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Giré mi cabeza rápidamente y lo miré atónita, habían muchas coincidencias en la vida, pero de todas las que me habían sucedido esta era la más impactante. Un par de lágrimas se deslizaron por mis mejillas, sabía que había una razón en la vida para que este señor se llamara igual que mi hermano.

- Me encanta tu nombre, mi hermano se llamaba así y no había conocido a alguien más con ese nombre - dije mientras aceleraba por el puente que conectaba a la ciudad.

Las luces eran escasas, las farolas y las pequeñas luces de los locales empezaban a encenderse conforme la noche caía.

-Oh, eso es muy interesante - exclamó sorprendido.

No tenía celular para llamar a casa, pero suponía que mi padre estaba en la comisaría.

Doblé en la esquina de la avenida tres, justo en la calle municipal y me adentré en el parqueo de la comisaría.
De prisa me bajé del auto y tomé las cosas en la mano.
Issac se apresuró y corrió abriendo la puerta de la entrada.

Cuando ingresé un grito resonó dentro de la sala.
Mi madre corrió a mis brazos y me estrechó en un abrazo tembloroso, no dejaba de llorar y la situación me estaba llevando por el mismo camino.

La extrañaba tanto a ella, a papá y a mis amigos. Todos estaban aquí, también algunas otras personas de los medios de comunicación que los podía reconocer por las cámaras.

Mi padre se acercó corriendo a donde me encontraba junto a mí madre.

-Pensé que no te iba a encantar jamás - dijo estrechando mi rostro en sus manos.

Limpié las lágrimas que bajaban por mi mejilla y levanté la bolsa frente a él.

-Tenemos muchas cosas de qué hablar, pero primero que todo necesito que hablemos con el agente Damian ahora mismo.

Mi padre asintió y caminamos dentro del edificio. Me dirigí a mis amigo con algunas palabras y les dije que hablábamos luego.

Dentro de la sala de investigaciones había una mesa de vidrio grande rodeada de varias sillas, muchas luces de diferentes tamaños que mantenían iluminada por completo cada parte de la habitación, habian pantallas y computadoras conectadas entre sí que transmitían imágenes y palabras incomprendibles.
Sólo había ingresado allí una vez anterior a esta, estaba muy pequeña y fue por un tiroteo que hubo a las afueras del edificio, eso explica que las paredes y vidrios están blindados y una cámara en cada esquina del lugar monitorea cada movimiento.

El agente Damian se encontraba sentado en una de las sillas con varios papeles extendidos al rededor, una mujer de unos treinta años estaba junto a él y revisaba las hojas detenidamente.

Mi padre dio dos golpes con los dedos a la gruesa puerta de metal y se adentró en la habitación. Yo me coloqué a su lado y sostuve la bolsa fuerte entre los dedos.

-Meredith tiene algo muy importante que mostrarles - mi padre me acercó a una de las sillas para que me sentara.

El agente se levantó de la silla de manera abrupta.

-¿Como la encontraste?, que dicha que has aparecido Meredith - sorpresivamente el agente se acercó y me dio un tenue abrazo.

- Ella ha llegado por su cuenta, acompañada de un hombre. Pero eso lo podemos hablar después, hay una emergencia ahora- mi padre me miró incitandome a hablar.

Saqué el arma de mis bolsillos y coloqué las fotos y una de las bolsas sobre la mesa.

-Esto lo he conseguido de la casa de Hector, donde me tenía secuestrada. He logrado salir gracias a la ayuda de Isaac, quien tiene un testimonio que contar. Pero lo importante ahora es que Hector, Nicolas y una mujer adulta cuyo nombre no sé, aún están cerca de aquí, he venido en el carro de Nicolas, está afuera, pero es necesario que una patrulla con oficiales salgan en su busca en este momento antes de que escapen lejos, a este punto ya Hector debe saber que he escapado, y la mujer sabe quién es Isaac- extendí las cosas hacia donde él estaba y las tomó en la mano, su expresión fue abrumadora al ver las fotografías y el cabello de las chicas- Hay más pruebas en la casa por lo que sería bueno que vayan a revisar.

Obsesión Carmesí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora