23. El expediente de la niña.

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Mientras caminaba hacia él le surgió la duda: ¿Como lo iba a saludar? Es decir, las ultimas veces lo había abrazado porque lo ameritaba la ocasión, pero se podría decir que se dejó llevar.

Quitó esos pensamientos de su cabeza al estar frente a él. No era el momento ya. Lo que les nació en el momento fue estrecharse en un fuerte abrazo, un abrazo que mostraba la necesidad de ambos de sentir el calor del otro.

-Hola Lys...

-Dalia. Me alegra verte.

-A mi también... más de lo que debería.

Ninguno se quería separar, pero alguien debía hacerlo tarde o temprano y esa fue Dalia. Después de todo ella había comenzado el abrazo.

-¿Cómo has estado en tu nuevo instituto?

-Bien. La verdad es muy fácil adaptarse pues son personas muy amables la mayoría.

-A mí me pasó igual.

-He notado que tus amigos te apoyaron mucho en las últimas partes de la competencia.

-Si, ellos realmente han sido muy amables y me han acogido desde el principio. Por cierto, la última vez iba a pedirte algo pero... bueno, ya sabes lo que pasó. Verás, hay un baile en tres semanas y podemos llevar una pareja aunque sea fuera de la academia; pensaba que quizá... si quieres... puedes ser mi pareja.

Esta última parte la dijo tan bajito que si no fuera por la cercanía de ambos, habría sido imposible para Lysandro oírle. Pero si la oyó, y el corazón le palpitó fuerte al oír su petición.

-Para mí sería más que un placer acompañarte. Me alegra mucho saber que me hayas considerado a mí para eso.

-Eras la única persona que tenía en mente para ello -dijo bajando la mirada con el rostro sonrojado. Con la nariz roja del frío y eso parecía que estaba resfriada-.

-Pero... ¿no deberías estar en la academia? Tenía entendido que no podías salir a menos que fuera una emergencia.

-Bueno... verás... ella -señaló a Fionna- tuvo esta loca idea de salir y prácticamente me arrastró con ella. Ninguna de mis excusas le sirvieron.

Fionna, quien se dio cuenta de que la miraban saludó con un gesto mientras sonreía inocentemente.

-Es decir que escapaste -respondió mirándola con un poco de reprensión-.

-Quizá -respondió en un hilo de voz con la mirada en el botón de su abrigo-.

-No deberías hacer eso Dalia. Sabes que puedes meterte en problemas.

-Lo sé y tienes razón. ¿Pero como me voy negar a alguien tan obstinado como ella? -volvió a señalarla y esta sonrió otra vez como quien no ha matado ni a una mosca-.

Ellos la observaron por un momento hasta que esta sacó un celular de su bolsillo, dijo unas palabras que ellos no podían oír y colgó. Acto seguido se dirigió a la parejita.

-Hola Lysandro ¿no? Soy Fionna. Dalia me ha hablado mucho de ti.

-H...hola -respondió este ante la rapidez con que hablaba Fionna-.

-Bueno, Dalia disculpa pero ha surgido algo y debo irme. Puedes arreglartelas sin mi ¿verdad?

-Eh... creo.

-Bien, me voy, los dejo ¡Paz a todos!

Y así, partió de allí por causa de la supuesta "llamada" que ella fingió.

-¿Te había dicho que el baile es de disfraces?

[...]

-Creo que deberíamos cambiar la melodía en la tercera estrofa. Si lo sustituimos por un sonido más bajo cuando entre la batería tendrá más impacto.

Canciones para mí. (Lysandro CDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora