para reforzar tu carrera, conseguirte un mejor entorno, la atención de cualquier maldita disquera y hacerte un jodido blowjob si es lo que quieres- Dean enarcó una ceja. Y contuvo una sonrisa de satisfacción.

-¡Kaydence! -Exclamó Ethan- Concéntrate, por favor.
La muchacha estalló en caracajadas. Su risa era lo más jodidamente sexy que escuchó jamás.

-Muy bien, lo que sea.-continuó ella- Aún así, quiero que sepas que no soy tu manager o representante ni sirvienta ¿Entiendes? Puedes contarme cómo una conocida que estará allí siempre que necesites apoyo de la productora y te ayudaré en lo que sea que sea necesario para hacerte una jodida estrella. Sin embargo, recuerda- ella se acercó (tal vez demasiado) a él y muy lento susurró- No estoy atada a ti. - se reincorporó y resopló- Estoy atada a este maldito lugar. Y puedes contarme cómo una...amiga, lo que sea. Genial, ¿no crees?

Ethan carraspeó. Dean sonrió. Kay guiñó.

Los tres en esa habitación parecían estar dispuestos a cumplir su papel, aunque el de ella ni siquiera estaba claramente definido.
Era como una chica...extraña. No era demasiado bonita para ser lista o demasiado lista para ser bonita.
Parecía tener tan sólo veinte años con la experiencia de una mujer de treinta.

-Escucha, Dean entiendo que esto para ti sea algo...extraño. -intervino Ethan- Sin embargo, déjame advertirte que Kaydence sólo estará cuando sea solicitada o cuando ella crea estrictamente necesaria una intervención. ¿Comprendes?

¿Intentaba decirle que ella sería una especie de cómplice, alguien que lo ayude, una especie de cable a tierra?
No la necesitaba, en lo absoluto. Sin embargo...

-Comprendo.

Debería aceptarla si es que quería firmar ese contrato. De todos modos.
Entonces un estupido pensamiento cruzó la mente del joven rapero: Quizá el contrato no lo lleve a la cima. Pero tal vez, ella si podría.