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Al ser las nueve de la noche mi padre entró por la puerta principal, su aspecto se contemplaba cansado. Siguió sus pasos hacia la cocina donde estábamos mi madre y yo esperándole, ya habíamos hecho la cena, solo estábamos esperando a que él llegara para cenar juntos.

Se acercó a nosotras para darnos un abrazo de saludo, era muy normal en mi casa la demostración de cariño. Tenía un hermano llamado Isaac, pero murió hace seis años en un accidente automovilístico donde unos muchachos de su misma edad perdieron el control del carro donde iban y terminaron chocando de frente contra el carro de mi hermano, desde ahí decidimos que el cariño familiar nos iba a ayudar a seguir adelante juntos.

Es muy normal que lo extrañe todo el tiempo, éramos muy cercanos, pero también te llegas a acostumbrar a la idea de que por más que quieras ya no estará jamás.

Después de cenar subí hacia mi habitación, me senté en mi cama, puse música instrumental y me dispuse a seguir leyendo el libro que tenía pendiente por terminar. Me podía dar de madrugada leyendo.

Leí unas cuantas páginas más hasta que el sueño se fue apoderando de mi cuerpo, apagué las luces y me adentré en las sábanas.

A la mañana siguiente me desperté temprano, tanto así que mi padre aún se encontraba en casa antes de irse a trabajar.
Me senté junto a ellos en la mesa de la cocina y me dispuse a desayunar. Un taza de café y pan fresco era suficiente.

Mi padre se aclaró la garganta y nos miró a ambas.

-Ya saben que no me gusta hablar de estos temas en casa pero quizás hoy llegue más tarde que ayer, nos han informado en la oficina policial que nos necesitan para ayudarles a investigar y vigilar las entradas y los alrededores de la ciudad, al parecer el asesino de las cuatro personas encontradas a las afueras de San Pablo se encuentra en fuga todavía-. Explicó mientras que su expresión lo decía todo, era angustiante todo lo que estaba sucediendo.

-Estamos monitoreando todo el lugar, esperamos que no se acerque por acá. Quiero que anden con mucho cuidado y si ven algún movimiento extraño me avisan-. Dijo dirigiéndose hacia el fregadero a lavar sus platos.

Acomodándose su traje mi madre se acercó a nosotros. -Escuché a unas compañeras de trabajo comentar que una de las muchachas de recursos humanos era familiar de uno de los asesinados. Dijeron que ella lo encontró en el camino cuando ya estaba muerto.

Era desconcertante escuchar eso, en los noticiarios habían pasado varias noticias acerca del asesino. No lo han podido identificar, tampoco saben por qué está matando a tantas personas al azar. Ninguna ha tenido nada en común.

-Mere nos vamos, cierra bien la casa y si vas a salir ve acompañada con alguno de tus amigos-. Dijo mi madre depositando un beso en mi mejilla. Acto que mi padre imitó.

Recordé sobre la tarde de películas con los chicos así que decidí comentarles.

-Por cierto, acordé con los chicos de pasar la tarde de hoy acá, ¿no hay problema cierto?.

-Claro que no cariño, solo tengan mucho cuidado-. Dijo mi padre dirigiéndose a la puerta para irse.

La mañana la pasé limpiando un poco la casa, puse música para hacer más emocionante la hora de limpieza.

Cuando terminé subí a bañarme para cambiar de ropa y luego avisarle a los chicos para que vengan.

Al salir de la ducha me entró una llamada de Nicolas, a lo que le atendí a la llamada.

-Hola Nicolas, ¿que tal?
-Todo bien por acá Mere. Estoy con los chicos comprando unas cosas antes de salir hacia tu casa, ¿quieres que pasemos por las pizzas de una vez?.
-Sería perfecto, yo iré a casa de Raque para avisarle antes.
-Bueno, nos vemos Mere.

Dicho esto colgó.

Nicolas era más cercano a mi que Simon y Aldo. Recuerdo que de pequeña pasaba mucho tiempo conmigo y con Raquel, éramos inseparables, pero al crecer nos fuimos alejando un poco, nuestros intereses y gustos fueron cambiando.

Me puse una suéter y salí corriendo hacia la casa de Raque, el clima estaba un poco frío, y el viento chocaba contra los altos pinos creando un sonido como de susurros.

Al llegar a la casa toqué el timbre. Al poco tiempo salió la señora Paz, mamá de Raquel. Abrió el portón dejándome pasar.

-Hola Mere, que gusto verte -. Dijo dándome una sonrisa, la verdad que ella es una señora muy agradable y amable con los amigos de Raquel.
-Igualmente Paz, ¿está Raquel dentro?, es que quedamos en pasar la tarde en mi casa.
-Claro cariño, pasa adelante, búscala yo creo que está en el jardín jugando con Bruno.

Entré y la encontré sentada en el césped jugando con su perro, le estaba tirando una pelota.

-Quien te ve, con ese carácter y hecha un amor con los animales -. Le dije riendo.
-Es más fácil querer a los animales que a los humanos, pero tu eres la excepción.
-Tan cariñosa que andas hoy, que se hizo la Raquel que yo conozco, ¿será que los alienígenas la abducieron? -. Dije riendo y sacándole la lengua.

Acto a lo que ella reaccionó y me jaló de un pie haciéndome caer en el suelo junto a ella.

Obsesión Carmesí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora