Prólogo

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»Y de repente todo era por él,
la sangre que rodeaba mis
pies... fue para salvarlo a él«


La oscuridad se cernía hambrienta sobre aquella bodega, donde mi respiración cada vez más agitada se veía opacada por los latidos desbocados de mi corazón al percibir el frío cañon de acero  sobre mi pecho. Mientras era vigilada por aquellas pupilas absorbidas por un color negro pertubador, carecientes de un iris y llenas de un oscuro deseo.

¿Qué haces cuando el pánico se apodera de tus sentidos?  Intenté retroceder obedeciendo a mi fuero interno, pero me fue imposible. Me estremecí al pensar que terminaria siendo otra victima... Pero sufrí aún más al ver que había fallado en mi corazonada y que mi verdugo era quien menos pensaba.

Cerré los ojos, y ahogué una exclamación al escuchar la denotación, casi al instante que se escurria de mis manos temblorosas el filoso cuchillo de cocina.

Lo último que percibi fue un grito, un sonido seco y la sangre deslizandose por la comisura de mis labios ante la enloquecida risa del demonio.

Mentes OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora