En frente un joven de extraordinaria belleza; cejas arqueadas, nariz y pómulos prominentes que hacen que su rostro luzca lindo y juguetón como la de un niño, se llega a apreciar un mechón castaño bajo una gorra negra colocada estratégicamente sobre la cabeza como si intentara ocultar aquella frente ancha, una piel blanca que seguro al mínimo roce le quedarían marcas pero lo que más llama su atención es la forma de sus labios, rosáceos y carnosos ligeramente entreabiertos brillando a causa de la continua mordida que él mismo deja sobre ellos, ¿es que acaso ese chico era la reencarnación masculina de Marilyn Monroe? Sonriendo ante aquel pensamiento intenta una vez más enfocar sus atención hacia el libro de literatura que le pidieron leer en el colegio pero de nuevo falla, su mirada inevitablemente vuelve a dirigirse hacia el panda como decidió llamarlo ya que desde que comenzó con su extraña fijación no ha podido verlo sin sus gafas, un apodo infantil pero bonito, supone.
Joel Pimentel tiene 16 años está cursando el cuarto grado de secundaria, es inteligente, responsable, centrado e ingenioso, no suele ser precisamente el alma de la fiesta pero tampoco es un inadaptado social. Por lo general a esa edad y sobre todo en ésta sociedad, conceptos de moralidad e inmoralidad se encuentran totalmente definidas condicionando el comportamiento de las personas pero incluso así Joel es solo un adolescente con una curiosa fascinación por la belleza y el arte, encontrándolo siempre en su entorno, es así como por aproximadamente dos meses, todas las mañanas mientras va sentado en el metro lleva admirando la forma, simetría y color en el perfecto rostro del chico de los anteojos oscuros, tentado muchas veces a pedirle que pose y así poder replicar en un papel su atractivo o mejor aún que le dejara tomar fotografías.
Absorto en sus pensamientos, la mirada perdida en dirección al objeto de su fascinación, no se dió cuenta que éste le hablaba
-por favor
-Eh?
-Que si podrías llevarme la mochila por favor. Repitió cuidadosamente
-emm... Se... seguro Tartamudeó
Su rostro subía un poco más de temperatura y sufriría de una combustión espontánea, intentando por todo los medios recuperarse del bochornoso momento atrajo la mochila sobre su regazo, el libro innecesariamente cerca a su rostro empezó a leer o bueno al menos hizo como si lo hiciera ¿Se habría dado cuenta que lo miraba?, seguramente estaba pensando que era un pervertido, acosador o algo peor, como poder explicarle sin sonar como un loco que solo lo hacía por razones artísticas.
-¿Qué lees?
Levantó la mirada en dirección, encontrándose con una perfecta sonrisa, contestó
-Cumbres Borrascosas de Emily Brontë
-Oh, Dios mío, es inconcebible! ¡No puedo vivir sin mi vida! ¡No puedo vivir sin mi alma!
Luego de aquella peculiar forma de terminar simultáneamente la frase, una sonrisa de complicidad se vió reflejada en cada rostro
-La leí en el colegio, una obra muy trágica en verdad Dijo el chico panda
-Lo es pero se dice que la belleza más pura y misteriosa suele ser producto de una tragedia o ¿no? Respondió rápidamente Joel
-Esa idea está muy sobrevalorada, en estos días la gente suele romantizar todo, personalmente prefiero la simplicidad incluso una felicidad rutinaria, ir tras una excepcional o fuera de lo común suele ser tediosa, dolorosa e inútil a la larga Con un dejo de tristeza en la voz replicó
-¿Lo dice por experiencia propia? Preguntó Joel
Una expresión de aturdimiento nostálgico se dejó ver en el rostro contrario, quién cambió de tema al instante
-¿Así que vas al colegio?
Sintiéndose cohibido y culpable por su intromisión respondió
- Al centro, a la biblioteca que queda en el colegio, bueno no dentro, ésta cerca como a una cuadra pero...pero le pertenece emm ... sí
-Ya veo, déjame ver si entendí, vas al centro dónde queda tu colegio a visitar la biblioteca que está cerca, no dentro pero que le pertenece, ¿corecto?
Sintiéndose como un niño y sonrojándose al sentir la mirada divertida del contrario sobre él respondió
-Exacto con una sonrisa al darse cuenta que se reí con él y no de él
Cayendo en cuenta de algo
-Bien, creo que ya me bajo, mi parada es la siguiente tomó la mochila del regazo con una mano y tendió la otra en dirección a él Fue una placer conocerte se quedó observándolo en silencio intentando recordar si ya sabía su nombre posiblemente
-Soy Joel, Joel Pimentel, fue genial conocerte también correspondió al saludo con un suave apretón de manos
-Y yo me llamo Christopher VélezUna inexplicable calidez en el estómago hizo que quisiese prolongar por más tiempo la mano sobre el de Christhopher aunque cediendo lentamente
-Que tengas un gran día Christhoper Dijo alzando un poco la voz ya que el chico de los antojos oscuros se dirigía a la salida trasera del metro
-Lo mismo para ti, nos vemos mañana Joel Casi lo gritó desde la pista, cruzando el carril y perdiéndose entre la multitud
Anonadado ante la última frase e incapaz de responder algo coherente solo atinó a asentir para si mismo
continuará...
Bien no sé exactamente como hacer esto así que si te gusta no olvides dejarme un voto y comentar. Gracias
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Descubriéndonos (Virgato)
FanfictionMuy diferentes entre sí, sin embargo desde la primera vez que se ven, se pertenecen. ...