Brazadas y canastas (FREE! X TÚ X KNB)

LA EXTORSIÓN (PARTE 4/?)

Después de tener una exhaustiva charla con Aomine (amenazándolo, obviamente) la gente se acaparó en el establecimiento, ya estábamos en las noticias, incluso gente de todas las edades hablar sobre nuestra 'pequeña' contienda. ¡Vaya alboroto se había armado!

Para colmo, los reyes estaban sentados en mesas continuas:

Shutoku

Touo

Kaijo

*NA: Se que Touo y Kaijo no son reyes pero, ¿a quien chucha le importa?

¡Mis escuelas favoritas estaban sentadas en línea recta! Me sentí como niña en dulcería, hace dos años habría dado todo por entrar a alguna de esas escuelas, obvio pude pero pasó lo que pasó...

Aunque los de Touo ya estaban aquí, me puse a pensar:

¿Cómo habían entrado a la ciudad? ¿cómo habían llegado tan rápido? Incluso una sensación de pesadez entró a mí, probablemente sería la culpa que no había tenido en todo el día.  

Regresé a la realidad y me di cuenta de que no había nadie atendiendo a tan majestuosas instituciones, sentí mi sangre hervir; lo medité y me di cuenta de que esta sería mi oportunidad perfecta para conocer más sobre mis escuelas soñadas (Y acercarme más a mis platónicos, obvio).

Regresé inmediatamente a la cocina, por suerte nadie se había llevado la orden de ninguno de los equipos, tomé dos bandejas y coloqué la mayor cantidad de platos posibles sobre ellas, dirigiendome con velocidad hacia la mesa que más me interesaba:

Touo.

Tal vez el tarado de Aomine me habría podido ayudar, pero con su inestable carácter no era bueno esperar eso (Y mucho menos ahora que ya lo habían visto con ese traje tan característico).

Momoi era una gran ayuda, aunque ahora mismo esta ocupada.

Y, ustedes dirán ¿quién es tu platónico de Touo, querida ____?

Con gusto les contesto: Imayoshi.

Por lo menos en cada equipo de basquétbol existente en Japón había un chico que me interesaba o por lo menos me parecía atractivo. 

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Pero Imayoshi era el que más tiempo tenía en mi corazón, específicamente desde la escuela media. Ahí fue la primera vez que oí sobre él, para ser bastante extraño me interesó saber sobre él más a fondo y me termine enamorando. Ahora tenía una oportunidad única y no la iba a desperdiciar.

-Hola- Me acerqué sonriente- les traje su orden-La cual por cierto era su tercera vuelta, parecía que estos tipos no tenían llenadera- ¡espero que les guste!- Mi corazón latía a mil por hora.

-Muchas gracias, señorita.- Me contestó el chico de gafas- Me alegra saber que si hay chicas en este lugar- Aomine iba pasando por mera casualidad y lo fulminó con la mirada.

-Disculpe, señorita.- El chico que casi muere golpeado por Aomine me llamó, había olvidado su nombre- ¡Perdón, no era mi intención molestarle!- Empezó a disculparse sin razón alguna por un largo rato, hasta que el capitán de Touo lo silenció.

-Eh Sakurai, no hay problema, por favor, cállate- Le agradecí que finalmente lo silenciara, había empezado a ser molesto.

-Quisiera pedirle un café, por favor-Finalmente ordenó.

-Claro, en seguida- Hice una reverencia para finalmente ir por el café. Entrando a la cocina pude sentir un empujón que me hizo terminar pegada contra la pared.

-Mierda, ______ ¿qué estás haciendo?- El moreno se recargó contra mí, amenazante.

-Atendiendo a los clientes, ¿no es obvio?- Conteste sarcásticamente e intente zafarme de su agarre.

-¿Y por qué elegiste a mi equipo? Todo el día te la habías pasado en administración y ahora saliste... No lo entiendo- Su voz se había hecho más gruesa y la oscuridad no ayudaba en nada.

-Me aburrí, ahora si me disculpas...- De nuevo me impidió irme.

-Estoy hablando en serio. Quiero que me respondas- Cada vez su tono era más agresivo, lo necesario para empezarme a intimidar.

-Ya te lo dije, ahora tú dime, Aomine, ¿por qué te molesta que los atienda? ¿acaso hay algo que no deba saber?- Me costó ver como se tensaba su mandíbula.

-Mine-chin, ____-chin , ¿qué están haciendo?- Preguntó Murasakibara inocentemente mientras engullía un postre. 

Aomine finalmente se separó de mí y pude ir por el café a la cocina. Me encamine a la mesa, pero antes de eso vi que el gigantón seguía comiendo los ingredientes para la comida. Parecía un niño pequeño, pero vaya que no lo era, mide dos metros y además tiene dos colitas. Suspiré y continúe con mi camino. Finalmente llegué a la mesa.

-Discúlpeme la tardanza- Serví el café en un vaso y se lo entregué al chico nervioso. 

-Gr-gracias-  Di la vuelta para retirarme pero Imayoshi me llamó.

-¿Cuál es su nombre?- 

-______-Contesté. Mi corazón sintió la esperanza arder en su interior.

-¿____?- Dijo mi apellido. Asentí con la cabeza.

-Así que tú eres la famosa _____...-Se quedó pensativo por un momento.-Ven, siéntate. Quiero hablar contigo.- Otra vez esa presencia tan pesada se hizo presente. No era por parte de Imayoshi pero... Me sentí intimidada. Tomé asiento y miré a el capitán.

-¿Sabes lo mucho que Aomine habla de ti?- El seguía comiendo, pero yo me sorprendí.

-¿A qué se refiere?- Pregunté muy confundida.

-No me hables de usted, por favor, puedes confiar en mí.- Regresó al tema- Él de verdad nos contó demasiado sobre ti durante este año. Es como si estuviera enamorado de ti, aunque no se si pueda decir algo así y aún más tratándose de él.- Tomó una pausa- Sabes, si no lo conociera diría que de verdad está enamorado de ti. Era más fácil convencerlo de ir a los entrenamientos si te mencionabamos.- Sonrió un poco, como si estuviera melancólico.

- Alto ¿ir a los entrenamientos?- No tenía sentido, no entendía de que hablaba ni mucho menos a que se refería.

-¿Qué no sabes todo lo que pasó?- Me miró sorprendido- Te has perdido de muchas cosas entonces... De verdad deberías ponerte al día- Me metí en mis pensamientos y  acarició mi cabeza, dejo el dinero de la cuenta y un poco de propina.

-Espero que nos volvamos a ver, _____- Dio media vuelta y se fue, dejándome sola y confundida.