CAPITULO VI – LA ALIANZA DE LUZ
Ese día el Rey siguió pensando en lo descrito por James Hubert en su informe y en cómo afectaría eso la forma de enfrentarse a lo desconocido, tanto cuanto sabia en resumen era que cuando estuviese listo debía partir al páramo, cuando los rayos bajan la tierra en una noche despejada, a través de una tormenta de arena sobrenatural, sin más que la llave que guardaba en su collar dejando una copia exacta al más viejo de sus súbditos, el de mayor confianza, y una espada forjada en plata de las montañas Urc y adentrarse en las arenas donde encontraría su destino envuelto en llamas, donde debía batirse a muerte contra el errante, solo así las granjas dejarían de morir y las familias de enfermar, ¿pero quién había escrito eso, era coherente seguir repitiendo el mismo patrón que no ha dado más que incertidumbre a la familia, era sabio pensar que esta vez funcionaria?, ahora todo era distinto, el errante de fuego no era más que un peón en el tablero, la reina que debía decapitar se hallaba más allá del mar de espinas, dentro del palacio de roca y su forma era de naturaleza demoniaca, muy probablemente ha estado infectando las tierras y los manantiales con su repulsiva existencia, su meditación fue interrumpida por el cantar del reloj de medio día, debía alistarse para la reunión con los viejos miembros del Culto, seguramente hablarían sobre reformular las antiguas tácticas basándose en los recientes descubrimientos, se puso de pie y como acostumbraba preparó su propio baño, mezcló sus propias esencias y seleccionó sus propias telas, era un día distinto, pues ese día todo cambiaria. La Reina Mercedes entró a la habitación del rey y dijo preocupada:
—Han llegado malas nuevas desde Mayllem-Carson, las cosechas se han secado repentinamente y un grupo de leñadores no han vuelto del bosque, los obreros de las minas temen que la maldición se extienda a las cuevas y no puedan regresar a casa así que han abandonado sus labores. —se sentó en la orilla de la galante cama mientras el rey se vestía y se acomodaba su traje frente al espejo.
—Pronto deberé partir al páramo— Dijo mientras se acercaba a su amada esposa y tomaba asiento junto a ella. — No puedo permitirme que los pequeños pasen toda su vida obsesionados con algo sin rostro o forma que al final los matará, pues si yo no vuelvo nadie más lo hará.
—Pensé que este día jamás llegaría. —Suspiró Lucila y agachó la mirada
— ¿Si?, en cambio luces bastante serena.
La reina se puso de pie y dio un par de pasos hacia el tocador, vio que su piel no era más la de una doncella en busca de un palacio, sus hermosos ojos verdes se conservaban jóvenes en comparación al resto de su cara, la edad era evidente para la mujer que había desposado al misterioso rey y respondió.
—Oh mi querido Franco... —Volvió la mirada con el desconcertado rey. — Siempre fuiste transparente en cuanto a tu futuro y tu deber, no justifico tu permanente ausencia, nadie me ha obligado jamás a permanecer a tu lado y con los años he asimilado... o quizá me he resignado al hecho de perderte... más los mitos no tienen rigor en el alma de una vieja galera que pronto perderá su vela.
—No me perderás, te entregué algo más que un cascarón corpóreo, posees todo cuanto puede haber en mí, todo cuanto natural o impalpable conforme este ser sentenciado a un destino incierto es tuyo amada, has llevado mi semilla, nuestra comunión será contada con gloriosos relatos cuando nuestras carnes hayan regresado a la tierra, por eso jamás me perderás.
—Y así mismo yo pertenezco a ti amado, y que quede claro que esto es un mero capricho desesperado por no alejarme de ti, ¿Qué será de Frey y Lisa?
—Ellos no vivirán atormentados por estos viejos mitos. —El rey se puso de pie y tomó a Lucila por los hombros y la miró como viendo a su vez dentro de ella. —Jamás permitiré que está maldición los consuma también a ellos, ¡no sucederá!
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El Antiguo Linaje
Bilim KurguUna antigua maldición se cierne sobre una vieja linea de sangre, por generaciones los Reyes Ol'Galas han partido al desierto en busca de detener la peste en su reino sin lograrlo. Ahora, con ayuda de una siniestra religión intentarán descubrir los...