21♥

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***POV ANNIE***

Mierda, siento como si me hubiera derribado un camión, con lentitud abro los ojos que me pesan como si se tratara de piedras, mi garganta quema tanto o más que las brasas de una fogata, mi audición está muy sensible.

- ¿Annie? ... - esa voz, la voz de mi madre, con sumo sacrificio logro abrir mis ojos, pero los volví a cerrar ya que la luz me lastimaba.

-Señorita, Honey – la voz de una mujer se hizo presente en la habitación, pero yo seguía con los ojos cerrados – intenté más despacio – sentí unas delgadas y frías manos en las mías.

Carajo, que lo intento, poco a poco fui abriendo los ojos, tan despacio como podía, hasta que pude por fin abrirlos y los rostros de mi familia estaban presentes, sus caras cansadas y el dolor que había en sus ojos comenzaba a desaparecer, y por más que diga que estaba feliz por ver de nuevo a mi familia le buscaba, pero no estaba, él no estaba ahí.

-Mamá- la vi acercarse a mí, mis lágrimas estaban saliendo a mares y un nudo en la garganta me partía.

-Mi niña, pensé que iba a perderte – sus palabras me hicieron tanto daño, pero no más que el que yo había causado.

-yo ... ¿C-cuánto? – apenas podía pronunciar las palabras ya que mi garganta estaba hecha un nudo y seca por el tiempo que estuve así.

-Toma agua, amor – la voz de mi padre se escuchó energética, me tendió un vaso de agua y juro que fue lo mejor que tome en años o al menos mi garganta se lo agradecía.

-Señorita, mi nombre es Catalina – una doctora muy guapa estaba frente a mí – Es mejor que no te alteres estuviste en coma casi dos meses, pensamos que hace un momento te perdíamos, pero gritaste - ¡DOS MESES! Que mierdas ¿en coma? Esto está mal pensé que solo había dormido mucho, no recuerdo nada después de ver a mi bebe.

-M-mi bebe, mi hijo – entre en pánico cuando no lo veía por la habitación - ¿Está bien? Quiero verlo – la doctora sonrió antes de girarse a la puerta.

Por esta entraba Zack quien recuerdo que me ayudo a traerlo a este mundo, un pequeño bulto ya hacía en sus brazos con una manta azul celeste, me lo tendió en brazos y juro que en ese momento el aire que apenas había acumulado en mis pulmones había salido, robado por sus ojos, en cuanto los vi un sin mar de recuerdos vinieron a mi mente, alas blancas y cristalinas, sus ojos azules como los míos pero como motas color hazel como los de su padre, su piel tan blanca y cremosa como la leche y su cabello era totalmente rubio. Su pequeña manita me acaricio la mejilla y cerré los ojos, no entiendo cómo, pero él me mostro, sus recuerdos, un ángel, un león y su cachorro. Todo estaba claro, el me esperaba y yo no despertaba.

- ¿Qué fue eso? - le susurre en el oído, pero el solo me vio y dio una risa arrebatadora y fuerte.

-Creo que está muy contento de que su madre este bien – comento Zack, levanté la mirada y le sonreí.

- ¿Dónde está el? - todos se miraron entre sí, había tristeza en cuanto lo nombre, pero necesito verle, abrazarle, decirle que jamás me iré de su lado.

-Solo tranquila ...- dijo Víctor que se acercó y se sentó frente a mí y mi hijo –Antes de que gritaras las maquinas estaban haciendo mucho ruido en el momento que estábamos tocando una canción para ti, hacían un ruido aturdidor, tu pulso se estaba elevando demasiado y el té hablaba, pero tú no habrías los ojos pensó que estabas muriendo y salió de la habitación – en vez de una sonrisa había una mueca en su rostro.

-Pero estoy bien – mierda que le necesito ¿Dónde está? Mis lágrimas salían a mares y él bebe se estaba impacientando.

-Él está bien, necesita tiempo para asimilar las cosas – una voz ronca pertenecía a mi persona especial, Trenton.

Mi Perdición,Mi Salvación y Mi Locura (Trilogía Curvas Impredecibles #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora