Cápitulo 10

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La cascada y el anillo

»En la profundida de aquellas
aguas dormitaba como si nada, la verdad de un alma condenada«


El sonido del agua fluyendo con calma me produjo cierta paz. Me quedé prendada en la profundidad de aquella cascada, donde las piedresillas y los peces se podían apreciar en total armonia, quisé abrazar a Dominik por llevarme a aquel sitió tan hermoso y calmado.

Un bosque de árboles frondosos nos rodeaba y a su vez nos servía de resguardo contra los rayos inclementes del sol, mientras las piedras de gran tamaño alrededor del foso donde desembocaba las cristalinas aguas nos servían de asiento. Debía admitir lo maravillada que estaba con el escenario digno de un paisaje pintado sobre lienzo; de esos que se muestran en las galerias de arte.

-Veo que te sorprendi gratamente.

Dominik se encontraba de pie sobre una roca llena de musgo, con una sonrisa amplía y su mirada color plateada sobre las aguas, por un instante crei verlas tan claras como el iris de aquel rubio. La fresca brisa agito nuestros cabellos con vehemencia y me atreví a inhalar el aire fresco.

-Lo admito, te has ganado unos cuantos puntos.- Estiré mis brazos por encima de mi cabeza y sonreí. Pensé en lo mucho que necesitaba salir de la posada de Capelli, de aquella aura siniestra que envolvía cada esquina...
Sobre todo por aquella pelirroja y la extraña aparición de Amy.

Suspiré.

Dominik por su parte se agacho hasta colocarse a mi altura, tomó una piedresita y la arrojó al agua creando lijeras ondas en la superficie.

-Era el lugar favorito de mis hermanas, incluso el de Émile a pesar de lo retraído que era.

Alcé una ceja ante el rumbo que tomaba la conversación. Quizas era el momento adecuado, debía tomarme de aquel comentario y sacar a flote a la esposa de Capelli.

-Asi que... ¿Tienes más hermanas?

Me atreví a preguntar manteniendo un tono despreocupado.

Él me miro con asombro unos tan sólo segundos, pues la mirada de Dominik se perdío en el agua, su reflejo distorsionado por el movimiento de las aguas lucia tan ajeno a aquel instante que juré haber metido la pata hasta el fondo.

-Lo siento... yo...

El rubio no me permitio hablar, termino poniendose de pie y yo hice lo mismo, nos miramos un instante hasta que el ojiplateado desviase su atención hacia los árboles.

-Tenia... Ella murio hace años.

Tragué grueso sintiendo un nudo en la boca del estomago. Era bastante contradictorio la sensación que me recorria el pecho, estaba ansiosa por saber sobre Madeleyn pero mi mente me gritaba que era cruel sacar aquello de los labios de ese chico y más aún teníendo tan reciente la pérdida de Amy.

-Lo siento.- Bajé la mirada, por ello me sorprendio que aquel rubio sujetase mi mano.- ¿Dominik?

-Amelia, no te disculpes.- Me sonrio.-Es sólo que nunca me ha gustado hablar sobre Madeleyn desde su muerte... -Se acercó lo suficiente como para envolverme en su atmosfera.

-Te entiendo... Debio ser fuerte.

Musité mientras él acaricio mis manos con suma ternura. Para luego desviar su atención a algún punto sobre nuestras cabezas, su expresión mélancolica fue un golpe duro... En verdad Dominik adoro a sus hermanas.

-Ni te imaginas... Ella era la mayor de nosotros...

Y así, Dominik comenzó a hablar sobre Madeleyn, con una fluidez que incluso a él mismo lo sorprendio.

Supé que aquella joven era rebelde, fuerte y con una tenacidad increible. Decidida a luchar por lo que creía correcto, fue amada por pocos y odiada por muchos debido a su arrogancia y altanería. Sin duda Madeleyn Ross, habría sido de entre sus hermanos la más fuerte. A pesar de haber sido obligada a casarse por negocios familiares, conservo su dureza hasta lograr imponerse ante su familia y deshacer su compromiso por el amor que sentía hacía el mayor de los Capelli.

-Lástima que todo fuese una mentira.

Lo último lo susurró al viento, mientras un movimiento tenso de su cuerpo lo alejó de mí y cuando quisé girarme para preguntarle, sentí una extraña fuerza que me hizó retroceder unos centimetros haciendo que mis pies se resbalaran con el bendito musgo y que yo cayera de bruces al agua chapoteando.

-¡Rayos!

Vociferé, no había caído en un lugar profundo y mi trasero se dió un golpe fuerte con las rocas. Morí de verguenza al ver el gesto burlón de Dominik. Bufé y escondí la mirada de su escrutinio, justo a tiempo de notar cierto objeto de brillo metalico que capturó mi atención. Lo tomé antes de que el rubio me ayudase a ponerme de pie mientras contenía una risa.

-Hmm ¿qué es eso?

Abrí la palma de mi mano con cierto entusiasmo mostrandolé a Dominik un anillo de plata con un hermoso granate rojizo que destellaba entre la aureola plateada que enmarcaba un grabado con estrellas. No me contuve y me lo coloqué alzando mi mano derecha mientras pensaba en lo encantador de aquella pieza de joyeria, y en la pena que debio sentir la chica que lo perdió.

-¿No crees que es hermoso?

Búsque la atención de Dominik, pero en vez de toparme con su gesto sonriente o sereno, su mirada grisácea destilaba una enorme confusión con respecto al anillo. Le llame un par de veces y sólo reacciono cuando pose mi otra mano sobre la suya. De repente sentí algo retorcerse dentro de mi, un presentimiento de que algo no iba bien, confirmación que me dió la mirada enrojecida de Dominik, quien simplemente me colocó su chaqueta sobre los hombros en silencio. Seguidamente, me pidió que le dejase examinar el pequeño anillo, enseguida me arrepenti.

-¿Sucede algo?

Una silenciosa lagrima recorrio su mejilla mientras intentaba mantener la calma.

-¿Dominik?

Me acerque y toque su hombro parecia disperso.

-La policia lo dio por perdido... Dijeron... Ellos dijeron que desaparecio. ¿cómo... Cómo llego hasta aqui?

Debo decir que al principio no entendi nada de sus balbuceos hasta que el nombre de Amy salió de los labios del Ross.

Aquel tomó aire y volvió a centrarse en el anillo; "Mon Etoile" Podía leerse en el interior. Palabras que el mismo Dominik ordeno grabar para el obsequio de su amada hermana Amy, algo único para ella, eso me habia contado sin salir del desconcierto.

Tuvimos que esperar un largo rato, el estado de Dominik persistia. Y mi preocupación por él fue tal que nisiquiera me importo estar empapada mientras estaba a su lado.

-Me dijiste que ustedes frecuentaban este lugar... Quizás ella vino y lo perdió aqui.

Aquel bajo la mirada, la cual asomó algo frío y distante que sin duda me asombro.

-Imposible... Desde la muerte de Madeleyn, Amy juro jamás venir. Sentía dolor y miedo, mucho miedo.

Le ví curiosa y el apenas me observo de reojo.

-Decia haber visto al fantasma de Madeleyn sobre la cascada.- Cerró los ojos y aferró el anillo en su mano.- Creimos que el asesinato de nuestra hermana había sido un golpe muy duro para ella siendo la más apegada a ella.

-Comprendo.

Y un silencio momentáneo nos inúndo hasta que decidimos irnos. Con cada paso sentía más pesado el ambiente, no por mi silencioso acompañante sino por una extraña presencia que parecía ocultarse y cernirse sobre nosotros.

Y para aumentar mi paranoia, cuando salimos del bosque escuché un susurró en mi oido:

"¡Alejate de él!"

Me estremecí con la voz filosa de Amy acariciando mis oidos.

Mentes OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora