Capítulo 8

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-¡Joel!
Se detuvo, las manos a medio camino de tocar la perilla de la puerta, bajó la cabeza aguardando en silencio

- Luego de tu proyecto de ciencias Emanuel irá a por tí, no te distraigas y directo a casa, ¿entendido? Estaré pendiente de todo, pasaré a recoger a tu padre y luego hablaremos al ver que seguía con la cabeza baja me estás escuchando, mírame cuando te hablo

Él volvió la cabeza hacia ella, su semblante imperturbable

-Sí madre, ¿algo más?

-Cómo imaginarás, él no sabe nada de lo que ha ocurrido contigo, no creí conveniente contarle por teléfono pero cuando llegue le diremos todo, tú nos debes explicaciones

Una sonrisa dura y fría se dejó ver en el rostro del menor

-¿Explicaciones? Pronunció como si hubiera dicho algo absurdo

-Sí explicaciones y quita esa mueca de la cara, ¿quieres?

-Yo no tengo nada que explicar porque yo no hice nada malo, fuiste tú quién mandó a golpear a una persona sin razón, deberías ser tú la que esté preocupada por buscar escusas para la policía replicó duramente ah no! me olvidaba, ellos son colegas tuyos cierto, tú eres intocable

-Todo lo que yo hago es protegerte, ¿no te parece razón suficiente? respondió ignorando la expresión critica

-¿Protegerme? y tu idea de hacer eso es mandando a golpear a un chico que solo pretendía cuidar de mi, sí, suena razonable ironizó él posiblemente tenga graves contusiones o esté muerto y, ¿por qué mamá?, porque una loca prejuiciosa y paranoica lo mandó a golpear cual gangster

La bofetada que le dio no le hizo bajar la cabeza, desde aquel episodio, situaciones parecidas se habían repetido más de una vez, hacer que su madre perdiera el control y agrediese físicamente había llegado a significar una catarsis para con Christopher, como una forma de pagar por su delito, él se merecía eso y más, él fue quien ocasionó todo, fue quién empezó a acosarlo con la mirada en el metro, empezó a hacer preguntas y responder dudas, quién le hizo un reclamo cuando el mayor desapareció, quién se fue a aquella tonta fiesta, quien tomó aquella estúpida botella de vodka y quedó atontado, él era el culpable de todo, él y solo él, si no se hubiera fijado en Chris, si tan solo él no hubiese sido ambicioso y curioso, si no hubiese querido tener más de aquellas sonrisas y miradas que solía prodigarle el mayor, el chico de los anteojos oscuros estaría perfectamente bien, mareado ante el recuerdo cerró los ojos y una oleada de amargura se instaló en el pecho, oprimiéndolo lentamente.

Nada de aquella situación tenía sentido, luego de sacarlo a empujones del apartamento de Christopher, lo habían encerrado en su habitación, sin pedirle o darle explicaciones, el ambiente en su casa se sentía extraño y asfixiante, su padre luego del performance estaba en un viaje de trabajo, sus dos hermanos menores, aún percibiendo que algo raro acontecía con los mayores disimulaban y trataban de continuar con su rutina, Emanuel se mostraba preocupado y vigilante, inclusive había dejado de lado su vida social para cuidar de él, exasperándolo, su madre metida en un caos, pasaba mucho más tiempo en la estación policial que en casa, ¿en qué momento ella se había vuelto tan cruel? Giró nuevamente dispuesto a salir, Yoandri y su mamá esperaban para llevarlo al colegio.

-No importa si ahora no lo entiendes Joel pero aunque no quieras voy a protegerte a tí y a tus hermanos contra viento y marea y si tengo que matar a aquellos criminales con mis propias manos, lo haré

No respondió, la puerta se cerró detrás.

/////

Siempre había sido uno de los mejores estudiantes de su clase, la complacencia de sus profesores hacia él y las notas sobresalientes daban fe de ello, sin embargo últimamente por más esfuerzos que hacía, no podía centralizar su atención en nada. El timbre de salida sonó mientras veía anhelante su reloj de muñeca, sin cuidado alguno atiborró sus cosas en la mochila y se apresuró ir a esperar a Johann en la cafetería cerca al colegio, este sitio era ideal, tenía muchas bancas con mesas y siempre ponían una música moderna muy alta, vió una patrulla en la acera de la esquina, el oficial dirigía la mirada expectante a su dirección bajo el rostro oculto por el periódico, ridículo pensó, ¿como es que los oficiales se prestaban a esas ideas?, la vigelancia que su madre le había impuesto, había disminuido notablemente luego de un mes sin señales del chico panda pero de alguna forma encontraba aún la forma de atosigarlo constantemente.

Descubriéndonos (Virgato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora