Recuerdo 2

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—Cara, ¿lo dices enserio? ¡Eso es genial! —gritó en medio del aparcamiento escolar.

Algunos le echaron una mirada de reojo, pero otros ni los miraron, ya estaban acostumbrados a sus charlas escandalosas. 

—Es cierto. Costó bastante, pero lo encontré en una tienda de antigüedades. Dice que el propio hombre lo vendió, porque ya estaba en la quiebra.

Mientras caminaban en dirección al auto, el cual estaba estacionado fuera del instituto, Cara le seguía contando lo mucho que le había costado encontrar el cinturón de
Roger "King" Kilian. Un boxeador poco conocido, pero idolatrado por Dylan.

—¿Y cuánto te costó? —indagó él, a la vez que ambos subían al auto.

—Nunca te lo diré, bobo. Es un regalo de mi familia.

Dylan la miró con los ojos exageradamente abiertos. No sabía que decir, estaba agradecido y no tenía palabras para expresarlo.

—No —hizo una pausa—. No puedo aceptarlo. No es necesario.

Cara, luego de poner las llaves en contacto y arrancar el automóvil, añadió.

—Sí que lo es. Por el regalo que me hiciste la otra vez. Mi madre lo vio y dijo que debía compensarlo.

Cuando Dylan estaba por decirle que algún día descubriría el valor del cinturón de todos modos, una llamada entrante rompió el ambiente de diversión.

Cara rebuscó en los bolsillos de su mochila, que estaba en el asiento trasero, y sacó de él un celular negro que no paraba de sonar. Cuando miró la pantalla, le hecho una mirada que Dylan no supo identificar. Estiró su cuello para ver quien era la persona que llamaba, pero Cara lo ocultó de él.

—Esperame un rato que contesto, y después nos vamos —dijo Cara bajándose del auto encendido.

Dylan la vio ir y venir frente a la puerta del conductor, a la vez que hablaba haciendo ademanes con la mano libre, la izquierda. Por la altura del auto, no podía ver rostro completo, pero sus labios se curvaban hacia abajo a cada rato. La conversación duró aproximadamente tres minutos.

En un momento, Dylan decidió bajar del auto y ver que estaba pasando. Pero al llegar detrás de ella, sin que lo viera, pudo escuchar al interlocutor decir:

—Te queda poco tiempo, Cara. El plazo se está venciendo.

Y cortó. Cara quedó pasmada, sin pensar en nada.

—¿Quien era, Finn? —preguntó Dylan llamando a Cara por su apodo.

Ella se sobresaltó, y se giró sosteniendo el celular, con una mano sobre otra, encima su pecho.

—¿Me estabas espiando?

—No, por supuesto que no. Sólo bajé a ver como estabas, y justo ya habías terminado tu llamada. Por tu rostro veo que no son buenas noticias —señaló su cara.

Ella respiró sonoramente y plantó una sonrisa en sus labios, para disimular sus nervios. Pero sus ojos la delataban frente a Dylan, por lo que él era consciente de que algo le sucedía, y estaba dispuesto a saberlo.

—No era nada, solo me llamaban de la universidad. Quieren saber —pensó una excusa—si voy a dar el examen de admisión. Sí.

—Cara, ¿sabes que puedes contármelo todo? Pero si esto quieres mantenerlo en privado, no me molesta. Mientras tu bienestar no tenga relación con lo que no me quieres contar.

Cara bufó, y le restó importancia agitando la mano en el aire.

—Ya te pareces a mi madre. Que digo, tú eres más exagerado que ella. Dale, vamos a mi casa y te doy el bendito regalo.

—¿Y con esos modales me lo pides? —interrogó riendo, a la vez que olvidaba la llamada que su amiga había recibido.

Aquella que sentenció sus existencias desde ese momento.

N/A

Nah, ya pueden matarme. No voy a prometer que publicaré pronto, pero sí les aseguro que el próximo capítulo es más largo y tiene una bomba que los va a dejar diciendo "¿What?¡¿Qué acabó de leer?!"

En fin, nos vemos en el próximo cap. Besos!!

R.B

No me rendiréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora