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"Sudaderas Juicy
Inhalando líneas en el baño
Todas tus drogas para impresionar ¿A quién?
Veintitantos problemas de confianza, chica"

-"Juicy Sweatsuits",
Blackbear ft Juicy J.

Al salir del baño, algo en ella había cambiado. Después de unas cuantas cervezas y un cóctel se sintió ansiosa.
Necesitaba algo más.

El muchacho de cabello azul le dedicó una pequeña sonrisa.
se preguntó si tal vez él tenía lo que ella necesitaba.

-Tienes...uh....me preguntaba..-Mike frunció el ceño pero luego enarcó una ceja algo divertido- Oh vamos,¿Tienes algo de coca contigo?

-¡Oh! Maldición, así que tú también...uh lo siento-se revisó los bolsillos y sacó una pequeña bolsita con algo de oro blanco en ella- Yo creí que...-se detuvo y negó con la cabeza, observó por un rato con semblante sombrío a la bolsita entre sus manos, luego se la entregó.

Ella la tomó con lentitud.

-Creíste que era diferente-afirmó con burla, aunque con un deje de amargura también. El chico hizo una mueca algo avergonzado, y luego se encogió de hombros.

-Todos allá creen eso- contestan a sus espaldas.

-Creo que debo irme- dijo Mike con rapidez.Kay se gira para enfrentar a Dean y ve cómo Mike le sonríe al pie de las escaleras, luego vuelve a negar con la cabeza.

-Entonces...vas a darme algún tipo de sermón o puedo ir a..

-Oh, no tranquila. No sería capaz. -se inclinó un poco hacía ella- Es tu vida Kaydence, son tus decisiones- hizo una mueca- Sólo espero que no te moleste que te espere aquí, hasta que termines.

-Hasta que termine- repitió incrédula. Él sólo asintió con tranquilidad-¿Y que ganas con eso? Hay un asombrosa fiesta esperando por ti allí afuera.

-Prefiero quedarme, si no te molesta- replicó divertido. Ella frunció el ceño.

-Prefieres quedarte.- repitió una vez más.- Eres extraño- murmuró sin más mientras entraba al cuarto de baño.-

-Justo igual que tú- musitó él. Aunque ya no estaba seguro si era extraña o demasiado real.

Pasaron treinta minutos con exactitud y según sus cálculos el efecto de la droga ya debería haber pasado.
Él se encontraba sentado en el suelo con una botella de cerveza que Mike había subido a entregarle, mientras estuvo allí afuera se dedicó a escuchar a Kaydence cantar a pulmón, llorar hasta reír  y romper unas cuantas cosas.
Esperaba que no se halla lastimado, aunque no hizo nada para entrar.
Pero decidió que ya era tiempo.
Abrió la puerta, el lugar estaba destruído. Una Kaydence muy animada bailaba en la bañera mientras cantaba a todo pulmón.

-Hey- susurró él- Ven, es tiempo de irnos. -Aferró sus manos a la estrecha cintura de ella.

-Oh que vergüenza Gee, mi cintura debería ser más pequeña ¿Verdad?-cuestionó ella demasiado animada.
Él sólo la cargó en sus hombros sin mucho cuidado, justo cuando iba a cerrar la puerta el sonido de un disparo detuvo todo.
Luego le siguieron gritos, y más disparos.

Por un nano segundo se quedó en blanco, luego se encontró corriendo con la muchacha a cuestas, se metió en una de las habitaciones y la trabó con una comoda, arrojó a la chica en la cama y sacó su celular.

-William, quiero que bloqueen las escaleras. No quiero a esos malditos aquí arriba, yo los cubro desde aquí- y colgó. Su mirada se deslizó hacía Kaydence en posición fetal con las manos tapando sus oídos. Todavía se escuchaban disparos y gritos horrorizados.

Una sonrisa amarga se deslizó por sus labios mientras le quitaba el seguro a su pistola.

- Y aquí es dónde terminamos Kay-Kay - le susurró a la chica quien de momento a otro había caído en un profundo sueño.

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Entreabrió sus ojos, pero la cabeza le daba vueltas y el adormecimiento en su cuerpo era más fuerte.

-Despierta, Kaydence -murmuró una voz ronca interfierendo en sus planes. Gruñó y abrió los ojos por completo.

La imagen de él junto a la puerta, con ambas manos aferradas a una pistola, la cabeza gacha y su perfecto peinado totalmente desecho, de alguna manera (muy metafórica) le rompió el corazón.
Tenía miedo, si. El maldito sostenía una pistola y estaba haciendo guardia en la puerta, pero ese rostro. Ese rostro agotado y somnoliento, su mandíbula tensa porqué sabía que ella lo estaba observando, su perfecto rostro de perfil se veía tan sombrío.

-Debes estar sedienta- dijo él, señaló con la cabeza un vaso de agua en la mesita de luz. Kay tragó saliva, sus ojos se encontraron y ella no pudo evitar desviar su mirada. El arma en sus manos. Tomó el agua.

-¿Tienes miedo?-preguntó él en un susurro.

-No.-contestó- Yo...-soltó un suspiro-Anoche vi el arma en la cintura de Will, Dean. Y al parecer...todos tienen una.

-¿Quieres saber sobre nosotros?-ella negó. -¿Irás corriendo a decirle a tu primo sobre...esto?-ella volvió a negar con un semblante frío- Tú...lo de anoche, ¿Lo recuerdas todo?

Ella se levantó y en el momento en que lo hizo notó que aún traía puesta la sudadera jucy de Mike, se cruzó de brazos y se dirigió al gran balcón, soltó un suspiro ¿Cómo había terminado allí, así ?

-Drogas, llanto, gritos, baile...tus manos en mi cintura-lo miró de reojo- Disparos. No tengo recuerdos de lo que sucedió el resto de la noche.

El cerró los ojos un momento.
Su cintura. "Mi cintura debería ser más pequeña, ¿Verdad?"

James DeanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora