12. The Blue Roses.

6.6K 545 282
                                    

       Algo no cuadraba. Algo incomodaba a Dalia y no le dejaba dormir más. Sentía que la sábana no le abrigaba lo suficiente. Abrió los ojos de golpe y se dio cuenta de que se había dejado la ventana abierta. De seguro era la luz que entraba de ahí lo que no le permitía dormir unos minutos más. Además del frío que se colaba a la habitación.

    Ya con el sueño espantado fue al baño a lavarse la cara y los dientes para terminar de despabilarse. A las siete y media  era el desayuno en el comedor principal y apenas faltaban quince minutos. Así que terminó de ducharse y vestirse para bajar al comedor.

        Muchos aquí ya estaban en grupos conversando con un plato frente a ellos así que descubrió lo que había hoy para desayunar. Puré de papas rociado con un extraño aderezo que olía de maravilla y queso derretido. Además de que podías acompañarlo con algunas cosas más a disposición y te permitían una opción alternativa si eras alérgico a la lactosa.

      Sus amigos ya la habían divisado y le hacían señas con una mano para que se acercara a ellos así que fue a servirse su desayuno y a tomar su respectivo asiento junto a Ana, Matilda y los demás.

       —¿Quién sabe donde queda un orfanato que está en la ciudad adyacente?

       —Yo si —respondió Leo—. Y me parece que hoy The Blue Roses tiene un concierto de caridad allí.

       —¿The Blue Roses?

       —El grupo donde tocan Theo y Kevin.

       —Oh si, justo eso. ¿Podrías enseñarme donde es?

       —Claro, ¿vas al concierto?

       —Si.

       —Entonces voy contigo. Después de todo no tengo nada que hacer esta tarde.

      —Yo también quiero ir... —resopló Ana haciendo un puchero— pero tengo cosas pendientes hoy.

     —Yo iría pero pensé tomarme el día para componer una melodía. Tengo que presentar un trabajo el martes y no lo he terminado —Matilda daba a entender que realmente no quería hacerlo, al menos no hoy—.

       —Pues que se le va a hacer. Vamos Dalia y yo. Seguro que fue Theo quien te dijo que fueras ¿o me equivoco?

        —Pues no pero...

        —Ya decía yo que le gustas. Demasiado se trae contigo.

        —¡Claro que no! A lo mejor y hasta tiene novia.

        —¿En serio Dalia? ¡Qué no habla con nadie joder! ¿Cómo va a tener novia?

        —Ana calma. Respira y habla tranquila. Yo no le gusto y punto. Y tampoco me interesa a mí.

        Luego del desayuno los chicos salieron afuera mientras platicaban hasta que Matilda anunció que se tenía que ir. Eso fue como el despertador para todos así que Dalia volvió a los dormitorios también.

    Limpió su habitación aunque ya de por si no estaba muy desordenada pues era muy organizada. Luego practicó para algunos ejercicios de la clase del lunes y revisó su correo. Armin también se había dignado a dejar la consola y escribirle pero sus correos eran tan cortos que sentías en ellos el deseo de este por dejar eso e ir a jugar otra vez. Aún así de todas maneras Dalia apreciaba que él hiciera eso.

        A las doce y media fue al comedor a comer pero los chicos no estaban así que se sentó sola. No tenía mucha hambre y estaba ida pensando en lo que las hormigas pensarían de los humanos cuando sintió a alguien sentarse a su lado.

Canciones para mí. (Lysandro CDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora