Me despierto de repente al sentir como lágrimas de mis ojos brotan sin cesar y una opresión en el pecho me hace querer llorar, nuevamente volví a soñar con él; con su dulce mirada, con sus dulces besos y sus raras palabras ser susurradas a mi oído.
Aún no lo superó y consta que ha pasado un año y aún el recuerdo de él, está grabado en mi memoria; como un saludo natural y como una rutina diaria la cual no puedo ni podré olvidar.
Abro los ojos y miro a mi alrededor preguntando a mí yo interior si me encuentro bien y sigo pensando en él; me levanto y me miro al espejo, siento un melancolía que me incita a querer romperlo, pero no lo hago. Vuelvo a la realidad así que me cambio lentamente y me coloco una vestimenta que me haga lucir algo presentable para el trabajo.
Algo casual para una persona que trabaja en una biblioteca, por cierto; me encanta estar rodeada de libros y a mis 19 años recién cumplidos conseguí algo; aún sin terminar la universidad en una de las bibliotecas más famosas de la ciudad en donde vivo, miro a mi alrededor y recuerdo colocarme el abrigo y cerrar la puerta del pequeño departamento donde he vivido en estos últimos meses.
Al salir respiro lentamente y sonrió sin saber el porqué, el clima es frío. Me dirijo hacia la biblioteca de forma rápida; se encuentra sólo unas cuadras de donde estoy, miro las calles de esta pequeña ciudad antes de cruzar rápidamente y seguir caminando. Después de unos 4 minutos llegó a mi destino.
Al entrar siento uno de mis olores favoritos en el mundo, los libros. Noto como una sonrisa aparece al instante, esto me encanta y no puedo cambiarlo. Saludo al vigilante que está en la entrada y camino despacio, llegó a saludar con un gran abrazo a Ester mi jefa que en este momento no la veo de buen humor pero le saco una sonrisa de igual forma.
— ¡Buenos días! ¿Cómo se encuentra la jefa más hermosa de todo el lugar? —Repito con una sonrisa, la veo mirarme y veo como una sonrisa se escapa de su cara.
— Soy tu única jefa Hope, no me hagas reír que mi humor no es el mejor. —Dice sonriendo.
— Por favor jefa, regáleme una de sus raras sonrisas.
La veo soltar una leve carcajada y luego se va murmurando algo poco entendible, suspiro y me coloco detrás del escritorio junto Ana, mi compañera; estamos a la espera de nuevos clientes poco a poco la biblioteca se va llenando y yo me dispongo a ayudar.Pasan las horas lentamente y se hace un poco tarde.
Debo ir a la universidad por lo que me despido de Ana y me dispongo a salir, veo el reloj y son apenas las 2 de la tarde. Me doy deprisa antes de que se haga tarde, así que caminó rápidamente. Estoy en la estación a la espera del bus, luego de unos 5 minutos llega y me dispongo a subir; veo uno de los asientos delanteros vació y me dispongo a sentarme.Mirando por la ventana vuelvo a suspirar, ya ha pasado un año y no escucho nada de él; es tan frustrante no saberlo y solo tener en mente que se fue a otra ciudad lejos de mí, lo extraño más de lo usual, como todos los días .
Me bajo del bus antes de que me pase de la universidad y veo la enorme construcción que está frente a mí, una hermosa construcción cabe destacar; veo a Luciana en la entrada, a la espera de mí o eso creo, al caminar la veo bastante entusiasmada algo raro para una chica tan grosera como ella, camino lentamente y llego hasta ella y me da un fuerte abrazo.
— ¡Hope! ¡Hope! Joder te tengo una gran noticia. —Me dice muy feliz esperando mi reacción.
— ¿Qué pasa, Luciana? No me digas que te han regalado el carro de tus sueños o has cumplido una de tus tantas fantasías —Digo usando un poco de sarcasmo y con una sonrisa en mi cara, la veo poner una cara de enojada antes de entra a la universidad.
—No uses el sarcasmo conmigo inepta y déjame contarte, adivina quién volvió a la ciudad. —Me dice lentamente con una sonrisa.
—No tengo ni la menor idea Luciana. ¿Quién es el afortunado? —Termino diciendo rondando los ojos.
— Sebas está acá Hope ¿No crees qué es hermoso? ¡Oh Dios! Estoy muy feliz, ayer ha llegado y se apareció en mi casa y me robó un beso. —No la dejo continuar gritar.
— ¿Qué? No mientas Luciana ¿Qué hace Sebas acá? Él debe estar en la universidad al menos que... —La escuchó reírse y contesta rápidamente.
—Se trasladó a nuestra universidad Hope, pero lamento decirte que no vino solo; Ethan está en la ciudad y volvió junto a su hermano. —Dice rápidamente Luciana con una extraña mirada.
Ethan volvió y lo único en lo que puedo pensar es en el porque lo hizo, si eso no fue lo que dijo.
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Tus dulces palabras.
Short StoryAlgunas personas seducen con su mirada. Otras con sus caricias y otras por su apariencia física. Él me sedujo con sus palabras tan discretas y modestas que me llegaban a lo más profundo de mi alma y a lo más hondo de mi corazón. Él fue como esa luz...