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   —Estaba en casa de Patrick porque nuestras madres son amigas —no había mentido del todo, ahora lo son

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   —Estaba en casa de Patrick porque nuestras madres son amigas —no había mentido del todo, ahora lo son. —Y tú eres una vieja chismosa —miré a Eddie fulminante, este se puso rojo por la vergüenza y se escondió detrás de Richie.

   —¿Desde cuando? —preguntó frunciendo el ceño, buscando entre sus recuerdos de la infancia, intentando hayar algún indicio de que nuestras madres se conociesen siquiera.

   —Eso no importa —hice un ademán con la mano retándole importancia.— Lo importante aquí, mi pequeño y dulce Stanley, es que jamás te cambiaría por nadie.

   —Aghh, vuestro amor me da urticaria —Richie puso cara de asco— casaos de una vez y dejad en paz al mundo.

   —Que dulce eres, cara rana —sonreí sarcásticamente.

   —No me vengas con esas, recuerda que me debes una salida, cara pan.

   —Yo cumplo mis promesas, para mi mala suerte. Y en serio...¿¡cara pan!?

   —¿Lo pillas? Por Baker —comenzó a reírse fuertemente ante mi cara de póker. Solo Eddie le siguió el rollo y chocaron los cinco, ambos tienen el mismo humor de mierda. Negué divertida mientras entrelazaba mi brazo con el de Stan y nos dirigimos hacia las bicicletas, dejando atrás a los dos idiotas.

   —Oye, ¿dónde demonios está Billy?

   —Con Berverly.

   —Con que sí... —alcé ambas cejas.

• • •

   —¡BILL Y BEV SENTADOS EN UN ÁRBOL B-E-S-Á-N-D-O-S-E! —cantamos Richie y yo al unísono mientras saltábamos como niños de parvulario.

   —¡D-d-de-jadlo y-ya! —se quejó completamente rojo y tartamudeando más de lo normal. Todos estallamos en carcajadas por su reacción, incluso Bev.

   —Tranquilo William, es broma —pasé un brazo sobre sus hombros— pero ¿que hacíais?

   —B-bev quería un ci-cigar-rrillo y no q-quería dejar que f-fuese sola, pod-dría meterse en problemas.

   —Oh, claro. Es mucho mejor que os metáis los dos en problemas, ni punto de comparación —dijo Richie sarcástico.

   —No le hagas caso, eso es lo que hacen los VERDADEROS AMIGOS —acabé la frase con un tono de voz más elevado de lo normal mirando a Richie. El hizo un ademán con la mano para restarle importancia.

   —Lo que sea. Vayámonos ya.

   —¿A dónde se supone que vamos? —pregunté.

   —A los Barrens.

   —Que original —dijo Eddie sarcástico. Richie le amenazó con el puño en alto,  pero nadie hizo nada al respecto, ya que todos sabíamos que el gafotas no se atrevería a hacer nada. Podría hasta decir que él es el que más quiere a Eddie.

   Nos subimos a las bicis y pedaleamos en dirección... No estoy segura hacia donde exactamente, aún no me ubico en este dichoso pueblo.

   —¡El último en llegar es un marica!

• • •

   Entre bromas llegamos al puente de los besos como lo había nombrado Stan, durante todo el trayecto Richie había estado contando historias absurdas sobre el puente y a Eddie casi le da un ataque de asma de tanto reírse. Bill y Bev se habían mantenido callados y atrás de todo a la par, creo que ha pasado algo entre esos dos que no quieren contar.

   A los lejos, justo delante del puente, pudimos distinguir varias figuras. Bill paró su bicicleta en seco, provocando que los demás hiciésemos lo mismo.

   —¿Qué pasa? —preguntó Stan.

   —E-e-es Henry B-bo-bowers y sus m-matones —susurró.

   Estaban acorralando a un chico y diciéndole sabe Dios qué cosas horribles, ya que desde nos encontrábamos no se oía demasiado bien.

   Patrick estaba ahí, no debería sorprenderme, pero lo hizo. Le apuntaba con su encendedor y un spray, provocando una gran llamarada que asustaba más al chico. Parecía a punto de llorar.

   Expresiones de horror no tardaron en aparecer en nuestras caras cuando nos dimos cuenta de lo que Bowers pretendía hacer. Quería firmar al chico. Esto habia ido demasiado lejos, incluso Belch le había advertido que se estaba pasando, Henry parecía fuera de si. El chico gritaba de dolor y la sangre de un rojo brillante se resbalaba lentamente por su abdomen.

   Solté mi bicicleta y me dirigí hacia ellos, pero me detuve a medio camino cuando el chico le dio una patada en la entrepierna a Bowers, provocando que se enfadase aun más. Por suerte consiguió impulsarse hacia atrás y logró escapar rodando colina abajo. Bowers gritó furioso a los demás para que fuesen tras él, así que poco después los perdimos de vista.

   Volví mi vista a la carretera, percatándome de que Patrick no había bajado, seguía allí de pie, mirándome. Pero no me perdí en sus ojos como tantas veces, simplemente me giré y corrí hacia los chicos.

   —¿Sabéis a donde podría ir ese chico?

   —¿Qué?

   —Vayamos a comprobar si está bien, nunca se abandona a un perdedor —todos se quedaron callados unos largos segundos escrutando mi rostro.

   —The Barrens, probablemente siga el río —asentí y me subí a la bici esperando las indicaciones del resto de que camino coger. Pasamos por delante de Patrick quien no se había movido ni un milímetro, tampoco dijo nada, solo se limitó a observarme intensamente hasta que nos alejamos de su campo de visión.

   —¿Qué demonios le pasa a Hockstetter? —preguntó Eddie intimidado por la insistente mirada posada en nuestras nucas.

   —Que le gusta el pan —dijo el cuatro ojos con sorna.

   —Tozier, empieza a pedalear o te patearé el trasero.

   I'm back. Siento mucho la tardanza🙇, espero publicar con regularidad pronto. Si alguien sigue leyendo esto lol.

   En un rato subiré otro capítulo!!

   Pd: no he corregido del todo el cap, si veis algo fuera de lugar avisad porfa.👀

Happy Summer, Morgan! | 𝐏𝐚𝐭𝐫𝐢𝐜𝐤 𝐇𝐨𝐜𝐤𝐬𝐭𝐞𝐭𝐭𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora