Veintitrés, veinticinco... veintisiete. Para estar del todo segura, corroboró la dirección en su celular. Ese era el lugar que buscaba.
Una puerta blanca con una ventana opaca en el medio. A la derecha encontró el timbre y lo hizo sonar.
—Qué gusto verte —saludó Azael, luego de abrir la puerta —. Pasa.
Marinette ingresó y se encontró en una lujosa sala blanca, decorada con un par de plantas en macetas negras, una pecera en la esquina y una pintura abstracta en la pared frontal.
También observó tres sillones negros rodeando una mesita de vidrio, sobre la cual se apilaban varios álbumes de fotografía. Había una puerta en la esquina más lejana desde la que se escuchaba música.
—Wow... ¿este es tu estudio?
—Es de Antoine LeBlanc, yo sólo trabajo para él.
—Oh, entiendo.
—Bueno, ¿lista para ser fotografiada?
—Sí, eso supongo. La verdad, estoy un poco nerviosa. Es la primera vez que hago algo así.
—No te preocupes, todo saldrá bien. ¿Traes muchas cosas en la mochila?
—Pues... maquillajes, y mis diseños, los que te mostré.
—Genial. Debemos esperar a que mi compañero desocupe la habitación de cámaras y será toda nuestra.
—No hay problema.
—Si quieres, toma asiento.
Aceptó y se sentó en el sillón del medio. Azael abrió la puerta de madera y se asomó a medio cuerpo.
—De eso te quería hablar. Esto llevará más de una hora, no acabaré a tiempo —se escuchó a una voz aislada.
—¿Y qué hago yo? La modelo está esperando aquí.
—¿Ya está aquí? Bueno... podrías hacerla en exteriores, es buena idea.
—Ah, está bien. Me llevo el auto de la producción. ¿Dónde están las llaves?
—No, Azael. El señor LeBlanc lo reservó para Jao, tiene que hacer una sesión en el Louvre dentro de media hora. Mejor llamen un taxi.
—¿Lo pones a cuenta del estudio?
—Claro, yo le aviso al jefe.
—Gracias —respondió y cerró. Se dio vuelta, tomándose la cabeza con una mano y suspirando.
—¿Qué ocurre?
—La habitación de cámaras no está disponible hoy. Así que, si tú estás de acuerdo, podemos ir a la Plaza de los Vosgos y sacar las fotos allí.
—Pues... ¿será divertido?
—Claro que será divertido, y más contigo. Voy a llamar al taxi, espera aquí.
...
—Ahora toma el extremo de tu falda.
—¿Así?
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La última carta
FanficNo es el deseo de Marinette que Adrien se interese en ella solo por ser Ladybug. Quiere enamorarlo ella, única y auténtica, y hasta ahora no había podido conseguirlo. Cuando descubrió la identidad de Chat Noir, la invadió un miedo paralizante. Supo...