"Ella ya no está, él no la olvida.
Ella no lo escucha, él no lo quiere aceptar.
Ella no lo mira, él no puede olvidar sus ojos.
Ella desapareció, él la busca."
Dylan escribe su día a día en un cuaderno desde la desaparición de su mejor amiga, Cara...
Luego de muchos días de sentirme vacío, algo pesado comenzó a aflorar en mi pecho. La desesperación me obligó a ponerlo por escrito; este es el resultado.
"El fuego de la vida nos consume a cada instante, sacando un respiro de vida. Por ello, cada exhalación debe ser deleitada con placer.
Un rugido se asemeja al grito de un soñador, porque luego de unos segundos se pierde en la eternidad. Pero él mismo recordara su existencia.
Yo me propuse declararle mis derechos de vida al injusto destino. Pero el giró su amarga máscara y se ocultó de mí.
Desde aquella fría noche había decidido nunca más dirigirle la palabra. Pero ella era más caprichosa que el Origen. Por lo que intentó volver una y otra vez junto a mí.
Pero lo único que yo deseaba de nuevo era su voz."
Me sentía un poco más liberado luego de escribir esos reglones, pero nada de ellos resolvería mi realidad. Intento luchar con todas mis fuerzas para salir de este túnel oscuro, lleno de piedras que dificultan mi transición. Pero todo parece en vano. Vuelvo a caer, preso de la desesperación.
Alguien vino a tocar mi puerta, pero no contesté. ¿Acaso valía de algo dar la cara, para recibir una bofetada? Esto ya no es luchar, es ser masoquista.
Y quiero gritarte que vuelvas, que luches para escapar de dónde sea que estés. Pero mi garganta está seca, y mi corazón, cansado.
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