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Sentí el cable raspar la piel al rededor de todo mi cuello, el aire me estaba faltando y sentí mi cabeza palpitar por la presión que estaba ejerciendo, a como pude logre sacar uno de mis pies de la bañera e impulsarme hacia afuera, se hizo un charco de agua en gran parte del suelo, tomé un adorno de madera que había junto a la bañera y con mis manos la dirigí hacia la cabeza del hombre, este emitió un sonido gutural y me soltó el cuello, me acerqué a él y lo volví a golpear con la madera, se golpeó la cabeza contra la pared, levantó la mirada hacia mí y una macabra risa resonó desde lo profundo de su garganta. Cuando le vi a los ojos otro cuerpo era el que estaba frente a mí, un Nicolas con el rostro lleno de sangre me dirigía una mirada llena de burla.

Me desperté de un salto, la música seguía sonando en mis oídos, el agua de la bañera ya estaba fría, la puerta del baño estaba cerrada como la había dejado. No había nada fuera de lo normal, solo mi corazón que palpitaba tan rápido que sentía se iba a salir de mi pecho.
Me dio mucha impresión soñar con Nicolas de esa manera, me entró un poco de miedo.

Me salí del agua y enrollé un paño al rededor de mi cuerpo, encendí las luces de mi habitación y caminé hacia el ropero, saqué ropa de dormir y me cambié.
La laptop, que estaba en el escritorio sonó con una notificación del chat de messenger.
Pensando que era uno de mis amigos me di prisa y abrí el mensaje.
No tenía a la persona agregada, por lo que me pidió aceptar la solicitud, pensando en que alguien necesitaba ayuda la acepté.
El usuario tenía un nombre ruso y adjuntada había una imagen nada más, la descargué y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, ya estaba cansada de esto.
Tenía una imagen de mi hermano, podía recordar que esa era la ropa que llevaba el día que tuvo el accidente. Las lágrimas empezaron a salir, ni siquiera tenía una foto de él de ese día, no había forma. Quién fuera que sea estaba cruzando una línea muy delicada.
Un mensaje llegó inmediatamente, no podía dar crédito a lo que estaba leyendo.

-Ten más cuidado la próxima vez que te metas en mi camino, no vaya a ser que yo me cruce en el tuyo. ¿Cuantos amigos tienes, cinco o.....cuatro?.

En ese momento me di cuenta de que por más que quiera no puedo alejar a mis amigos de él, pero puedo tratar de advertirles.
Le tomé un screenshot a la conversación y copié el enlace de la conversación y se la envié a mi padre.
Al cabo de unos segundos lo tenía en mi habitación, había llamado a Damian, el oficial y lo había puesto al tanto de todo, rápidamente lo consideramos un aviso más. Misteriosamente la cuenta fue eliminada en seguida, solo mi padre logró verla, le dejamos el caso a Damian, él se iba a encargar de buscar ayuda para hallar la dirección de donde fueron enviados los mensajes, nos dijo que tardaríamos en tener la respuesta ya que había que sacar un permiso para poder realizar las investigaciones.

También escuché que le comentó algo acerca de la investigación y le dijo que lo necesitaba a primera hora del día en las oficinas.

A mis padres les dolió mucho ver la foto de Isaac, sé cuanto les afectó su partida, pero también sé que él no quiere que nos demos por vencidos, haré lo que sea posible para detener a Hector Sánchez, ninguna otra familia tiene que pasar por esto.

Me fui a dormir muy tarde de la noche, mañana tendríamos que ir a la delegación de policía para hablar con Damian y otros agentes locales.
Mi cuerpo estaba tan cansado que apenas me acosté quedé atrapada en los brazos de morfeo. Sin sueños escalofriantes ni sentimientos de profunda tristeza.

A la mañana siguiente mi madre estaba en casa, pidió días libres en su trabajo para estar conmigo todo él día, se preocupaba mucho por si el criminal ese se aparecía por acá, las cámaras ya estaban instaladas, solo faltaba entrar a la casa de Nicolas y colocar una, era algo peligroso, pero podía intentarlo un día que su tío no esté.

Obsesión Carmesí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora