3. Recuerdos.

8.8K 683 267
                                    

«No, por favor que no sea ella.»

Se acercó a la sala de estar donde su madre conversaba animada con una chica de largo cabello pelirrojo, alta y de ojos color avellana. Esta volteó al oírla acercarse y la saludó con una dulce y falsa sonrisa.

— Hola Dalia, ¡Cuanto tiempo nena! — la abrazó pero Dalia la empujó, separándola para darle una cachetada con toda la ira y el rencor que le tenía.

— No me toques, y mucho menos me abraces. Y si es posible ni me hables. —

Y sin decir más ni quitar esa dura expresión en su cara dejó el refresco en el suelo y subió a su habitación cerrando la puerta con llave. Su madre la llamaba y le exigía explicación pero ella no respondió. Solo se puso sus auriculares a todo volumen y se olvidó del mundo.

(FLASHBACK)

— Ese Nathaniel lo tengo comiendo de mi mano.—

— Oye Elena no deberías jugar así con la gente.—

— ¿Eso crees? Pues para mi es muy divertido. Armin también parece estar cayendo ante mis encantos, y se que en poco lograré atrapar a Castiel, Kentin y Lysandro.—

— Si sigues actuando así no tendré más opción que contarles.—

— No creo que lo hagas. No te irá nada bien ¿sabes?—

— No creo que puedas hacerme algo tan grave. —

— Ya veremos.—

Luego de eso, Elena siguió igual. Ligaba con todos los chicos con el objetivo de arrastrarlos detrás de ella y ellos no se daban cuenta. Era una perfecta actriz y su personalidad era diferente con cada chico. Dalia no soportaba que ella jugase con los corazones de sus amigos así que, luego de advertirle no tuvo más opción que delatarla. Y a Elena no le gustó para nada. Y cumplió su promesa.

— Hola Iris, ¿Como te fue en el examen de matemáticas? —

— Igual que siempre. Pero espero que tus esfuerzos por ayudarme sirvan de algo esta vez, soy pésima en esto.—

— No te preocupes Iris, seguro que pasarás, estudiaste duro.—

El día anterior Iris y Dalia habían pasado la tarde estudiando con Rosalya, Nathaniel, Elena y Violetta. Ya los exámenes habían terminado y Elena la esperaba en el patio para irse juntas a casa. Hacía unas semana que se había transferido al instituto y ya parecía acoplarse con todos, incluso con Castiel, y Ámber.

Elena se estaba hospedando en casa de Dalia mientras hacían algunas reparaciones en la casa donde se iba a mudar. Sus padres viajaban mucho por lo que se mudaban constantemente pero a pesar de eso ella tenía esa esencia de caerle bien a todos.

Elena se reía sola sentada en un banco cuando Dalia se le acercó.

— ¿Que es tan divertido?—

— Nada, ¿podemos irnos? Quiero ir de compras luego de esto para quitarme el estrés de los exámenes. Si quieres ven conmigo.—

Unos minutos después, cuando casi estaban por irse, Iris sale a su encuentro con el ceño fruncido y los ojos aguados.

— ¿Le dijiste al profesor que hice trampa?—

— ¿Iris que te pasa?—

— Nada de que me pasa. Tu sabes muy bien lo que me pasa. Le mandaste una nota al profesor diciéndole que yo había copiado en el examen. Y tan falsa eres que hace menos de cinco minutos actuaste como si nada ¿Como pudiste hacer eso? —

— ¡¿Que?! Pero si yo no hice nada.—

— Dalia, no mientas, yo vi cuando le dejaste la nota hace un rato. — interfirió Elena.

— ¿Elena? !¿Pero de que hablas?! Si yo no he hecho tal cosa.—

— Eres una hipócrita.—

Iris se fue de ahí con la resolución de no volver a hablarle y por su fuera poco Elena, después de afirmar eso simplemente le dijo que no quería que la acompañara al centro comercial. ¡Insinuando que era cierto!

Al día siguiente, intentó hablar con Iris pero tanto ella como Kim no quisieron hablarle. En un determinado momento del día Elena le dijo que la directora le había mandado a decir que fuera al salón de profesores.

Esta obedeció y fue, pero no había nadie. Le pareció extraño pero aún así se sentó en uno de los sillones a esperar. Pasaron quince minutos y no llegaba así que se marchó.

Y mucho rato después oyó por los altavoces a la directora con tono enojado exigirle que fuera al salón de profesores. Dalia pensó que eso había sido muy extraño, demasiado. ¿Porque cuando la mando a llamar la primera vez no usó los altavoces? ¿Y porqué cuando llegó no había nadie? Volvió al salón de profesores con esos pensamientos y ahí estaba la directora muy enojada y Elena.

— Dalia Roberts, ¡No puedo creer que sea capaz de hacer algo así! —

— ¿Que ha pasado?—

— ¡Se ha robado los fondos de nuestro próximo evento! ¡No venga con qué pasó porque usted sabe muy bien! —

— ¿Me está acusando de ladrona? Yo jamás haría algo así. ¿Acaso tiene pruebas?—

— Varias personas la vieron entrar y salir de aquí, y esta jovencita trajo la prueba. Acabo de ver un vídeo donde usted entra sospechosamente aquí sin autorización y sale unos minutos después. Nadie más había entrado hoy por lo que no es difícil adivinar que fue usted. ¿Sabe que eso es muy grave? No se que hizo con el dinero pero tendrá que devolverlo, y disculparse frente al alumnado. Y agradezca que no la expulsaré por sus padres que son unas personas muy buenas y responsables y no se merecen una hija como usted. Pero será suspendida durante dos semanas.—

— P-pero—

— Pero nada, ya le he dicho. Devuelva el dinero, disculpese y váyase a su casa.—

Dalia no tuvo otra opción que hacer lo que la directora dijo. Todos fueron convocados al aula B y allí ella hizo unas disculpas públicas frente a todos por un hecho que ella no cometió. Si de por sí eso fue humillante, más lo fue ver como todos la miraron con desprecio, como si fuera una delincuente y le abuchearon.

Cuando salió al pasillo Ámber y sus amigas le dijeron que era una sucia ladrona, y que no se podía esperar más de ella. Que ya no le servía su papel de mosquita muerta. Y por primera vez, todos estaban a favor de Ámber y no de ella.

Luego de eso, los chicos dejaron de creer lo que Dalia les había dicho de Elena y cayeron en su trampa.

A pesar de que eran solo dos semanas, Dalia duró más sin ir a clases. Comía poco y no salía de casa. Y descubrió a donde fue a parar el dinero. Elena lo había robado, y no tuvo ningún problema en decirselo en la cara. Incluso le dijo que Ámber le había ayudado.

Un día antes de irse del Sweet Amoris citó a Nathaniel, Castiel y Armin en lugares diferentes y los dejó plantada. Esa siempre había sido su técnica.

Y se terminó de mudar con sus padres así que al cambiarse de instituto de nuevo Dalia ya no tenía oportunidad de demostrar que ella había sido la culpable.

Al regresar al instituto, nadie quería acercarse a ella. Y poco a poco se quedó sola. Ya no había nadie que creyera en ella.

(FIN FLASHBACK)

Una lágrima salió de su rostro al recordar todo eso. Y entonces se le hizo extraño el que Lysandro se mostrase amable con ella.

— ¿Porque? El debería odiarme también pero no es así. Entonces ¿porque me trata con tanta amabilidad?—

Canciones para mí. (Lysandro CDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora