19| La ley del hielo

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Cap (4/4)

Habían sido los once días más largos de todos los tiempos, al menos así era para Max, pues desde que Daemon fue castigado no había podido comunicarse con él. Lo llamó, le envió textos, intento hacerle videollamadas e incluso fue hasta su casa pero parecía que al pelinegro se lo había tragado la tierra.

Max aún no quería aceptarlo, sin embargo cada vez era más evidente que Daemon lo estaba evitando. La pregunta era ¿por qué? No recordaba haberle hecho nada malo y aun así...

Todos esos días de ausencia le habían servido a Max para darse cuenta de lo mucho que se había acostumbrado a Daemon. Extrañaba verlo todos los día, extrañaba ir a su casa y pasar la tarde frente al televisor sin hacer nada en especial, extrañaba aquella medía sonrisa burlona...¡Dios!  ¿Cómo era que se habían hecho tan cercanos?

Por eso aquella mañana al nada más llegar a la escuela, Max se paro junto a la puerta dispuesto a esperar por Daemon ya que ese era el día en que su suspensión terminaría. Billy estaba junto a él con la nariz metida en el libro de inglés.

—Oye Maxi ¿no te importa si voy al salón? Es que olvide hacer uno de los ejercicios del libro y quiero terminarlo antes de que la clase inicié. —dijo Billy sin apartar la mirada del libro.

—Ve...te alcanso en un rato.

—Bien.

Billy se fue dejándolo solo y nervioso, la verdad le daba miedo lo que podía pasar una vez que Daemon apareciera. Sólo esperaba que las cosas siguiera siendo igual que antes, necesitaba que fuera así.

—Hola Max— susurró Aron abrazándolo por la espalda y haciéndole cosquillas.

—Hola Aron— el rubió lo soltó permitiendo que se girara y pudiera darse cuenta de que Scott también estaba ahí — Hola Scotty.

—Hey...

No sabía si eran ideas suyas pero Scott había estado raro toda la semana. A veces se le quedaba viendo con una expresión demasiado seria o cuando le preguntaba si había visto a Daemon, se limitaba a desviar la vista y negar vagamente. Pero tal vez todo era cosa de su imaginación.

—Oh, miren. El ogro ha regresado. — bromeó Aron.

Y en efecto, en ese momento Daemon subía las escaleras de la entrada con paso indiferente y altivo. Llevaba unos jeans negros, una sudadera arremangada hasta los codos dejando a la vista sus tatuajes. Inevitablemente el corazón de Max empezó a correr a toda velocidad.

—¡Hola Daemon! Es Bueno que hayas regresado. —Dijo Max con una enorme sonrisa y sin embargo Daemon no le presto la más minima atención.

—¿De que me perdí en estos días?— preguntó el pelinegro chocando sus puños con Aron y Scott. —Espero que no se hayan divertido demasiado sin mi.

—En lo absoluto— Aron no parecía feliz. —Creo que te has olvidado de saludar a alguien...— movió sus ojos en dirección del pequeño castaño.

—Emmm, nop, no lo creo— Daemon sonril friamente — Por cierto, creo que van a tener que recordarme que clase tenemos justo ahora...esta semana fuera ha hecho que lo olvide todo.

—Tenemos matemáticas—Respondió Scott con una expresión un poco incomoda.

—Pues vamos.

Y así Daemon se adentro en la escuela sin dignarae a ver a Max, lo dejó ahí parado luciendo como un gatito perdido sin saber que hacer. Max se mordió el labio un poco demasido fuerte y luego con un suapiró resignado se fue a su respectivo salón de clases, después de todo el día recién empezaba y tendría más oportunidades de hablar con Daemon.

Un Golpe De Suerte (Suerte #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora