La Urna y la Lampara

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CAPITULO IV – LA URNA Y LA LAMPARA

Manuscrito entregado al rey Franco II de Ol'Galas por el más viejo miembro del Culto, constaba de una crónica escrita a mano por un destacado novicio en la peregrinación a quien se le encomendó un viaje a las arenas, una patrulla de jóvenes y espabilados aprendices y un maestro ocultista de los cuales solo uno volvió, si así se le puede decir puesto que fue encontrado delirante a puertas de la catedral de Mayllem-Carson balbuceando y aferrado al tubo de cerámica que contenía los papiros, tan inquietantes eran las palabras y tintas que el joven aprendiz insistió en quemar su contenido, apenas se abrieron las puertas de la catedral corrió a su interior sujetando el papiro con recelo empujando a los ancianos al suelo, se dirigió al sótano de la catedral donde se bañó en aceites y prendió fuego a sus carnes, mientras ardía y sonreía de satisfacción al creer que nadie leería el contenido de los documentos pero fue alcanzado por los miembros del Culto quienes lograron arrebatar el tubo de cerámica, con su último suspiro, yaciendo en el suelo con la piel desquebrajada por el petróleo y los ojos vacíos, respingó:

¡Necios que juegan con ciencias más allá de su comprensión, el demonio no juega jamás, el luminoso enviara al desterrado por sus almas y las almas de su maldita progenie! —.

El cuerpo abrasado e irreconocible fue sepultado en las afueras de Mayllem-Carson. Los ancianos dedicaron largas noches en traducir el texto que había envuelto a uno de sus miembros en una aborigen locura, fue más el tiempo dedicado a descifrar los anagramas y fragmentos de gramática incomprensible, un juego de varios idiomas mezclados que dificultaban la tarea, al final lograron descifrar la mayor parte de lo que llamaban: "La urna y la lámpara", fue resumido el texto a un par de láminas de fino papel, estudiado y ahora entregado al rey con la intención de aportar un eslabón más a la cadena del conocimiento para poder encarar la plaga de lo maligno, el documento constaba de tres hojas de papiro finamente trabajado con la tinta más selecta del reino para la mejor lectura posible, depositados entre dos tablillas de madera de pino con el símbolo de la casa Ol'Galas en su parte frontal.

El rey recibió el documento y se postró en la silla que se encontraba a la mitad de la sala real, y antes que pudiese abrir en par las tablillas el anciano ocultista dijo.

—advertido sea que lo que se encuentra en ese informe, cambiara la forma de enfrentar a lo desconocido.

Y el documento decía tal que así:

Mi nombre es James J. Hubert, anexo: pertenezco al Culto desde hace diez meses atrás, y hago constar que estoy aquí voluntariamente, únicamente impulsado por mi deber divino y mi incesante y aguda necesidad de conocer más sobre el desconocido páramo, hoy lamento decir que las condiciones de mi patrulla no podrían ser peores, me encuentro solo, al menos no con compañía de ningún ser físico, y diferente a lo que podrán deducir al leer este texto, estoy totalmente consciente de lo que ocurrió desde que partimos de la catedral en Carson hace ya seis días, mas no sé si seguiré dentro de mis cabales al finalizar de escribirlo, pido a los miembros del Culto cesen con la insolente investigación de lo desconocido, pues se encuentra fuera de nuestra comprensión, proviene de otro tiempo y espacio, lo he visto al menos en parte, de manera fugaz y no podría soportar mi mente una materialización mayor a la que ya viví, los hechos que aquejaron a este grupo de ocultistas los cuales sucedieron así desde el día que se nos encomendó esta labor, para sus conciencias queda y advertidos sean hermanos.

Día 1 - Noche 1

Se me convocó a la mesa redonda en la catedral de Carson, el maestro Morcest me ha informado que debido a mi alto rendimiento académico y mi amplio conocimiento sobre los manuscritos antiguos —los que se nos tienen permitidos leer a los alumnos— se me otorgara una tarea de suma importancia y trascendencia para la labor, se me indicó que en una de las audiencias emitidas recientemente en el castillo Ol'Galas, el rey requiere sea explorada una porción intrincada del terreno en el páramo a fin de ilustrar un nuevo segmento del mapa que muy pronto utilizara para su viaje, se me otorgara una diligencia con dos caballos y tres acompañantes los cuales podré seleccionar a mi inteligente criterio, he seleccionado así al viejo Caesis, un viejo ocultista que si bien no servirá mucho si se presentase alguna dificultad, será un buen guía, y un excelente compañero para hacer más ameno el largo camino, he fijado mi vista también en los hermanos Moret, dos recientes aprendices, sumamente obedientes y comprometidos con el clero, además de gozar de una vigorosa condición física que será de mucha ayuda en el peligroso mar de arenas, así también se nos ha informado que nuestra primera parada será el castillo Ol'Galas, donde se nos entregaran una espada a cada miembro.

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