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"De verdad deseo poder decirme a mi misma que tengo que sentir.
Sentir algo más.
Porque la vida últimamente
es como un sueño.
Está metiéndose con mi cabeza.
Debo estar muerta. "

-"Dead", Phoebe Ryan.

Cerraba sus ojos, y un sin fin de imágenes sobre la fiesta anterior la abordaban.
Era frustrante pensar en todos los eventos ocurridos con tanta rapidez, terminaría sufriendo un terrible dolor de cabeza.
Primero recordaba el nudo en su garganta luego de su encuentro con su primo, mientras buscaba desesperadamente a Dean recordaba verlo charlando animadamente con una rubia alta de grandes ojos, Devon.
La siguiente imagen es de ella siendo tomada del codo, al voltear esos ojos azules con los que venía teniendo pesadillas estuvieron justo frente a ella.
El chico le sonreía ampliamente con sus labios gruesos y esa mirada juguetona. Nunca supo cómo el terminó allí pero si supo (porqué el se lo dijo) de que estaba buscándola. "Anhelaba tanto verte Kaydence, sigues quemando todo a tu paso preciosa".
Por supuesto que quiso salir corriendo, pero no se lo permitió.
Se quedó allí mientras charlaban como si nada, cómo si él no la hubiera intentado drogar hace apenas unas semanas. Se prohibió así misma tener miedo o algo parecido. Estaba por un lado su orgullo y por otro lado, esos ojos azules que le transmitían una extraña calma.
Claro que su charla animada y normal terminó cuando él intento ofrecerle un buen trago y ella le dijo "Oh no, gracias planeo estar conciente toda la noche. No me apetece que me drogues hoy, Lucky"
La sonrisa del muchacho se borró y muy fríamente le contestó "Lamento eso, pero sólo seguía órdenes. En cambio hoy, estoy por mi cuenta y con tan sólo el deseo de verte una vez más"

Y sin decir más, el se marchó. Kaydence creyó que nada extraño pasaría en lo que restaba de la noche hasta que el mismísimo director de RCA Records y anfitrión de la fiesta la llamó para hablar tranquilamente en su oficina.
Como buena acción del día, desinfló sus pulmones hablando maravillas de Dean, claro que no dijo nada que él ya supiera y para el final de la noche el hombre dijo "Realmente estoy anonadado de que una muchachita tan joven como tú forme parte del equipo de Gillum, sin embargo me dejas fascinado. Haces muy bien tu trabajo Kaydence." Ella sólo le sonrió totalmente agradecida mientras sus piernas flaqueaban al escuchar lo siguiente que él tenía para decirle: "Dile a Dean que se consiga un buen representante, lo estaré llamando para tener una reunión en la disquera, tengo un contrato para él al que no se podrá resistir"

¡Ella le había conseguido un contrato! Bueno, en parte los demos que enviaron a la disquera hicieron el gran trabajo, pero estaba segura que ella terminó de convencerlo con sus palabras audaces e inteligentes.
¡Y ni siquiera necesitó hacerle un blowjob".

Definitivamente esa noche no dormiría.

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Las risas alegres y el descorchar de un champán se escuchaban desde el pasillo, en cuánto Dean abrió la puerta se dió cuenta de que acababa de interrumpir alguna celebración entre los primos Young.

-¡Dean, al fin llegas no creerás lo que..

-Espera, me llamaste emocionada porqué yo tenía que festejar- sonríe- ¿Y bien? ¿Debo ofenderme porqué han empezado sin mi?-comentó risueño.

-Para nada muchacho- le contestó un muy alegre Ethan- No pudimos esperar, de cierto modo también estamos festejando a Kay..

El castaño frunció el ceño y miró expectante a Kaydence.

-¡No te lo vas a creer!-exclamó ella- Anoche, tuve una de las más emocionantes reuniones de trabajo..

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Faltaban dos pisos para llegar a su destino y la muchacha a su lado no paraba de parlotear sobre cosas cómo "Oh Dean el fue tan amable y atento" "Él me habló excelentemente bien sobre ti, hasta se lo veía emocionado" o más de "¡Él realmente es tan inteligente! No me sorprende que sea dueño de tan enorme ..."

-¿Acaso le hiciste sexo oral?-cuestionó de la nada. Se golpeó mentalmente apenas se dió cuenta.

La castaña de ojos verdes se quedó petrificada, mirándolo fijamente mientras su ceño se fruncía con demasía, su mandíbula se tensaba y sus ojos comenzaban a flamear a punto de incendiar todo el elevador con ellos adentro.

-Oh Kay yo, maldicion, lo siento tú..-soltó un suspiro- Tú realmente te veías hermosa anoche-terminó soltando con voz ahogada.

Ella sólo devolvió su vista al frente. Faltaba un piso para su destino.

-Entiendo que no lo hayas notado, estabas ocupado-terminó diciendo con voz fría y divertida- ¿Sabes? Ya los shippeo a tí y a Devon, no tienes idea.

Entonces el timbre sonó y supo que para él era momento de bajar.

-Largo- ordenó ella. Él sólo suspiró y la miró con amargura, allí estaba ella de vuelta- ¿No me oíste?-lo miró a lo ojos- Este es tu piso, Dean. Largo.

Sin decir más y con lentitud él salió del elevador, antes de que las puertas se cierren la miró y le sonrió a modo de disculpas. Ella no apartó los ojos de él hasta que las puertas se cerraron.

James DeanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora