Daemon se encontraba recostado en uno de los bloques de casilleros cercanos a la puerta pricipal de la escuela. Desde ahí tenía una vista perfecta de todos los alumnos que ingresaban al recinto. Estaba cruzado de brazos con una mueca impaciente.
—¿A quién esperamos?— Preguntó Aron mientras con su dedo índice trataba de relajarle el usual ceño fruncido.
—A nadie — gruñó Daemon dándole un manotazo al rubio.
—¿Entonces qué hacemos aquí?— Esta vez fue Scott quien pregunto mientras disimuladamente rodeaba la cintura de Aron con un brazo.
Daemon observó ese gesto con desconcierto. Algo empezó a tomar sentido en su cabeza, pero necesitaba confirmarlo.
—¿A dónde fueron ayer?— cuestionó— Porque nada más sono la campana ustedes salieron corriendo como si fueran cucarachas expuestas a la luz.
Aron lo fulminó con la mirada y Scott soltó una carcajada.
—Le prometí a Aron que lo acompañaría a su casa.
—¿Por qué?— Daemon arqueó una ceja con confusión —Hasta donde yo sé aquí, la rubia molesta, es capaz de valerse por si mismo.
—Lo sé, pero alguien en mi pocisión esta obligado a hacerlo...
—¿Tu posición?— Preguntó el pelinegro aún más confundido.
Aron y scott compartieron una mirada y luego asintieron, era como si pudieran comunicarse sin necesidad de abrir la boca.
—Bueno, lo que sucede es que...
Daemon dejó de prestar atención en el momento en el que vio al pequeño elfo de ojos azules cruzar la puerta de entrada y como era de esperarse iba acompañado de Billy Tucker. Daemon era demasiado orgulloso para aceptar que había estado esperándolo ¿por qué?... Pues simple, estaba preocupado. Lo había estado desde la tarde anterior cuando lo llevó hasta su casa.
Max se había despedido con una sonrisa triste, un abrazo y "gracias por escucharme". Y de sobra esta decir que Daemon no había pegado ojo toda la noche preguntandose si Max estaba bien, si había vuelto a llorar o si se sentía demasiado solo. Por esa razón se había recostado contra los casilleros, esperándolo para asegurarse de que estaba bien.
Y si, suspiró con alivio al ver que Max sonreía como siempre, con los ojos azules brillantes de alegría. Ni siquiera se dio cuenta del momento en el que él mismo empezó a sonreir... lamentablemente Aron y Scott si lo hicieron.
—Asi que estabamos espemerando a nuestro Max— susurró Aron dándole un codazo nada disimulado en las costillas.
—No...
—Ajá, lo que tu digas. —se burlo Scott
Iba a mandarlos a la mierda pero justo en ese momento Max llegó dando saltitos hasta donde estaba ellos.
—¡Hola!— ¡Dios! Esa sonrisa era simplemente demasiado calida.
Aron y Scott respondieron al saludo con la misma efusividad, incluso Billy se acercó a ellos y les sonrio. Daemon por su parte prefirió permanecer con su postura indiferente aunque por dentro se moría de ganas de saludar a Max, de abrazarlo...espera ¡¿Qué?! No, no, no. Definitivamente no haría nada de eso. Pero claro, las cosas últimamente no salían de la manera que el esperaba, aun así se sorprendió cuando Max se le lanzó encima y le dio un abrazo.
—Oye— Se quejó separándose cuando se dio cuenta de que Aron, Scott y Billy se reían de él. —Vuelve a hacer eso y te vas a arrepentir.
—Lo siento— el pequeño elfo sonrio apenado —Aron dijo que estaba demasiado distraido y que no te darías cuenta.
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Un Golpe De Suerte (Suerte #1)
Teen FictionPortada cortesía de la talentosa @UmbraBlack ❤ Max sólo quiere ser feliz y tener un poco de buena suerte. Jason es el tipico chico popular, tal vez esconda más que esa fachada de chico bonito. Daemon es frio y distante o quizá solo guarde su corazón...